Esta noche, me visitó un fantasma,
ella era sumamente hermosa,
bella muy bella sí.
Más su rostro y su hermosura,
no me extrañaba,
pareciera, conocerla de siempre.
Con sus manos muy frías,
acariciaba mi rostro,
sí,,,,,,,,,, más yo me dejaba
como si de una brisa,
de viento de los polos fuera,
y me gustaba sí,,,,,,,,
me gustaba mucho.
Después sus labios,
rozaban mis mejillas,
y me sentía frenético,
pero no podía moverme.
Sus manos eran grandes,
pero finas y muy suaves.
Con sus manos Cogió mi cabeza,
acariciando mis orejas, con sus dedos,
y me besaba los labios.
Sentía su dulzor en mi boca,
me gustó tanto,
que intenté presionarla contra mí,
para no dejarla escapar,
pero no podía.
Más ella insistía, y su hermosa boca,
seguía bajando y bajando,
besando cada poro de mi cuerpo.
Ya solo veía su hermoso pelo,
rizado largo, muy largo y muy suave,
conseguí agarrar su cabeza,
subiéndole hacia mis labios,
quería más de su néctar,
que tanto me gustaba.
Su rostro era suave, solo unas gasas,
transparentes, que se iluminaba,
toda entera.
La aprisioné contra mi cuerpo,
hasta hacerla mía, eso fue maravilloso,
sus hermosos ojos me miraban con dulzura,
qué belleza de mujer,
o de fantasma, ya no sé qué fue.
Pero me dijo:
¡esta noche volveré y seré tuya de nuevo!
¡¡y porque no te quedas dije yo!!
no mi amor, esta noche sí,
volveré te lo prometo,
y desapareció.
Dejándome ese aroma a canela,
que tanto me fascina,
hasta quedar dormido.
Cuando desperté,
una rosa posaba en mi almohada,
con su bello aroma,
fin.
ENRIQUE NIETO RUBIO
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