viernes, 27 de diciembre de 2019

.Donde estarás que tanto pienso en ti, de Enricostro.

Donde estarás, que tanto pienso en ti
que si mucho amor tenía, él se marchó de mí. 
Donde estarás, pues, que mi esperanza se nubló, 
si yo no te vuelvo a ver, qué será de mi pasión. 
Si un día te marchaste, sin decirme ni un adiós, 
y la amistad que teníamos, dónde y cómo se perdió.

Que nunca me dejarías, ese fue tu sentimiento, 
ahora veo que todo fue mentira,
 que tu amor no era cierto.

tantos años que vivimos, un amor apasionado, 
mira, pues cielito mío, que tu amor todo era vano.

me decías que me querías, que te morías por mí, 
y al otro que también lloraba, también le decías que
que listas fustes mujer, jugando con dos amores, 
dos amores a la vez, y a los dos, le mandabas flores.

acaso eran para mi entierro, o quizás pará él, dé él, 
pues debimos de morirnos, muchas flores me encontré.
 Tú yo y el hombre aquel, 
Qué bonito era aquello, un juego de amor que fue, 
pero solo jugabas tú y nosotros, nosotros qué
Pues por más tiempo que pase, nunca te olvidaré
aquellas lágrimas vertidas, encima de aquel ayer,  
están dentro de mí, por siempre en mi querer.

Más ya se ha pasado el tiempo, y nada se puede hacer, 
quizás fue que moriste, o te marchaste con él. 
pero no sufras por mí, que sin ti yo viviré,
buscaré otro amor sincero, y a ti te olvidaré. 
ENRIQUE NIETO RUBIO.
DERECHOS RESERVADOS. 

.Hotel de Enricostro,(novela)



 


Delante de un hermoso e imponente hotel, en el bordillo de enfrente; pasaba su tiempo libre... sentado un chico llamado José.

Cada día, después de salir del colegio, comía el bocadillo que su madre le preparaba; luego salía corriendo y se acomodaba siempre en el mismo lugar.
Era un muchacho un poco retraído, y cuando sus amigos le llamaban, él simplemente les ignoraba. Nadie sabía por qué motivo, José gustaba de pasar su tiempo frente al hotel... Algunos decían, que quizás disfrutaba viendo a los turistas entrar y salir.
Él jamás había trabajado; sin embargo, un día el conserje del hotel, quien lo conocía desde pequeño, lo llamó:
¡He Chico... ven!
Luego le preguntó... ¡Sabes qué labor desempeño en este hotel!
¡Sí! Claro que sí; tú estás para desempeñar el cuidado del hotel, y muchas cosas más.
Estás en lo correcto José, estoy para todo.
¿Quisieras ganarte un dinerito?
¡Sí, me encantaría, contestó el chico!
¡Pues, bien, hoy vienen unos turistas, y necesito que me ayudes a ingresar su equipaje.!

El chico se sintió muy contento, y se sentó en el escalón del hotel a esperar, en ese momento él se sentía importante... así pues, estaba impaciente y nervioso.
Después de esperar por unos minutos, frente al hotel se detuvo una limusina, y descendieron unas señoritas muy guapas, acompañadas de un señor muy elegante, de buen vestir.
José se levantó inmediatamente, a tiempo que el conserje le daba la orden de ir al coche, y subir todo lo que le indicarán a la habitación.
José respondió, con voz tenue... ¡Como usted ordene, señor!
El chico realizó su trabajo maravillosamente, pero mientras iba y venía por las maletas, se percató que las chicas se estaban desnudando, preparándose para darse una ducha.
José entraba mirando de reojo, más nunca sin pararse un instante, y con la cabeza un poco agachada.
En una de sus idas y venidas, cuando el chico se disponía a salir, para ir a recoger más equipaje... escuchó:
¡Hey chico, chico... ven!
¿Cómo te llamas?
¡Mi nombre es José!
¡Podrías ayudarme a desabrocharme el sujetador, pues se me ha atorado.!
José cumplió con la petición, sin embargo, se sintió morir, cuando colocó sus manos, en el cinto... junto a la espalda de la hermosa chica, pues percibía su belleza, su olor, la tersura de su piel... y la cercanía con su cuerpo.
Todo lo que estaba viviendo, eran experiencias y sensaciones nuevas para él.
Así que el muchacho, con mucha delicadeza y casi sin tocarla, introdujo sus dedos y desabrochó el sostén; la chica agarrándose el sujetador con una de sus manos, se volvió y le dio un beso, como gesto de agradecimiento.
La chica no era mayor que él... más el pobre quedó paralizado... y de nuevo, con la vista al suelo, dio dos pasos atrás, en señal de respeto.
De pronto escuchó una voz varonil, preguntando:
¡Chico ocurre algo!
José reaccionó y solamente respondió que estaba por retirarse, y así lo hizo... se marchó para continuar sus labores.
Cuando subió todas las maletas; la última era la del señor que las acompañaba... quien agradeció su arduo trabajo como botones; más no sin comentarle, que había tenido que esperar, por mucho tiempo, por su equipaje.
El chico se disculpó por la tardanza, informando que solamente él estaba disponible para realizar, dicha labor.
Cuando José se dio la vuelta para marcharse, el hombre se dirigió a él de nuevo, diciendo:
¡Chico espera!
José se dirigió hacia él y se quedó parado.
¿Cómo te llamas? José señor.
¡Buen trabajo José, toma esto para ti; pero no se lo comentes a nadie!
La propina que recibió fue un buen fajo de billetes; José agradeció y se los guardó en el bolsillo, sin darle mayor importancia.
Este hombre lo percibió un chico maravilloso, pues fue testigo de la forma correcta en que se había comportado con la chica; así que le entregó diez dólares más... y le advirtió que si le preguntaban, cuánto le había dado, mostrará únicamente la modesta propina.
José de nuevo agradeció modestamente, y luego se retiró agregando que si necesitaba algo más, se encontraría sentado en el bordillo de enfrente del hotel.
El hombre quedó extrañado con la respuesta, pues no sabía que el chico no era empleado del hotel.
Minutos después, Antonio, que sé así se llamaba el huésped; se acercó a la ventana, y se dio cuenta de que el chico se encontraba sentado enfrente del hotel, tal cual le había informado.
Intrigado llamó al conserje por el teléfono y le dijo:
¿Podría enviarme al botones, de nuevo, por favor?
¿Perdón... a quién necesita?
Al botones... al chico que subió el equipaje.
Para ese momento ya eran las ocho de la noche, por lo que el chico se había marchado a casa... y volvería hasta el día siguiente, a eso de las cuatro de la tarde, luego de salir del colegio... pues esta era su rutina, día con día.
Siendo así, fue el conserje quien subió a la habitación.
Tocó a la puerta y preguntó:
¿Señor, en qué puedo servirle?
Realmente no necesito nada gracias. Solamente necesitaba hablar, con el chico que subió las maletas.
El conserje intrigado preguntó: ¿Se ha perdido algo, señor?
¡No...no es nada de eso, no debe de preocuparse!
¡Es bueno escuchar eso, señor; pues la verdad es que ese chico es tan solo un vecino de estos lares, y necesité pedirle su ayuda hoy por la tarde!
¡Si es así, no hay más que hablar! ¡Puede usted retirarse!
¡Gracias, señor; más si necesita algo, por favor no dude en llamarme.!
Mientras tanto, llegaba a su casa; se dirigió a su dormitorio muy contento, y en una caja de zapatos, guardó su ostentosa propina... más no le dio mayor importancia.
Se lavó las manos, bajo las escaleras y se fue a cenar en compañía de sus padres.
El papá no trabajaba desde hacía algún tiempo, pues estaba jubilado; pero económicamente vivían muy bien, ya que había sido un funcionario importante.
Los padres sabían que su chico estaba un poquito tocado, pero nada para alarmarse; pues el único problema era que tartamudeaba un poco cuando se ponía nervioso. Pero en general era un chico maravilloso, pues era buen estudiante, obediente y sobre todo; poseía un gran corazón, y daba todo... a quien le necesitara.
Continuará...
José, como todos los días, era muy puntual, así que el siguiente no fue la excepción; llegó frente al hotel a la hora acostumbrada y se sentó en su bordillo... tal cual hacía siempre.
El conserje, cuando lo vio, lo llamó:
¡José, José, ven por favor!
''¡Si dime... que necesitas!
¡Ayer no te pagué, por ayudarme en el trabajo, así que toma diez dólares! ¡Muchas gracias, señor!
Luego de nuevo, el muchacho se volvió a su bordillo, y así transcurrieron dos días más; en los cuales su corazón latía aprisa, cuando veía a la chica salir del hotel... más ella, nunca lo vio, ya que inmediatamente subían a la limusina y partían a trabajar.
Al tercer día, don Antonio llamó a el conserje y le dijo:¡Por favor, podría usted decirle, al chico que está frente al hotel, que suba un momento! ¡Sí, señor, ahora mismo!
El conserje salió a la calle y lo llamó:
¡José! ¡José ven!
¡Recuerdas a la habitación a donde subiste las maletas!
¡Si señor! ¡Pues sube, que el hombre quiere hablar contigo.!
El chico emocionado subió corriendo y llamó a la puerta. Don Antonio abrió, y le invitó a sentarse por un momento, y le dijo:
¡José Sabes por qué este hotel se mantiene casi sin huéspedes! ¡Siendo precioso y está en un buen sitio!



El chico contestó; ¡no sabía... expresar porque lo único que me llamaba la atención, es generalmente, los turistas que llegan, se van al siguiente día... y otros más el mismo día, de su ingreso... más desconoce el motivo.!

Don Antonio prosiguió:
¡Esto que te diré, te pido, no lo comentes con nadie; pero en realidad lo que sucede, es que el servicio es pésimo! Solamente hay dos empleados; una mujer y el conserje. ¡Para que este hotel se desenvuelva correctamente, tendrían que contar con más personal, pues como te comenté, el servicio es malo.!
¡Nosotros nos marcharemos mañana, pues las chicas se quejan de que la comida es horrible, además se les ha perdido ropa! ¡En lo personal, te comento que dejé mi cartera en la mesita, y me han sacado cien dólares; y esto me ha colmado la paciencia; pues es un hotel de ladrones.!
El chico no sabía cómo responder, así que no dijo una sola palabra... se encogió de hombros, aparentando que no le importaba. No obstante, el chico lamentaba profundamente la noticia; pues desde que conoció a la joven, que tan amable y cariñosa fue con él, no podía apartarla de su mente. Toda esperanza de encontrar la forma de llegar a ella, había muerto.
Don Antonio se percató que José, no le estaba prestando atención... estaba ensimismado en sus pensamientos; así que le preguntó al chico si lo ha escuchado:
¡José.! José... te encuentras bien, o es que acaso tienes un problema!
¡-Lo siento, señor, no me sucede nada; solamente me distraje por un momento.!
Bueno, como te decía:¡, nos vamos decepcionados del hotel, pero tú has sido el único que me ha demostrado, ser un chico honesto; así que si estás disponible, espero estés mañana por la tarde presente, para ayudarnos...!
¿Estás de acuerdo?
José, sin dudarlo por un momento, categóricamente dijo que sería un honor, trabajar de nuevo para él.
No creo al ciento por ciento, que te agrade trabajar solamente para ver mi carota. ¡Ajájájájá!
¡Tú has conocido a algunas de mis chicas modelos, ellas quizás son un poco más jóvenes que tú... pero me preguntaba si te han parecido hermosas!
¡Ajájájá señor, Qué si me parecen hermosas, Claro que son preciosas, Sobre todo Anita.!
En ese preciso momento, salía una de las chicas del dormitorio, en ropa interior... quién al ver a José se sonrojó, y volvió a su habitación para cubrirse con una linda blusa camisera; vestimenta que si bien es cierto cubría su torso, dejaba al descubierto la belleza de sus bronceadas y muy bien torneadas piernas.
Cuando la chica volvió a salir, exclamó:
¡Hombre José! ¡Tú sí que eres un hombre escurridizo... pues estabas completamente desaparecido.!
¿Cómo estás, amigo?
El chico apenas podía creer en su suerte... pues era Anita, la chica que con anterioridad le había dado dos besos, y por quien en las noches, difícil, se le hacía conciliar el sueño... la chica lucía maravillosa.
José, quien había perdido hasta el sentido por ella, nervioso respondió:
¡Muy bien, gracias...es un gusto volverte a ver!
Se sentía tan incómodo, que al saberse incapaz de continuar con la conversación... acto seguido, simplemente se despidió.
Cuando José bajó a la primera planta, el conserje le preguntó:
¡Qué te ha dicho don Antonio!
No me dijo nada importante, solamente que mañana se van y me pidieron que los venga a ayudar... Bueno, claro está... si es que tú no tienes inconveniente.
El conserje le dijo que no había problema, y que lo esperaba al día siguiente.
El chico salió del hotel, y se fue al frente, para seguir sentado en su bordillo... Desde el arribo de don Antonio y las chicas; su necesidad de mantenerse en el lugar, era mucho más fuerte.
Ese día se retiró más tarde de lo usual, con la esperanza de volver a ver a Anita salir; más esto no sucedió.
Continuará...
Al día siguiente José estaba puntual como siempre. Las chicas ya estaban listas para partir, por lo que inmediatamente comenzó a bajar las maletas.
Cuando terminó su trabajo, don Antonio, como propina, le entregó otro buen fajo de billetes, diciendo:
Amigo José, toma mi tarjeta personal y si necesitas algo; por favor nunca dudes en llamarme... ¡Sí!
¡Vale señor...es usted muy amable, muchas gracias!
Más te pido que no lo hagas para que recomiende este hotel, porque espero que comprendas que eso no podría hacerlo.
Sí... lo sé, señor, es una lástima; aunque no puedo dejar de sentir tristeza, porque el edificio es único; pues a pesar de estar descuidado, es sencillamente majestuoso... además es mi pueblo y considero que es precioso. ¡Lo sé José! ¡El hotel tiene potencial, el lugar y sus habitantes son afectuosos, la playa es hermosa; pero por esta región no hay hoteles, que cumplan con la categoría a la cual tengo acostumbradas a mis chicas.!
¡Sí, señor... así es; en eso usted tiene toda la razón.!
¡Bueno, no les quito más su tiempo, ha sido un gusto conocerlos, y haber podido servirles de ayuda!
¡Les deseo buen viaje.!
¡Adiós chico, cuídate mucho!
Anita, que ya estaba abordo del automóvil, sacó la mano para despedirse de José, y le entregó un papel con su dirección, pidiéndole que le escribiera de vez en cuando.
José, sumamente emocionado, alzó la mano para despedirlos, prometiendo que pronto tendría noticias de él.
José continuo tal cual lo había hecho siempre, día con día iba frente al hotel, y se sentaba en el mismo lugar; viendo con tristeza como el edificio se deterioraba cada vez más, con el paso del tiempo.
Para esos días, el hotel no era más utilizado por los turistas... y si por suerte alguno ingresaba a recepción, al cabo de unos minutos, tomaban rumbo en otra dirección.
Un día domingo por la mañana, José amaneció triste y acongojado por el descuido en que estaba su tan querido hotel, y molesto les dijo a los empleados:
¡Ustedes son los únicos responsables, de que el hotel haya caído en desgracia, pues el servicio que prestan es de mala calidad, su comida es de tercera y la higiene es nula! Agregó también que él
cliente, a quien él había conocido, le había comentado lo mismo.
Al conserje poco le importó... y a los cuatro meses, se veía un letrero donde se informaba, que el hotel estaba a la venta.
José, para ese entonces, ya tenía diecinueve años... así que marchó a casa de sus padres, y les dijo que deseaba comprar el hotel del paseo.
¡Cómo... que estás diciendo!
¡Si lo quiero, pues siempre he estado enamorado de él; y no dejaré que nadie más lo compre.!
¡Bueno hijo, pero tú no sabes llevar un hotel, además debe de valer mucho dinero!
¡Pues es mi sueño, moveré cielo y tierra y lo compraré! ¡Me he informado y el precio es de once millones de pesetas.!
¡Hijo, te quisiéramos apoyar, pero nosotros tenemos quizás cinco millones ahorrados y es el dinero de toda una vida.!
José inclinó la cabeza y abrumado, nuevamente enfatizó:
¡Pues yo lo quiero!
Estaba determinado a hacer lo que fuese necesario; así pues, se armó de valor y se marchó a una cabina telefónica... llevaba consigo, solamente sus sueños y la tarjeta que don Antonio le había dado.
Con las manos temblorosas, pero sin dudarlo marcó el número y alguien contestó la llamada; ...
¡Buenas tardes... con quién desea hablar!
¡Buenas tardes, para usted también.! ¡Por favor, comuníqueme con don Antonio.!
¡De parte de quién!
¡Dígale que soy José, el chico del bordillo de enfrente... él comprenderá!
La mujer que contestó el teléfono, dijo:¡Don Antonio, le llama alguien que dice ser el chico del bordillo de enfrente! Ajájájá!


El señor sabía de quién se trataba, así que tomó la llamada.
¡Hola... qué grata sorpresa Cómo estás amigo!
¡Muy bien Don Antonio, más he abusado llamándole para pedirle un gran favor.!
¡Que quieres... dime muchacho!
¡Quiero comprar el hotel, lo están vendiendo, más usted sabe que desde pequeño he amado ese lugar, razón por la cual siempre pasaba mi tiempo libre allí.!
¡Cuanto es el precio que están pidiendo por el hotel!
¡Es de once millones de pesetas, señor.!
Después de un breve silencio, en el cual don Antonio meditó acerca de la propuesta, respondió:
¡José, debes de saber, que no tengo tiempo para dedicarme a otro negocio, que no sea el que tengo ya; y en caso de que acepte a ayudarte, será únicamente porque tengo la certeza, de que a pesar de tu corta edad, eres un hombre correcto.!
¡Por supuesto don Antonio, si usted me apoya... haré todo lo que esté en mis manos, para que el hotel crezca.!
¡José, Estas consiente que deberás trabajar arduamente... quizás de sol a sol!
¡Por supuesto, señor, al trabajo no le tengo miedo!
¡Eso precisamente es lo que deseaba escuchar mi querido José!
Te ayudaré porque soy testigo del amor que profesas por ese lugar y sé que pronto lo levantarás. Por el momento, contacta al dueño para decirle que no lo ofrezca más; y dile que eres tu la persona interesada en el inmueble.
Por mi parte, no podré quedarme para apoyarte en la toma de decisiones, no obstante, puedes llamarme en el momento que consideres necesario; y estaré presto para asesorarte.
Deberás ser muy astuto e inteligente, en el manejo de la administración del hotel; de forma tal que sea uno de los mejores de la ciudad.
¡Si acatas mis consejos, y trabajas con esmero, seguro estoy que este hotel se mantendrá lleno... y posiblemente muchos huéspedes se quedarán por tiempo prolongado; y por supuesto, a mis modelos les encantará la idea de visitar más a menudo tu pueblo, pues con una estancia cómoda, ellas no tendrán reparos para trabajar.!
José apenas podía creer lo que estaba escuchando, así que entusiasmado le expresó a su beneficiario, su gratitud por la confianza depositada en él; prometiéndole que le haría sentir orgulloso, pues dicha empresa sería un éxito total.
Don Antonio se limitó a decir:
¡No me agradezcas nada... lo que deseo es que, con tu desempeño, me lo demuestres, y me hagas sentir que tomé la decisión acertada!
Continuará...
El señor se presentó el jueves, tal cual habían convenido... se reunieron con los dueños del hotel, y sin mayores inconvenientes; después de unos cuantos regateos, y revisar que la documentación estuviese en regla; se dirigieron a la oficina del notario y se realizó la compraventa del inmueble.
Estando ya solos, don Antonio habló seriamente con José, diciendo:
¡José, esta inversión ha sido grande, y no es un juego de chicos, por lo que te asignaré un contable de mi confianza, para que te apoye en las finanzas! Pero el único responsable de la administración y toma de decisiones serás tú. Si quieres que todo marche bien, recuerda que las personas que tú contrates, deben de ser personas honestos y muy trabajadores.
¡Tú ocuparás el puesto de gerente general; y solo sobre ti, recaerá la responsabilidad de que este proyecto sea un éxito.!
Don Antonio le extendió la mano, estrechando la de José, diciendo:
¡Con este apretón de manos, sellamos nuestro trato; y a partir del día de hoy! ¡Serás como un hijo para mí!
Luego le dijo que pronto regresaría a visitarlo, y que no solamente sería para conversar de negocios; sino que sería también placentero; pues Anita, la chica quien le había dado un beso; le había confesado estar enamorada de él... y que vendría al pueblo para quedarse a vivir, exclamando:
¡Amigo mío, prepárate... pues te quieren echar la soga al cuello! Ajájájá!
Luego se despidieron con un fuerte abrazo, don Antonio abordó su auto, asegurando que estaría de vuelta, mucho antes de lo que él podría imaginar.

Inmediatamente después, José se dirigió al hotel; tomó las llaves y puerta por puerta, fue ingresando a todos los salones; fue hasta entonces que se percató de lo inmenso que el edificio era. Fue investigando, he indagado cada rincón, y encontró artículos y objetos muy interesantes de los antiguos propietarios.

Encontró una habitación llena de monitores, que se usaban de forma inapropiada, pues servían para espiar a los clientes; esto le dio escalofríos... pues era un delito muy grave. También encontró cajones, llenas de cartas realizadas para chantajear a clientes, que frecuentaban el lugar con amantes, o bien para conversar de negocios fuera de la ley.

Después se asustó aún más, cuando encontró cintas grabadas con el nombre de algunos huéspedes, etiquetadas como XXX... por lo cual, rápidamente las colocó en una caja; las llevó a casa para su custodia del material.

Al día siguiente volvió al hotel, y se dirigió al ascensor; y observó que al margen izquierdo, había una puerta cerrada en estado deplorable; la cual tenía pegada propaganda de anuncios.


Buscó entre el manojo de llaves que le habían sido entregadas, y la de esa puerta no estaba... esto aumentó más su curiosidad.

Intrigado por ello, decidió buscar la llave en todos los cajones de los despachos, y después de mucho batallar, por fin encontró una muy vieja y oxidada. La cogió y se dirigió hacia la misteriosa puerta; y esta encajo perfectamente, abriendo el lugar en el acto.

Todo estaba muy oscuro, así que buscó el encendido de la luz, encontrándose el interruptor a la derecha de la entrada.
Cuando las luces se encendieron, José quedó fascinado con el lugar... estaba alucinando, pues era un teatro espectacular.

Era inmenso y majestuoso, con tres plantas, palcos para primera clase, el escenario era de ensueño, el cual contaba con unas hermosas cortinas color púrpura. Husmeando por aquí y por allá, encontró un botón, el cual al pulsarlo subía una plataforma, que servía para qué la orquesta, subiera desde el primer nivel al escenario, de forma sensacional.

También encontró un sistema único, <para aquellos tiempos> el cual servía para manejar las luces en diferentes direcciones, cambiar de color, así como para controlar la intensidad. Los camerinos para los artistas eran de lujo... en fin, el chico estaba más que impresionado de la belleza y modernidad del lugar.

Se encontraba tan emocionado, que no pudo contenerse y llamó inmediatamente a su jefe... Don Antonio, pidiéndole que le visitara a la brevedad posible; pues quería comentarle sucesos importantes. Aprovechó para solicitarle a su jefe, que lo visitara acompañado de su esposa, y de Anita... pues se sentiría honrado de invitarles a cenar; y luego de ser posible presentarles a sus padres también.
Don Antonio, que para ese tiempo ya le profesaba especial cariño al chico, aceptó gustoso la invitación, y acordaron que llegaría el sábado por la tarde.
Don Antonio, cumplió lo prometido, pues en punto de las tres de la tarde arribó al pueblo. ¡José se adelantó a recibirlos, mientras los padres del chico cuchicheaban dentro de su coche... expresando orgullosos!:
¡Este muchacho, ya no necesita de nosotros...es todo un hombre!
Cuando Don Antonio salió de la limusina, iba acompañado de su esposa y Anita; así que los padres de José se bajaron de su auto también; y luego de las respectivas presentaciones se otorgaron un fraternal beso y abrazó... todo fluyó casi de forma natural.

José no perdió el tiempo, se acercó a Anita para halagar su belleza:
¡Tal cual te recordaba.! ¡Eres preciosa mujer!
¡Y tú, José...no te quedas atrás! ¡Estás como para comerte, hasta los huesos! Ajájájá!
José solamente alcanzó a decir tímidamente... ¡Gracias!
¡Es broma hombre...no te asustes! Ajájájá Solo quise decir que tú también, te ves muy bien.!
José los llevó a un restaurante de lujo, el lugar era agradable, pues estaba iluminado a la luz de velas; había música de fondo, la comida era exquisita; así pues, todo era propicio, una velada estupenda.
Terminada la cena, mientras los demás aún charlaban degustando de una buena copa de vino; José le dijo a Don Antonio, que deseaba conversar con él, en privado por unos minutos.

Don Antonio aceptó, disculpándose con los presentes, diciendo que pronto volverían, y se dirigieron a la barra del lugar.
Acomodados los dos, José exclamó sumamente emocionado: ¡Don Antonio, no me creerá, lo que he descubierto en el hotel!
¡Habla ya hijo!... ¡Que me estás poniendo ansioso.!
¡He encontrado un teatro grandísimo, es precioso, todo forrado de terciopelo, con palco, luces especiales, etc., etc., es fantástico! He pensado que sería todo un éxito, realizar pasarelas con sus modelos, y así exponer los bellos vestuarios que usted diseña.
¡Estoy seguro de que las mujeres de alta sociedad locales, así como de otros estados, asistirán a dichos eventos... pues el lugar es de primera categoría.!
José estaba enfadadísimo, y no paraba de insistir...
Don Antonio, todo esto sería grandioso para su empresa, y al mismo tiempo el hotel se llenaría a reventar.

¡No vayas tan rápido hijo, que bien sabes que debo de cuidar mucho de la imagen de mi negocio! ¡Espera que yo visite el lugar, y te diré si existe la posibilidad de hacer lo que propones.!
¡Don Antonio, seguro estoy que usted estará de acuerdo, y se emocionará tanto como yo, después de que conozca el lugar.!
¡José, si todo lo que comentas, es cierto, dime!: ¡Por qué nunca antes, se explotó tan esplendoroso potencial!
¡Señor, yo me cuestioné lo mismo, así que investigué al respecto! Me dirigí a la oficina principal del hotel, y por fortuna buscando en el escritorio del dueño anterior, accidentalmente encontré un mecanismo que abría un cajón que contenía un doble fondo.
Encontré algunas fotografías, documentos... y también algunos recortes con reportajes de periódicos, de muchos años atrás. ¡Al leerlos me enteré de que el teatro fue cerrado, debido a un terrible accidente, en el cual murió un niño.!!

Dime José; ¡Que fue eso tan terrible que sucedió!
¡Lo que relatan, es que la tragedia sucedió, a causa del mal estado de uno de los escalones! Ese día, estando en medio de una función; un niño de diez años y su padre, fueron invitados a subir al escenario... por algún motivo, el niño tropezó con la saliente de la alfombra, que cubría el último escalón... cayendo de cabeza; el golpe le produjo una fractura de importancia en el cráneo... muriendo a las pocas horas de hospitalización.

La familia del pequeño era muy apreciada en la ciudad, y aunado a esto eran acaudalados; así pues, el dolor y frustración, la volcaron contra los dueños del hotel; jurando que, nunca más nadie, volvería a ingresar al teatro.
Los dueños del teatro, después de pagar los servicios de algunos abogados aprovechados e ineptos, quedaron en la bancarrota. El dueño cayó en depresión, y a los pocos meses después murió de un infarto... y la esposa no deseó saber más del hotel.

Como nunca concibieron hijos, el inmueble pasó a manos de los sobrinos... y ellos jamás se ocuparon de él; simplemente contrataron a un hombre inescrupuloso, quien no reportaba las ganancias generadas por los huéspedes... y me imagino que así fue como llegó el hotel, a estar en las condiciones que hoy se encuentra.

¡Bueno hijo, qué historia más chunga! ¡Mejor seguimos conversando mañana... y ahora volvemos a la mesa.!
Así lo hicieron... y para alegría y tranquilidad de José, todos seguían compartiendo en perfecta armonía.
Don Antonio y José regresaron a la mesa, para seguir compartiendo con los demás. Al cabo de unos minutos, José, quien deseaba propiciar momentos de mayor cercanía con Anita, les propuso que fuesen a otro lugar a bailar.
¡Vamos, yo sé que nos divertiremos! ¡Qué les parece!
Los padres de José, casi al unísono, respondieron:
¡No, hijo...no abuses de tus invitados!

Don Antonio, la esposa y Anita; expresaron que por ellos no había inconveniente; y que les parecía buena idea.
Los padres de José se excusaron, diciendo que no estaban acostumbrados a desvelarse, y que para ese momento, lo mejor sería retirarse a casa; y para no echarles a perder la noche, se irían en taxi.
Don Antonio, intervino:
Nada de eso, no les dejaré partir en taxi, y le dijo a José que fuese a dejar a sus padres tranquilos; y que ellos paran mientras darían un paseo por la plaza.
¡Está bien, dijo José, no tardaré nada.!
¡Perfecto contestó Don Antonio, preguntando al chico!: Conoces la discoteca en la calle "López de Hoces"
¡Sí, sé donde se encuentra ubicada.!
¡Entonces no se diga más, José, nos encontraremos allí.!
José le preguntó a Anita; ¡si le gustaría acompañarlo a dejar sus padres, y ella encantada aceptó.!
Don Antonio y su esposa, se despidieron de los padres de José... con la promesa de pronto volverse a encontrar... pues ambas parejas congeniaron perfectamente.
Durante el recorrido a casa de los padres de José, todos bromearon y conversaron a gusto. Los padres del chico, quedaron encantados con la dulzura de Anita; y ella, feliz de haber congeniado de forma

tan espectacular. Al llegar a casa, los padres bajaron del automóvil, les dieron la bendición a los chicos y estos con un beso se despidieron.

Presurosos regresaron al centro de la ciudad y al poco tiempo llegaron a la discoteca. El lugar era mágico, había tres grandes salones, cada una con su respectiva pista de baile, todas acogedoras; pero con cada una de ellas con diferente iluminación, música y decoración...de forma tal, que todos los presentes, contarán con diversas opciones para disfrutar.
Los chicos se decidieron por el salón del romanticismo; ordenaron unas bebidas y luego de charlar un rato, José invitó a Anita bailar.
-¡Anita me encantas físicamente, y después de conocerte más, creo que eres una mujer única y sensacional!
Ella se sonrojó, y solamente se abrazó a él, y muy pegaditos comenzaron a bailar.-¡Que bien hueles Anita! ¡Susurraba José.!
¡Que puedo decirte, respondió Anita... solamente, que a mí también me encanta tu olor.!
Entre copa y copa, susurros y expresiones propias de enamorados; los chicos continuaban embelesados, olvidándose de Don Antonio y su mujer; quienes después de disfrutar unas dos horas en el lugar; buscaron a los chicos para despedirse; acordando encontrarse al día siguiente.
Los jóvenes gozaron toda la noche, de su plática y compañía. Anita sentía que conocía a José desde siempre, al punto que en un momento se encontró besando el cuello de José.

Para ese momento ya eran cerca de las tres de la madrugada; José no deseaba más continuar en la pista de baile; pues estaba verraco perdido, y solo deseaba estar en la intimidad, con Anita... quien le parecía tierna y dulce como las flores; pero también excitante y deseable.

Decidieron pasar la noche, en el mismo hotel donde se encontraba la discoteca.

Ingresaron a la habitación apasionados al máximo... Anita lo alejó de su cuerpo por un momento... Se soltó el lazo que sujetaba su cabello, luego seductoramente poco a poco se despojó del vestido, dejándolo caer en medio de la entrada... quedando cubierta apenas por un bodi, el cual estaba compuesto solamente de tres tiras de encaje negro.


Se le veía radiante y deseosa de ser poseída... pues coqueta comenzó a caminar, contoneando sus caderas de forma exquisita.

José la miraba asombrado, su corazón latía a mil por hora; pues nunca jamás había visto mujer tan hermosa en toda su vida. Se encontraba tan emocionado, e inseguro a la vez... que no sabía cómo abordarla... estaba totalmente paralizado.

Anita sutilmente le invitó a acercarse extendiendo su brazo... José así lo hizo... y sin cruzar palabra alguna, comenzó a besar con ternura su mano y luego cada uno de sus dedos... la ternura rápidamente quedó de lado, pues apasionado continuó subiendo hacia el cuello, hasta terminar besando casi con furia, esos labios por tanto tiempo deseados.
Luego José la tomó en brazos gentilmente, la depositó sobre la cama... y ambos se tomaron el tiempo necesario para besar y acariciar cada centímetro de su piel... Se compenetraron tanto, que ambos respiraban al mismo compás, susurrándose cuánto habían anhelado ese momento.

Sin embargo, parecía que ambos querían prolongar al máximo sus ansias, porque las caricias y besos predominaron por mucho tiempo. José no era capaz de contenerse más; apartó el cabello del rostro de la chica, y mirándola a los ojos, hizo a un lado los encajes de su diminuta braga; y entró en ella... haciéndola suya, por instantes con ternura, y por otros con desenfreno... y de allí no quiso salir más, en toda la noche.

Como poder evitarlo... si Anita era maravillosa con sus labios y caricias, y José parecía no poder saciar la pasión que le consumía. Era la primera noche de entrega para ambos, y fue mucho más de lo que hubiesen podido soñar. Se amaron una, y otra, y otra vez... hasta la saciedad; quedando al final agotados y rendidos, durmiendo con sus extremidades entrelazadas.
Ya sobre las doce del mediodía, sonó el móvil de José... quien se despertó abruptamente, tratando de que su voz, fuese lo más clara posible... respondió:

¡Buen día, don Antonio! ¡Cómo está!
¡Muy bien chico! ¡Ustedes dónde se encuentran!
... Perdóneme por la tardanza. Deme por favor unos minutos, que ya vamos para allá.
Vale chico, nos vemos en el hotel.
José presuroso despertó a Anita, quien se levantó de la cama, tal cual Dios la trajo al mundo... José estaba más que encantado, y exclamó:

¡Qué cuerpo tienes cielo mío!
¡Gracias, que bueno que te guste! ¡Me apresuraré; así pues, me voy a duchar.!
¡Puedo ducharme contigo! ¡Así terminamos antes! Ajájájá!
¡Qué tremendo que eres!
Y como a cualquier pareja de enamorados le acontece, la ducha fue mucho más larga y placentera, que lo usual.
Cuando terminaron de "ducharse", ambos comenzaron a vestirse, pero apenas comenzaba la chica a colocarse sus braguitas con esos encajes, que tanto excitaban a José, este le dijo:
¡Anita¡Por el amor de Dios, no te das cuenta de lo que haces! ¡Con esta ropa interior me vas a tener todo el día obsesionado!
Anda, no seas pesado, y apresúrate que es muy tarde.

Salieron del hotel a toda velocidad, y para cuando llegaron, don Antonio les esperaba en la puerta.

¡Vamos chico, que no tengo todo el día!
Sí, lo sé... y lo lamento don Antonio, por favor discúlpenos.
¡Si venga, que no hay problema, porque créeme que sí te entiendo muchacho! Ajájájájá!
Anita intervino diciendo: ¡Qué maluco que es usted!
¡Yo el malo! ¡Anda joya, que tú eres el peligro para él, pues lo trastornas! jájájá!
Continuará...
Cuando José llegó al hotel, en la puerta estaba don Antonio esperándolo, pero lo primero que hizo José fue sentarse en el bordillo de enfrente; así mirándolo y viendo a don Antonio junto a Anita, se le vinieron todos los recuerdos a la mente.
En ese lugar, había visto infinidad de personas, ir y venir a lo largo de su vida; y fue en ese momento en que recordó, a un chico que ingresaba con pantalón granate, a media altura. Pensaba que quizás ese niño, fue quien había muerto... él estaba ensimismado en sus pensamientos, cuando escuchó que Anita lo llamaba.
¡Sí... si ya voy! Contestó.
Se levantó y subió esos seis escalones del hotel; y le enseñó a don Antonio el teatro, y todo cuanto le había comentado.
Es fantástico exclamó... Esto es maravilloso, haremos restauraciones en donde haga falta, y lo arrendaremos también para cualquier evento que soliciten.
¡Sabes! ¡Serás el hombre más rico del país! Bueno, después de mí ¡Ajájájájá!
Tal cual tú recomendaste José, haremos en este teatro el desfile de modelos; así pues, contrata el personal necesario, para que este lugar quede con brillo e inmaculado.
Merodeando por el lugar, don Antonio, vio una puerta que le llamó la atención, así que preguntó:
¡Oye chico, qué hay detrás de esa otra puerta!
¡Nada importante, solo trastos viejos! Esa era la habitación donde encontré también el cámara y vídeos.
Está bien... creo que ya vi todo lo que interesaba, así que me retiro.
Anita le dijo a Don Antonio: ¡Espera! ¡Será que puedes llevarme a casa, necesito cambiarme y hacer algunas diligencias!
¡No faltaba más chica! Será un gusto llevarte.
Anita le dijo a José que se marchaba, pero que lo vería por la tarde.
Sí, está bien. Yo te recogeré a las cinco para venir de nuevo al hotel, pues tenemos mucho que hacer.
¡Claro que sí, cuenta conmigo! Le dio un beso en la mejilla y se marchó con don Antonio.
Cuando José se quedó solo, entro en la habitación de las cintas, y buscando en todos los muebles, encontró más vídeos; por lo que decidió ver algunas, y así saber acerca de su contenido.
Eran tremendas y perversas; pues salían parejas teniendo relaciones, y muchas parecían ser de amantes; tanto de un sexo como del otro... eran cintas que usualmente se utilizan solo en cines y exclusivamente para adultos.

José no sabía qué hacer con ese material, así que decidió dejarlo todo como estaba, y pedir un permiso del juez, para utilizar esos aparatos como cámaras de seguridad y de vigilancia; las cuales serían controladas por un hombre de seguridad; para así monitorear a los trabajadores, o tener evidencias en caso de que ocurrieran robos o incluso se cometiera un crimen.
Asimismo, retiraría todas las cámaras lugares privados, tal cual eran las alcobas, los baños.
Como sucedió la primera vez, se deshizo de todas las películas comprometidas; y las guardó en una caja fuerte que tenía el hotel junto con ellas... todas las cartas y documentos con los cuales, se había chantajeado a cientos de personas.
Se le había hecho tarde, así que por ese día no trabajaría más... pues sabía que su dulcinea lo estaba esperando.
José deseaba consentir a Anita, por lo que después se fue a un exclusivo hotel, y alquiló la suite nupcial... Subieron a la habitación, y lo primero que hizo Anita, fue tumbarse en la cama, y gritar:
¡Siiiiii! ¡Esto sí que es maravilloso!
¡Ven mi torero bello, que te voy a hacer una manoletina! Ajájájá!
¡Conque esas tenemos jovencita!... ¡Ahora verás, quién es el que la hace! Ajájájá!
José se abalanzó hacia ella y empezaron a juguetear, haciéndose cosquillas... y entre risas y roces de sus cuerpos, desnudos, terminaron, e hicieron el amor apasionadamente... al final ambos exhaustos, quedaron boca arriba, mirando hacia el techo con sus manos entrelazadas.
Anita, mirando aquella hermosa lámpara que colgaba del techo, le preguntó:
¡José... tú me quieres!
¡Vaya pregunta! Yo te quiero con toda mi alma.
¡Dime si es así, como llevaremos nuestra relación y todo cuanto está aconteciendo!
Mi amor, si día a día, semana a semana... tú estás a mi lado, sé que seremos capaces de lograr las metas que nos propongamos... pues para mí, tú eres la luz de mi camino.
Anita feliz se volvió tomando el rostro de José en sus manos, lo besó tiernamente diciéndole cuánto lo quería; y lo mucho que deseaba a su lado compartir su vida.

Luego le preguntó: ¿Dónde viviremos?
Eso dímelo tú... ¿Dónde te gustaría?
¡Quizás en el hotel! ¡Te parece bien!
¡Jovencita, si eso es lo que quieres, te cobraré la estancia todos los días! Ajájájá!
¡No se diga más, en este preciso momento te dará parte del primer pago, por adelantado! Ajájájá!

Amigos, para que contarles lo que sucedió... solo diré tal cual dice la canción, que hasta la sombra se besaron.
Durante tres meses trabajaron, arduamente, para levantar el hotel...

Contrato varias empresas, especializadas en limpieza, así como otras para realizar algunas remodelaciones.

En el área de cocina, se cambiaron casi todos los electrodomésticos. A todo el hotel se le dio una manita de pintura, con colores sobrios pero cálidos; y los muebles que estaban en mal estado se barnizaron.
Asimismo, le dieron un aire de frescura cambiando las cortinas; tanto de los salones, como de las habitaciones.

Se instaló una sala para los hombres de negocio, en donde podían realizar conferencias o reuniones; y al lado crearon otro espacio, donde contaban con computadoras y todo lo necesario para trabajar.
También se compraron algunas obras de arte, lámparas y esculturas; que le dieron mucha más clase al hotel.
El exterior no quedó exento de renovación... pues se cambió el azulejo celeste pálido de la piscina, por otro de color azul... se instalaron sillas para bronceado, hermosas mesas con sombrillas; se sembraron hermosas flores, frondosos follajes, palmeras... en fin el resultado fue, que le prodigaron un aire de frescura y ostentosidad al hotel... estaba irreconocible.

El único lugar que se conservó, tal cual estaba, fue el teatro... pues como se cerró al poco tiempo de que este se abrió... butacas, alfombras, cortinas, etc., etc.; estaban en muy perfecto estado.

Anita era muy detallista, así que todos los trabajos realizados quedaron inmaculados... actitud que José, en muchas ocasiones, le llevaron casi al límite; pues los gastos día con día excedían del presupuesto inicial.
No obstante, el resultado final, hizo que todos los dolores de cabeza valieran la pena... Ya que era él; quien después de invertir los ahorros de los papás, debió de llamar constantemente a don Antonio, para solicitarle más fondos para terminar con los trabajos... porque el costo total de las renovaciones fue de un poco más de ocho millones.
El trabajo de José en esas semanas, fue contratar al personal calificado, contactó a los proveedores, contactó personas importantes para la inauguración, etc., etc.

Cuando el hotel estaba en óptimas condiciones, llamaron a don Antonio para pedirle que llegará y así él les diese su opinión...

El señor, que para esos días tenía su agenda repleta de compromisos, se disculpó... y le dijo:
Por ahora me es imposible visitarlos chicos; así que desde ahora apartaré unos días, para cuando realicen la re-inauguración... y espero que me sorprendan.
Los jóvenes, momentáneamente, se sintieron un poco entristecidos; sin embargo, después pensaron que sería mucho más gratificante para don Antonio visitar el hotel, cuando estuviese en pleno esplendor.
Así pues, los chicos, a través de la radio y otros medios, publicitaron a lo grande la apertura del hotel.

Cuando el tan esperado día llegó, don Antonio y su señora fueron de los primeros invitados en arribar... él sencillamente no podía creer, lo maravilloso y espléndido que lucía el hotel; pues a donde quiera que dirigía la vista, la clase y el buen gusto quedaban de manifiesto.

Don Antonio se sentía tan eufórico, que en ese momento abrazó fuertemente a José, estampándole un beso en la mejilla; luego levantó a Anita en brazos y giró y giró... vitoreando y cantando lleno de alegría.
Cuando los asistentes comenzaron a llegar, se les invitó a degustar de fina champaña, caviar y algunos aperitivos más...

Cuando el reloj marcaba las diez de la noche, invitaron a los presentes a ingresar al salón donde se serviría el banquete... y mientras los comensales ingresaban, se podían escuchar las expresiones de asombro, por la belleza del lugar.

Las mesas estaban elegantemente vestidas con manteles de fino encaje, los centros de mesa contenían delicadas flores color pastel; de la fuente colgaban bellos cristales Swarovski de color ámbar dorado... y como la iluminación era totalmente con velas, brillaban como en un cuento mágico de hadas.

Todos los asistentes gozaron de un delicioso banquete; acompañados del compás de una sublime música instrumental, interpretada por una reconocida orquesta.

Anita en secreto había contactado a sus amigas modelos, de tal forma que terminado el banquete; para gran sorpresa de don Antonio, anunciaron que el momento por todos tan esperado, había llegado.
Invitaron a todos los presentes, a salir al frente del hotel y al lado de la fuente, se realizó la pasarela, con los mejores diseños de Don Antonio.
Para cerrar el evento con broche de oro, el desfile culminó con hermosas explosiones de luces artificiales... ¡Todo fue de ensueño y espectacular!
Empresas y personas particulares, solicitaban datos del diseñador; algunos para contratarlo para eventos de quince años, bodas, damas de honor... e inclusive días después recibió una llamada, por parte de la Reina; quien escuchó de la belleza y calidad de sus diseños, citando al diseñador para qué se presentará en el Palacio Real.

Muchos de los asistentes eran personas importantes, quienes provenían de diferentes partes del país; así que al quedar tan complacidos; fueron promocionando el hotel de boca en boca... y así terminó siendo catalogado como un hotel de cinco estrellas.
Desde ese día las personas tenían que hacer reserva, con semanas de antelación... pues desde ese día, el hotel nunca más llegó a tener una habitación libre.

José apenas podía creer con lo afortunado que era; todo iba en popa, pues su relación con Anita era excelente, y rápidamente consiguió una fortuna tremenda...
Y por supuesto Don Antonio, de millonario, pasó a ser multimillonario; pues recibía ganancias del hotel, y al hacerse tan conocido se volvió un diseñador internacional; realizando giras por Francia y después por toda Europa.
Continuará...
Para regocijo de los dueños del hotel, este llegó a ser reconocido en todo el país, como uno de los mejores; y después su fama fue internacional.
Todos los habitantes de la región, a su vez, fueron beneficiados; puesto que el turismo se incrementó de forma inmensurable, dando lugar a nuevas fuentes de trabajo; y por ende la prosperidad reinaba en todo los hogares; motivo por el cual la pareja de jóvenes, era muy apreciada por la población.

Con el transcurso de los meses, José y Anita contrataron a un gerente de operaciones; para así disponer de más tiempo para disfrutar de su amor; no obstante, continuaron viviendo en el hotel, para asegurarse que la calidad de sus servicios, siempre fuese óptimo.

Un día en el que Anita se encontraba en la recepción, cuando de pronto se presentó un señor de buen vestir, preguntando por el dueño del hotel.

Más la chica se preocupó, porque se percató que el hombre estaba






nervioso y mantenía una de sus manos en el bolsillo... aparentemente portaba un arma.


Trató en la medida de lo posible de tranquilizarse, y amablemente le dijo:
Con gusto le informaré... solamente dígame su nombre para poderlo anunciar.
El hombre cortante y con el ceño fruncido respondió:
¡Dígale nada más, que soy uno de sus antiguos clientes!

Anita fue en busca de José y alterada le dijo:
¡José! ¡José! Hay un hombre que está preguntando por ti; dice que es un viejo cliente.
Si es simplemente un cliente, ¿por qué te siento tan alterada?
¡Ay mi amor! No sé, si estoy equivocada... pero creo que el hombre, no te busca para nada bueno y al parecer está armado.
Tranquila mi cielo; si es así... llamaré a la policía; mientras tanto dile que me espere en el vestíbulo.
Anita regresó, y de nuevo muy cortésmente le invitó a sentarse en el lobby, indicando que José bajaría pronto.
Mientras tanto, José llamó a la policía... quienes, en cuestión de diez minutos, se personaron en el lugar. Cuando ingresaron le preguntaron a Anita, quién era el hombre sospechoso, y ella señaló el lugar donde estaba sentado el hombre.

El individuo, quien se había percatado de la presencia de la policía, salió corriendo... pero otro agente que resguardaba el frente del hotel, lo detuvo en acto.
La policía lo abordó, y desarmó inmediatamente. Luego lo llevaron de vuelta hacia el hotel, y una vez allí, le pidieron la documentación que lo identificaba, así como la licencia para portar arma de fuego; y al revisar todo estaba en regla, pues el sujeto había sido político en años anteriores.
No obstante, decidieron que se lo llevarían detenido, pues su conducta hacia Anita, había sido intimidante; aunado al hecho que no supo explicar el porqué, había solicitado ver a José.

Cuando estaban a punto de llevárselo, José intervino diciendo:
Señores oficiales. ¡Podrían permitirme conversar a solas, con el caballero un momento!
Como ya habían desarmado al sujeto, no tuvieron objeción para aceptar lo que José les pedía.

José condujo al hombre hasta su oficina, y le preguntó:

¡Señor, podría decirme como se llama!

Con molestia respondió: ¡Mi nombre es Ricardo Bertrandt!

Pues si la memoria no me falla, no recuerdo haberle conocido en el pasado.
¿Podría decirme que deseaba usted hacer con el arma?
¡Vine a matarte.!
Si es así... ¡Podría al menos saber, que daño le he causado!
Hace año y medio, vine a su hotel con una chica y me filmaron.
Luego su gentuza comenzó a llamarme, para pedirme una fuerte cantidad de dinero... y como me negué; lógico fue comprender que usted, giró órdenes a esos rufianes, para que divulgaran el vídeo.
¡Usted no tiene perdón de Dios, pues arruinó la vida de mi familia, y destruyó la mía! José lo interrumpió diciendo:
Señor, me temo que la lógica, en esta oportunidad, le ha fallado por completo... Lamento mucho su desgracia; pero mucho más me afecta, el que usted me crea el mísero gusano, responsable de tan abominable hecho.

Si usted duda de mi integridad, le exhortó a realizar las averiguaciones que considere necesarias; y todo residente de este lugar, podrá confirmarle que el hotel fue vendido a mi persona, tan solo unos meses atrás.

Siendo así, dígame usted. ¡Cómo podría haber girado instrucciones para filmarlo, luego chantajearlo, o en todo caso dar a conocer dicho vídeo!

El hombre, aun con el rostro desencajado por la rabia, preguntó:
¡Si no fue usted... entonces dígame quién fue!
-Honestamente, no puedo servirle de mucha ayuda; porque actualmente no hay un solo trabajador, que haya estado al servicio de la administración pasada.
Sin embargo, sé de lo que me está hablando. Estoy enterado de las cintas, y las cartas de chantaje enviadas a diversos clientes; porque al comprar el hotel, personalmente revisé cada rincón.

En ese entonces, había una puerta para la cual no encontraba la llave; siendo así me dediqué con especial afán a encontrarla.

Cuando al fin pude ingresar a esta habitación, encontré cámaras ocultas, vídeos y las cartas que eran enviadas para realizar las extorsiones. Solo hasta ese momento, me enteré de la forma anómala y perversa, en que personas sin escrúpulos estaban actuando.
Por lo delicado de la situación, y para no afectar a los huéspedes involucrados, determiné no informar a las autoridades; y decidí que lo más conveniente, era guardar todos los documentados en una caja fuerte, a lo que si a usted le parece, buscaremos esos documentos y cintas que se las entregaré, con mucho gusto y usted hará lo que estime conveniente ...
Después de escuchar el relato de José, el hombre se desmoronó, pues había estado a punto de cometer, la peor estupidez de su vida.

José le preguntó:
¡Es consciente y cree todo cuanto le he dicho! Porque en realidad no es mi deseo meterlo preso, por este lamentable incidente; pues considero que mucho ha pagado ya, por el error cometido.
¡Sí... vale! Por favor perdóneme. En realidad no es mi forma natural de proceder; más cuando me enteré, a través de la prensa, que de nueva cuenta habían abierto las puertas del hotel, no pude controlar mi furia... y quise vengarme.

¡Venga, que no pasa nada! Creo que yo también me hubiera vuelto loco, si por culpa de alguien pierdo a mi Anita querida.
Señor, honestamente considero, que Dios también cree, que mucho ha sufrido a causa de un error; pues a mi parecer, está claro que impidió... que cometiera otro delito mayor.

Porque si usted hubiese cumplido con su cometido; el resto de sus días... los hubiese vivido dentro de una prisión.
Imagino lo mal que lo debe de estar pasando; pero si usted tiene paciencia, seguro estoy que con el tiempo su familia, podrá perdonar su error... Y con un poquito de suerte y esmero de su parte, quizás serán mucho más felices, de lo que eran... antes de que conocieran su falta.
El hombre, al escuchar las palabras de ánimo, por parte de la persona a quien iba decidido a matar; se puso de pie, y le brindó un fuerte abrazo a José; pues él había ingresado al hotel buscando a un enemigo, y salió ganando un muy buen amigo.
José salió al vestíbulo, y les informo a los agentes, que todo lo sucedido, había sido un malentendido; y que el hombre solamente llevaba consigo el arma, tal cual lo hacía día con día.

Los policías, una vez más...no tuvieron inconveniente alguno, en acatar los deseos de José. Solamente le informaron, que tendría que presentarse en la estación correspondiente, para retirar la denuncia.
Este suceso, sería uno de los sustos más grandes, que a lo largo de su vida experimentaría José...
El problema de la agresión trascendió a los diarios; pero como nadie confirmó el altercado; al final, los reporteros, que habían destinado una columna para cubrir la noticia, se quedaron sin nada para reportar en ese espacio...

Los dueños del diario, decidieron aprovechar la oportunidad, para destacar a José; calificándolo en el reportaje, como un ciudadano joven y apuesto... pero sobre todo, ejemplo para miles de jóvenes; pues el chico, a su corta edad; era accionista de uno de los hoteles más famosos del mundo.
Continuará...
José, al día siguiente del "problema", que enfrentó con don Ricardo... antiguo huésped del hotel; debido al mal uso de las cámaras de vigilancia; convocó, con carácter de urgencia, a todos los trabajadores.

Dicha decisión la tomó, para evitar que en el futuro; se diera lugar... a malas interpretaciones.

Cuando todo el personal, se reunió frente al hotel; les informó, que tenía algo de suma relevancia para comunicarles... diciendo:Señores, señoras y jóvenes en general; les he citado para informarles que el hotel, está monitoreado por cámaras de seguridad las veinte y cuatro horas del día. Las grabaciones que se realizan, sirven para proporcionar seguridad a nuestros huéspedes, así como la de nosotros mismos.
El equipo de vigilancia ya estaba instalado, cuando se compró el hotel; y seguirá funcionando porque consideramos que son de invaluable apoyo, en todo lo concerniente en el tema de seguridad.
Dicho esto, deseo aprovechar la oportunidad para confesar, que me siento orgulloso de todos ustedes; pues desde que el hotel abrió nuevamente sus puertas; han sido despedidos solamente dos trabajadores.
Uno de ellos, era un guardia de seguridad, quien infringió las normas del puesto que desempeñaba; y la otra fue una señorita del departamento de limpieza, quien fue responsable de sustraer el reloj de un cliente.
Así mismo, deseo compartirles que, en su momento, nos encontramos con la penosa necesidad, de desalojar a una huésped; quien ejerce la prostitución... más su delito no fue su oficio; sino que... el de utilizar este hotel para desempeñar "sus labores".
Otro punto qué deseo destacar, y que también me llena de orgullo y satisfacción, es que el personal que aquí labora; goza de los mejores salarios y prestaciones, en comparación de cualquier otro hotel; por lo tanto, considero, que merecemos el mismo aprecio, respeto y lealtad por parte de cada uno de ustedes.
Les exhorto a que continúen trabajando honestamente, como lo han hecho hasta el día de hoy, y les aseguro que conservarán sus puestos...
Ahora bien, nadie está obligado a permanecer bajo estas condiciones, por lo tanto... si algunos de ustedes, no están de acuerdo con lo anteriormente expuesto; este es el momento de decidir, si continuarán a nuestro lado.
Por unos segundos el silencio fue total; pero pronto fue quebrantado, por una ola de aplausos y gritos... vitoreando:
¡José, jefazo!... ¡Como usted, no hay nadie igual!
José agradeció el apoyo y las muestras de cariño y consideración; y les invitó a continuar con sus labores; más no sin antes expresarles su apoyo incondicional... expresando:
Agradecería, que si en alguna situación específica, alguno de ustedes tiene un problema, o hay algo que les incomoda en el hotel; no tengan temor de acercarse a Anita, o a mi persona... y así tomar las medidas correspondientes, para remediar lo que sea preciso.
¡En ese momento, una chica, tímidamente, alzó la mano y preguntó!:
¡Don José, solamente quería saber, si también nos graban, cuando nos cambiamos de ropa!
La respuesta de don José, para muchos, fue más que inesperada... pues respondió categóricamente:
¡no, señorita, en sus vestuarios la privacidad es absoluta, pues me encargo personalmente de revisar esos vídeos! ¡Además, podéis estar seguros, que con esto...no estamos yendo contra ninguna normativa, o quebrantando la ley!
Luego preguntó: ¡Señorita, si no está de acuerdo, me gustaría saber si acaso! ¿¡Tiene algo que ocultar!
La chica se sonrojó... era evidente su molestia, más se limitó a guardar silencio.
Don José no pudo controlarse más, y comenzó a reír divertido por la expresión, de todas las mujeres presentes. ¡Wájájájá!
¡Que es una broma niña! Anda ven y sube aquí... al llegar cerca de él, la recibió con un fuerte abrazo. Desde ese momento, la chica y demás empleadas se sintieron más que protegidas.
Al presenciar esta broma, que fue como un gesto de compañerismo por parte de don José; de nueva cuenta, los empleados emocionados comenzaron a aplaudir... y José intervino alzando la voz:

¡Ya vale!... ¡Venga, que todos necesitamos ir a trabajar! ¡Sí!
Desde ese día, nunca más volvió a ocurrir otro incidente en el hotel; excepto que, de vez en cuando, se extraviaba una maleta en las afueras del hotel, y alguno que otro problema, pero nada concerniente a la seguridad.
Continuará...

La vida le sonreía a José y Anita, el hotel contaba con empleados profesionales, quienes cumplían sus labores a la perfección; por lo tanto, decidieron contratar a un gerente de operaciones, y así disponer de más tiempo libre para disfrutar de su romance.

Anita era una mujer realmente especial, amaba con devoción a José, y día con día lo sorprendía con nuevos detalles. José se sentía engrandecido y él le correspondía consintiendo sus pequeños caprichos.

Para ese momento, José tenía su vida resuelta; y deseaba comenzar una familia al lado de su amada.



Decidió sorprenderla; así pues, la invitó a dar un paseo en avioneta... y para tremenda sorpresa de la chica, cuando volaban sobre un campo de golf; vio un mensaje realiza do con rosas blancas, que decía:

Anita te amo... ¡Quieres casarte conmigo!
La joven emocionada no pudo contener el llanto, lo llenó de besos y abrazos, y le confesó que desde hacía mucho tiempo, ella soñaba con ese momento.


Al día siguiente viajaron treinta kilómetros, hacia la ciudad madrileña, Alcalá de Henares; pues allí vivían los padres de Anita.

José invitó a sus futuros suegros a almorzar, y les pidió la mano de su amada princesa; ellos accedieron inmediatamente, pues sabían que su hija lo amaba infinitamente.

Alcalá de Henares fue declarada, Patrimonio de la Humanidad; así pues, después visitaron algunos de sus bellos parajes.

De vuelta al hotel pasaron visitando a los padres de José, para darles la noticia, y ellos también les otorgaron su bendición; pues para ese entonces ya querían a Anita como a una hija... pues sabían que ella una chica excepcional.

Es más, los padres de José, siempre se cuestionaban, si la presencia de la chica en la vida de su hijo; había contribuido a que desapareciera el problema de tartamudeo, que afectaba a José. Pues él nunca más tuvo trabas al conversar.

Acordaron que la ceremonia se realizaría en dos meses, tiempo en el cual, con suma ilusión, juntos compartieron la experiencia de organizar cada detalle de la boda.

Casi en todo concordaban, más Anita deseaba casarse en la playa, y José en el teatro del hotel... al final ambos cumplieron su deseo.

La boda civil se celebró en la playa, un día viernes justo al atardecer. A este evento acudieron, solamente las personas más cercanas a los chicos... a lo sumo serían cien. Entre ellos, don Ricardo con su esposa, quien logró el perdón de su familia; ya que después del incidente en el hotel, pasó a ser uno de los mejores amigos de José.
El lugar fue decorado de forma sencilla, pero con gusto exquisito.
Las sillas forradas de blanco, en medio una hermosa alfombra con pétalos de rosas, en esta oportunidad de color carmesí... al fondo, en el lugar donde se encontrarían los chicos, una hermosa pérgola con telares al viento; como fondo el hermoso azul del mar, quien con su oleaje parecía rendirlas tributo, con delicioso cantar. Y como guinda sobre el pastel, un majestuoso cielo se lucía, con hermosos colores pastel.
Después de la cena, presenciaron un espectáculo realizado por malabaristas de antorchas; al final terminaron cantando y danzando alrededor de una hoguera... casi hasta el amanecer.

Ese mismo día, a las seis de la tarde, se llevó a cabo la boda religiosa. Don Antonio y su señora, fueron los padrinos de boda; y las modelos fueron las damas de honor.

La ceremonia se llevó a cabo en el teatro del hotel, y fue precedida por el sacerdote de la Parroquia de Jesús de Medinaceli.

¡El salón de espectáculos, lucía más radiante que nunca... bla, bla, bla! ¡Imposible mis amigos relatar los detalles!

¡Porque si certero es, que la fiesta de re-inauguración fue por demás colosal... los chicos para este evento, tiraron el hotel por la ventana!Aájájájá!

¡En esta ocasión mi relato, termina como en todo cuento de hadas... pues comieron perdices y fueron felices para siempre!
Enrique Nieto Rubio.
derechos de autor.
-Fin-


Nota Importante:
La imagen que se utilizó, para acompañar esta narración de fantasía, es la del hotel The Westin Palace Madrid.
Es ampliamente conocido por su hospitalidad desde 1912, y está ubicado en el centro de Madrid.

El objetivo de este escrito ha sido, reprenderle, un pequeño homenaje, y llamar la atención, de tan imponente majestuosidad.

Este icónico hotel está catalogado con cinco estrellas, y se encuentra entre uno...de los diez hoteles más hermosos del mundo... por lo tanto:¡Orgullo para los españoles! Siiiiiii

.Tu mi linda estrella la niña de mi sentir de Enricostro.


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Allí en los vientos lejanos,
 donde surcan las galaxias.

Una estrella allí brilla...
es la estrella más hermosa,
de entre todas las galaxias,
 del vasto infinito sideral.

Una chica que la mira,
 y de ella queda enamorada... 
ha viajado a esa estrella...
rozándola con su mirada.

Ha acariciado su cuerpo,
 y le ha entregado su alma... 
llenándola de besos...
brindándole todo su amor.

Más no puede quedarse, 
con su estrella enamorada; 
pues si ella así lo hace,
 dejaría su amada morada.

Así tuvo que bajar,
 triste y llorando desconsolada.

Hoy la mira desde tierra,
 con un nudo en la garganta.
 
Que no le roben su sentir...
que nadie la vaya a mirar, 
pues esa estrella es mía,
 que yo la fui a buscar.
 
Que nadie la mire ya...
que ella es parte de mi sentir, 
que una estrella cuando se calienta...
nadie sabe su sentir.

Dime estrellita mía,
 cuando por fin te podré tener;
que llorando voy por las noches,
 llorando por tu querer.
Esa estrella pecadora...
que guiña desde los cielos, 
la miran hoy las mozas,
 dedicándole un te quiero. 
Es la estrella presumida...
que le gusta el querer, 
que la miren todas ellas;
 más nunca la podrán tener.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

miércoles, 25 de diciembre de 2019

.Como de Enricostro.

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Como, sin palabras que dedicarte,

a tu hermoso corazón.

músico sin instrumento, renace en tu sentir.

perdido en tu ausencia, mi amor se muere sin ti.

oración sin esperanza, sufro por tu querer.

ermitaño sin soledad, que no me dejan sentir.

poeta sin inspiración, muriendo en los infiernos.

noche sin oscuridad, que no me deja soñar,

en tu cuerpo enamorado.

Primavera sin flores, formando un desierto entre tinieblas.

bohemio sin sueños, qué perdido vive penando en ti.

pintor sin acuarelas, que aun queriendo pintar,

deja huella en el viento.

carta sin remitente que volando por el mundo,

no consigue alcanzar.

Como, plegaria sin destino,

que viajando en el tiempo, no consigue encontrarte.

laberinto sin salida, que aun sintiéndote en mí,

no consigo tocarte.

tormenta sin lluvia, que con solo los estruendos,

tiembla mi sentir.

Como bosque sin árboles, que aun siendo un desierto,

das, sombra a tu sentir.

alma sin conciencia, que errante por el limbo,

lloras por una ausencia.

Como, llanto, sin lágrimas, que aun queriendo llorar,

ahogas tu sufrir.

ente sin identidad, que aun sintiéndote de aquí,

no consigues llegar.

jinete sin montura, que agarrándose a sus crines,

siente tu cuerpo volar.

sombra sin dueño, qué perdida en la oscuridad,

arañas la noche.

Como, escultor sin arcilla, que aun modelando,

tu cuerpo en mente, siente tus pasiones.

mar sin horizonte, que aun sintiéndote llegar,

nunca consigues tu meta.

héroe sin leyenda, que habiendo ganado todas las batallas,

te sientes perdida.

pastor sin rebaño, que aun sin tenerlo,

lo buscas con desesperación.

Como, pasos sin destino,

que aun caminando por los infiernos,

no consigues la paz.

náufrago sin isla, que en las desesperadas aguas,

te sientes desfallecer.

semilla sin tierra, que aun queriendo ser margarita,

no consigues abrir tus pétalos.

arco iris sin color, que por más que escampe,

tus lágrimas siguen mojando.

rosa sin espinas, que sintiéndote rosal,

tu aroma impregna los corazones.

Como, jardín sin flores,

que teniendo toda la tierra del mundo,

no consigues florecer.

barco sin timón, que navegando a la deriva,

surcas los mares profundos,

sin encontrar a tu amor.

creyente sin fe, que asqueado de la vida,

luchas por tu querer.

actor sin guion, que aún, sintiéndote, bailarina,

luces tu mejor función.

senda sin final, que aún cansada de andar, sigues tu caminar.

Como, perro sin amo, que vagando por el mundo,

buscas un lucero para tu cobijo.

promesa rota, que aun fallando en tus recuerdos,

luchas por mantenerte en pie.

río sin cauce, que aún, viviendo estancada,

reluces vida y alegría.

ave sin alas, que aun queriendo volar,

saltas y saltas sin parar.

incompleto, consigues vencer tus temores,

aunque te sientas vacía.

Como, sin aliento, que aun viviendo en la agonía,

intenta respirar sin conseguirlo.

día sin sol que vagando por el mundo,

das vueltas sin encontrar la luz.

ausente y pensativa, buscas lógica a tu vida.

sin vida y un estado inerte,

intentas arañar, el cielo.

Como, perdido, dando vueltas y vueltas.

sin encontrar tu sentir.

vació, intentando llenar tu corazón,

sin encontrar el sentido.

como, sin sentido, muriendo por ti,

en un suspiro.

Enrique Nieto Rubio.

derechos de autor.

.A mi hermano para que te proteja de Enricostro.

Hermano de mis amores, que te hicieron sufrir
ayúdame a protegerla, y que no sufra por fin, 
dale tu mano hermanito, para que lleve su sentir,
dale un abrazo en mi nombre que la quiero ver feliz, 
que su enfermedad se cure que no pase más dolor,
que la llevo muy adentro es la flor de mi pasión,
una amiga del alma, un lucero con amor, 
una estrella que se alza, con romances y pasión,
Protégela Diosito sé que no merezco tu sentir, 
pues aunque siempre te critico, es la flor de este jardín,
Es una buena persona, con un gran corazón,
aunque es muy peleona, y brava con el amor,
ella es todo un cielo, se merece lo mejor,
yo seré su bucanero, para llevarle una flor,
que aunque tiene un marinero
yo seré su timón y por eso yo te pido, 
que la protejas, señor.

miércoles, 18 de diciembre de 2019

.Allí donde tu estés de Enricostro.

Allí donde tú estés, allí estará mi corazón,  
para poderte tener, para sentir tus temores, 
para que olvides tu sed. 
*
Allí donde tú estés, que te proteja mi sentir, 
que te abrigue tu corazón, y que te sientas feliz. 
**
Allí, aunque no hables de mí, 
pero que en tus pensamientos, yo este, 
allí siempre feliz.  
***
Si te sientes triste, yo estaré contigo, 
sí, por el contrario, contenta estas, 
yo estaré contigo. 
****
Si te hablan de amor, recuérdame, 
si te hablan de deseos, 
en tu piel yo estaré.  
*****
Si te miras al espejo, y una Arruga te ves, 
no es porque te sientas sola, 
es porque  viviste el ayer.  
******
Si con tus chiquillos estás, y te preguntan por mí, 
dile que sigo igual, enamorado de ti. 
*******
Si un cuento le quieres contar, a la niñita de tu sentir, 
cuéntale ese del lobo, que quiso comerte a ti. 
********
Si no la quieres asustar, y contarle otro mejor, 
cuéntale el del príncipe, que me robo tu amor.  
*********
Y si no, no digas nada, solo háblale de mí, 
de lo mucho que te amo, y que solo viví por ti, 
soñando en tus miradas. 
**********
No le cuentes cosas mala, que la hagas padecer, 
que le veas en su mirada, la sonrisa de este querer. 
***********
Que eso no cuesta nada,
 solo un nuevo, amanecer. 
Autor.
ENRIQUE NIETO RUBIO. 
DERECHOS RESERVADOS.