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sábado, 4 de febrero de 2023

..He recibido, un escrito, solo para mayores con contenido extremo.

 Irekia Eusko Jaurlaritza - Gobierno Vasco

He recibido, un escrito, telepáticamente del más allá, y me dijo que lo publicara.
En este parque, de unos 5 kilómetros cuadrados, se ha convertido en un parque temático, entre otras diversidades.
Frente de este parque hay muchos pisos a su alrededor,
desde hace muchos años, las personas vienen aquí a correr
con grandes laberintos de pasillos arenosos, y multitud de verdes jardines.
bueno, esto es lo fácil de la historia, lo malo y perverso, es lo que viene, y si padeces de sensibilidad a partir de aquí no lo leas...


Hubo en aquellos tiempos lejanos, una niña llamada Rosa, que tenía doce años.
ella vivía mismamente en un ático de estas viviendas y desde allí se divisaba todo el parque, en su centro había un aljibe Romano rodeado de jaras altísimos y otras plantas con grandes púas.
A unos cinco metros de este centro, hay uno de estos corredores.
esta chica, al pasar por aquí, la asecharon cinco chicos, estos, tiraron de ella metiéndola, en el aljibe, y allí la golpearon, ella luchó lo indecible, en uno de estos golpes quedó inconsciente, mientras, le arrancaban la ropa dejándola completamente desnuda, y su cuerpo inmaculado quedó a merced de ellos. A sí siguieron y uno a uno fueron violándola sin piedad.
Se llevaron toda su ropa, y fuera de allí donde se daban peroles, quemaron toda.
El caso es que esta niñita jamás despertó,
sus papás alertaron a la policía, y desde ese mismo instante la buscaron por todos lados.
Los padres pensaron que al cruzar la calle, alguien se la llevo.
Algo pasó en el parque, que la gente dejó de correr por sus pasillos, y solo algunos, lo hacían a su alrededor.
Pasaron varias semanas, sin saber, nada de ella.
Un día el aire cambió de posición, y empezó a oler en los pisos un olor putrefacto, horrible, hasta entrar en su casa, su mamá de pronto gritó, diciendo esa es mi hija, chillando por el balcón.
La policía inmediatamente llegó allí, y siguieron este olor hasta el centro del parque, ya la niña era parte de él, sus carnes, se incrustaron dentro de la tierra y apenas sus restos pudieron recoger.

la llevaron a la morgue y el A.D.N. la identificó como a Rosa...
la policía investigó todo aquello durante semanas, nunca encontraron huellas, ni nada de sus asesinos.
Los chicos, aquellos, se enteraron por las noticias, de que la chica murió, ellos tampoco fueron conscientes de ello, solo el último en salir de allí, este golpeó con una gran piedra en su cabeza y la destrozó.
Se fue pasando el tiempo, y allí, entre todos los vecinos de la ciudad, pusieron grandes ramos de flores, y cientos de velas a su alrededor, el ayuntamiento hizo una capilla en aquel centro.
la gente, a partir de las siete, dejan de correr por allí.
cinco años han pasado, y estos chicos han quedado todos y han entrado en el parque, y como disimulando llegaron a su centro, y se preguntaron cómo paso, el más rezagado confesó que la reventó con aquella gran piedra, que aún sigue allí, dentro de la capilla, pero se rieron todos porque jamás los pullarían.
Decidieron marcharse y comenzaron a andar y andar, era muy fácil salir, no era nada de grande, y se veían los pisos y la carretera, pero no eran conscientes de lo que pasaba.
Andárón y andárón cada vez más ligeros, el terror se apoderó de ellos, y tiraran por dónde tirarán, siempre volvían al centro de aquello, siguieron corriendo hasta agotarse el día y la noche se juntaron con otro día repetido. y jamás salieron de allí.
Días después, la gente se encontraron siluetas de personas a lo largo de las pistas de correr, y solo una en su centro, la de su asesino, todos con sus cámaras de fotos solían hacerles fotos y la policía también las hicieron, de haya se corrió la voz.
Este parque, quedo maldito para todo el que entrara con mala fe en él, si a si lo hacían jamás saldrían de allí,
es más, a algunos violadores demostrados a lo largo de la historia, los vecinos los arrastran hacia ese parque metiéndolos dentro.

 FIN.
Posdata¿suban las penas a los violadores? ¿Y no las bajen.?
Porque ellas solo tienen una vida y un solo cuerpo.

Enrique Nieto Rubio.

derechos de autor.

jueves, 8 de mayo de 2014

..Mi aijada de Enricostro. (para mayores )


Al lado de mi casa vivía mi ahijada. Ella era preciosa, linda, a más no poder; a quien quería como a una hija.
Su familia y la mía salíamos a cenar, nos gustaba ir de paseo al campo, e igual celebrábamos todas las fiestas habidas y por haber. 

Entre los miembros de las dos familias, nos queríamos mucho.

La hija de nuestros mejores amigos era mi ahijada; recién había cumplido diez y nueve años, convirtiéndose así en una hermosa jovencita; a quien le gustaba tontear conmigo. Coqueta e insinuante me decía:
¡Mira padrino! Y me enseñaba un poco de sus pechitos. Yo, presuroso, le respondía: ¡Te los voy a comer todo! (En forma inocente)

Y ella me decía: ¡Que te lo crees tú! Ja, ja, ja

Pasó el tiempo y ella se enrolló con un chico; él no era mala persona, pero estaba loco por tirársela. Y lo entiendo, pues ella estaba como un tren... o más, como dos trenes.
Por aquel tiempo, yo me encontraba separado de mi pareja, pues recién habíamos tenido un embarazo fallido y esto fue causa de fricción en nuestra relación.
Bueno, seguiremos con el relato...

Al lado de casa hay unos jardines, y en una de las esquinas de este llano, se encuentra un árbol grande; él que tiene muchos años de vida, pues fue plantado antes de existir el jardín... incluso antes de que las viviendas, fueran construidas.

Un día, transitando por la carretera, pase por allí cuando regresaba de trabajar... y en la esquina opuesta vi al chico liado con otras dos mujeres. 

Estaban los tres teniendo sexo y poniéndose guarritos a pleno medio día. Luego miré hacia el árbol, y allí se encontraban otros chicos, liados con otra chica también.
Algo en mí llamó la atención, me parecía raro que estaban debajo del árbol... baje la velocidad de mi coche, y cuando pase frente a ellos; pude ver que la tenían amarrada, y eso no me gusto.

Así pues, determiné dar marcha atrás; y al fijarme bien, me percaté que era mi ahijada Rocío. La tenían con los pies dentro de la tierra y a su vez con las piernas abiertas.

¡La iban a violar los dos y a la vez! Uno la iba a penetrar por delante, y el otro por detrás. La tenían completamente desnuda, su piel tersa y blanca, en medio de esos dos cerdos.

Había otros chicos alrededor de ellos, que incluso animaban a estos elementos a llevar a cabo su fechoría, y ninguno de ellos hacía nada por evitarlo.
Rocío se resistía como podía, llamando a gritos al novio; pero él no atendía a sus súplicas; actuaba como si no fuera con él, o como si estuviera completamente drogado. Incluso les pegaban guantadas para que se dejara poseer.

Inmediatamente, detuve el auto, y salí corriendo a donde se encontraba el grupo.

Mi ahijada estaba llorando, desconsolada, mirando para la carretera. Cuando pude confirmar que era ella; recordé que en el auto, tenía una espada utilizada en la boda de un amigo, quien me la había regalado... pues su matrimonio había fracasado... así que regresé al coche y la tomé rápidamente.

Corrí hacia el árbol, y sin pensarlo atravesé a uno de los ultrajadores... y al otro por igual, sin darles tiempo a reaccionar... la gente salió gritando y corriendo despavorida.
Desaté a Rocío y tomándola en brazos, la metí en mi coche... y con el rostro bañado en lágrimas, grite: ¡Malditos sean todos!

La llevé a mi casa. Rocío estaba inconsciente y destrozada por los golpes que había recibido.

Llene la bañera con agua calentita y la metí dentro; y con la esponja la fui lavando suavemente, talle todo su cuerpo... ¡Era hermosísima!
Cuando hube terminado, la seque muy bien; y pude observar que estaba llena de moretones... por todo su cuerpo. La lleva a mi cuarto, y la tumbé en mi cama. Ella comenzaba a reaccionar y muy asustada y llorando me dijo:

¡Padrino, padrino! ¡Me querían matar!

- ¡No te preocupes, mi niña! ¡Ya estás a salvo!

La arropé, cubriéndola con las sábanas y me pregunto:
Padrino... ¿No me habrás mirado... verdad?

- ¡No, no!... Puedes estar tranquila.
Ella, tirando de mí, me abrazó y muy emocionada, me exclamó:
¡Muchas gracias!
¡Padrino te quiero mucho!

Luego me confesó, que tal cual coqueteaba conmigo, lo había hecho con su novio; y cuando ella no accedió a tener relaciones con él, este con engaños la llevó a ese fatídico lugar...

Con la ayuda de sus amigos planeaba obtener lo que deseaba; después compartirla entre sus compinches y por último matarla.
La moraleja de este relato, es que no se puede jugar a seducir a un hombre... porque muchas veces, esto podría tener implicaciones serias.
Enrique Nieto Rubio
Derechos de Autor.
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Cámara.