sábado, 18 de julio de 2015

.Si tu estas.de Enricostro.

 


Si tú estás por aquí,
 y no me quieres saludar,

nunca olvides que te quiero,
 que sin ti nada es igual.


Sí te siento tan cerquita, 
que gimiendo creo sentir;
son los cantos de sirena, 
mi amor me muero por ti.


Que como tú, nunca jamás...
nadie te podrá igualar; 
que las rosas son hermosas, 
y tú eres rosa de un rosal. 


Sí, noto tus suspiros, 
y el latir de tu corazón,
nunca pienses que te olvido,
 
pues tú eres mi razón.


Que mi amor sufre en secreto, 
no se lo digas a nadie...

pues tenerte entre mis sueños,
 
amor es lo más grande. 


Enrique Nieto Rubio 

*Derechos Reservados* 




.Relatos de familia en navidad. de Enricostro.

 

Hoy, como todos los años, celebramos el Día de Navidad. En esta fecha en particular, todos vestimos de traje y muy guapos; pues toda la familia nos vamos a un mesón o restaurante, ubicado en el centro "Plaza de las Cañas"
Todos de trajes muy guapos. 
el caso es, que íbamos mi hijo Kike y yo andando, casi llegando les llamaron por el móvil. Y me dijo, ¿tengo que volver.?
¡¡vale yo seguiré andando.!!


Cuando ingresé al restaurante de nuestra predilección, había muchísimas mesas llenas, de familias pasándola bien.
Caminé por todo el lugar, buscando a mi familia... pero no les veía... Así que me di otra vuelta, por todo el mesón, pero no les encontré.

Pensé que quizás había olvidado el punto exacto de nuestra reunión, por lo que busqué en otros mesones... Camine hasta la Plaza de la Corredera, sin poderlos ubicar.

Allí me encontró una niña pequeña, quien se me pego al lado y no paraba de conversar y hacerme toda clase de preguntas... así que decidí descansar un ratito, y así prestarle toda mi atención.

Mientras yo seguía andando calle arriba... luego calle abajo, sin lograr avistar a mi familia.

De pronto observé agentes de la policía, corriendo en todas direcciones. Al parecer habían atrapado a un individuo que parecía ser terrorista; pues llevaba una maleta sospechosa... Bueno confieso, que esa tan solo fue mi percepción.
Decidí continuar mi búsqueda, subiendo por las esparterías... me detuve por un instante; pues la niña que había encontrado tiempo atrás; me estaba siguiendo y continuaba a mi lado.

Le expresé:
-Niña eres muy amable en acompañarme; sin embargo, te vas a perder.
Me incliné para brindarle un abrazo y desearle feliz Navidad... Luego le indiqué, que era momento de que regresará al lado de su familia... más la pequeña por completo me ignoró.

Esa situación ya me tenía con los nervios de punta; aunado el hecho que no encontraba a mi familia... ¡Era un lío, que ya no comprendía!

Caminando calle arriba encontré a un policía... y hacia él me dirigí.
-Señor agente, esta niña lleva dos horas junto a mí, y creo que quizás se ha perdido.
Él se hizo cargo de la pequeña; y me sentí un tanto más aliviado.
Como ya era entrada la noche, decidí llamar a mi hijo Kike.

-¡Oye qué pasa con todos ustedes!
¡¡quién eres me dijo.!!
¿yo tu padre quien va a ser, os estoy esperando todo el tiempo en el mesón, y nadie habéis venido, que pasa?
Para mi sorpresa, me dijo:
*Perdone señor, no lo comprendo. ¿Quién habla?
-¡Yo, tu padre! ¡Quién más va a ser! ¡Lo que me faltaba el día de hoy... que mi propio hijo no me reconozca!

Mi hijo guardó silencio por la regañina...<al menos eso imaginé> y continué:
¡Os he estado esperando por horas, y ninguno de vosotros os habéis presentado!
¿Qué os pasa?
-Disculpe señor. . ¿A qué mesón se refiere? No comprendo... ¿Por qué deberíamos de estar allí?
*Niño hoy estás más distraído que nunca! Durante años, como es costumbre, celebramos reunidos en familia, la Navidad en este lugar!
-¿Navidad?... ¡Pero si estamos en agosto!
Para ese instante ya me encontraba muy enfadado; así que le pregunté a un policía que pasaba por el lugar:

*¡Oiga señor! Disculpe... pero estoy algo liado.
¿Podría decirme qué día, y en qué fecha estamos hoy?
-Hoy es día 25 de diciembre, del año 2018.
*Muchas gracias, señor, le deseo ¡Feliz Navidad!

¿Kike has escuchado, que el señor, ha confirmado que hoy es 25 de diciembre del 2018?
¡si escuche, pero, lo siento! ¡Sin embargo; tan seguro como que me llamo Enrique Nieto; igual de seguro estoy, que hoy es 18 de julio 2029!
¡Venga Kike... para ya de decir sandeces!
¡Me habéis colmado la paciencia!
No sé qué te sucede... ¡Solo sé que mi día ha sido agotador! 
Me la he pasado tratando de ubicarlos por horas, y me siento cansado y sin ánimo de celebrar nada; así que no diga más y... ¡Ven pronto a recogerme!
Para el colmo de todos mis males... la llamada se cortó; volví a marcarle a Kike, más al parecer tenía mala señal, pues no logré contactarlo de nuevo.

Decidí llamar a María, la novia de Kike, quién en ese momento se encontraba en casa con él y mi esposa.

Después de esperar unos segundos, ella respondió la llamada.
*María ¿Podrías venir a recogerme? Hoy he tenido un día pésimo y estoy harto de permanecer en este lugar.

Para ese momento, mi hijo Kike ya le había comentado a mi familia, de la llamada que recién le había hecho a él.

Así pues, cuando María me escuchó, puso la llamada en altavoz para que todos escucharan... y me preguntó:
-Disculpe señor... con quién hablo?
*¡Con tu suegro! ¡Enrique Nieto Rubio! ¿Quién mássssssss?
-Mi esposa Rafi, sumamente molesta, le arrebató el teléfono, y gritando me dijo:
-¡Señor... agradezca a Dios que mi esposo Enrique, desde hace diez años, muerto está; caso contrario lo buscaría para darle su merecido!
¡No tenemos la menor idea, del porqué usted nos está haciendo todo esto... pero es una broma de muy mal gusto!

Apenas podía creer, lo que mi esposa decía. Ahora era yo, quién pensaba que la bromita que me estaban jugando a mí. Pero con ese comentario, rebasó el límite de tolerancia...
*¡Queeeeé rayos les pasa a todos Rafi!
Acto seguido con ironía le dije:
¿Sabes mi querida Rafi? ¡Como muerto estoy; espero que hayas cobrado el plan de pensiones, y el seguro de vida...de forma tal, que te encuentres divirtiendo y viviendo una magnífica vida! Wájájájá!
¡pero donde está pregunto María!
¿aquí en la corredera.?

En ese instante, el móvil se quedó sin batería... perdiendo una vez más la comunicación, y pronto comenzaría a anochecer.
Decidí caminar un poco, para calmarme y reflexionar en todo lo acaecido durante el transcurso de la noche... de pronto comprendí, que algo había sucedido con los tiempos.
Determiné que lo mejor sería irme a casa, por mis propios medios; caso contrario, tal cual como estaban las cosas, terminaría durmiendo en la plaza.

Metí la mano en el bolsillo de mi abrigo, y al tomar mi cartera saqué un buen fajo de dinero; que era lo único que tenía... y como iba deambulando inmerso en mis pensamientos, tropecé con el bordillo, observando como los billetes salían volando por el aire.

muchas gentes que transitaba por el lugar, los tomaba mientras yo gritaba a todo pulmón:
*¡Heyyyyyyy! ¡Deteneos, que es mi dinero!
¡Ladrones, devolvedme lo que es mío!
Al ponerme en pie, atravesé la calle sin percibir que un coche, había detenido la marcha al observar lo sucedido. Traté infructuosamente de esquivarlo, más imposible fue, porque de bruces al suelo fui a parar.

Un chico que había visto lo sucedido, había detenido la marcha de su vehículo... a toda prisa del auto salió y amablemente me preguntó:
-¿Señor se encuentra usted bien?
*¡Nooo chico! Me han robado, y ahora no podré volver a casa.
-¡Venga... tranquilo! Que nosotros le llevaremos a donde indique.
Levanté la vista... y pregunté:
*¿Eres tu Kike... hijo mío?
-¿Papá?...es imposible que seas tú! Estás muy joven.

Kike me ayudó a incorporarme, y me sacó del lugar rápidamente, pues a raíz del incidente, una multitud de curiosos se había aglomerado en el lugar... algunos llamando a la policía o a emergencias... que sé yo!
 me suvi en la parte delantera del vehículo, y Kike a la parte trasera se trasladó; pues María se encontraba en el volante; a quien observé un poco mayor... pero más preciosa y mujer.
A estas alturas, estaba más que agradecido porque la pesadilla de ese día había terminado, así que contento la salude:
*¡Hola María! Gracias por venir a recogerme. 
¿Cómo estás?
-No hubo respuesta... ella simplemente comenzó a llorar.

Pensé que el motivo de su llanto, era porque no se habían presentado para celebrar; así que les pregunté qué había sucedido.

María respondió, únicamente, que ella no se sentía preparada para responder; e insistió que en todo caso. nunca antes se celebró festejo alguno para el día, que estaba pronto a terminar, desde tu fallecimiento. 
De pronto escuché unas vocecitas en los asientos de atrás; y cuando volteé vi a mi hijo Kike, acompañado de dos hermosos chiquillos... y pregunte:
*¿Quiénes son esos niños tan adorables?
Ella volvió su rostro y con lágrimas en los ojos me dijo:
-Ellos son tus nietos.
*¡Son preciosos! Exclamé... y luego me dirigí a cada uno de los pequeños.
¿Cómo te llamas mi dulce princesita?
¡Mi nombre es Valeria Rafaela.!
*¿Y tú? ¿Mi rey, de ojos chispeantes?
Yo soy Enrique Jesús tercero.
*¡Qué emoción! ¡Ahora la familia cuenta con tres Kike !Ajájájá!
Mi hijo comentó que pronto estaríamos en casa, y pasados unos cinco minutos; María aparcó el coche frente a una hermosa casa, tipo americano...
Y rápidamente cuestione:
*¿Qué lugar es este? ¿Por qué nos hemos detenido aquí?
-Es tu casa padre.

*¿Cómo es posible? No recuerdo haber vivido aquí.
-Papá, es que la hemos remodelado... y cuando eso sucedió, tú ya no estabas entre nosotros.

Al escuchar semejante respuesta... creo que por segundos mi mente quedó totalmente en blanco... pues no imposible me fue, expresar palabra alguna.

Mi hijo se dio cuenta, que me encontraba más que abrumado, así que dijo:
-Papá, la verdad es que nosotros, nos encontramos tan confusos como tú; puesto que de la nada has aparecido... tal cual como si estos últimos diez años, no hubiesen transcurrido por ti.

*Kike... creo que todos ustedes habéis perdido la razón... o caso contrario he sido yo; porque por más vueltas que le doy a este asunto, ¡No le encuentro ni pies ni cabeza!
-Igual nos sucede a nosotros, papá, ¡Pues no comprendemos, cómo es posible que te encuentres con nosotros!

*Escucha hijo: Recuerdo perfectamente, que apenas ayer por la mañana, tal cual es nuestra costumbre; con tu madre compartimos el desayuno... ¡Es más, ella estaba algo molesta conmigo; porque amanecí un poquito más romántico, que otros días! ¡Wájájájá!
Y si te tranquilizas y haces un poquito de memoria, recordarás que hoy, cerca del mediodía, tú me dejaste a unos cuantos metros, del mesón donde acostumbramos celebrar Navidad... siendo así, ¿Cómo puedo creerles que han pasado diez años?
-Sé que es difícil que nos comprendas papá, pero esa es la única verdad!
*Me siento muy desconcertado... Si esto no ha sido una broma de vuestra parte... ¡Ya no sé nada y mucho menos me explico, lo que sucede!

Díganme:
Si es cierto que hace diez años desaparecí... ¿Qué hago yo aquí?
Y si certero es que, tanto tiempo me he ausentado... ¿Cómo podría ingresar en esa casa?

Mi nuera, quien inconsolable continuaba llorando, tomó la palabra, diciendo:
-¡Ayyy querido suegro! A quien le importa que es lo que ha sucedido...
¿Cómo puedes, tan siquiera, dudar ingresar a tu casa?... Siendo que para todos, será una inmensa alegría volverte a ver.
María tenía razón, a esas instancias poco importaba... pues lo único que deseaba era ver a mi familia. 
Luego de respirar profundamente, entramos en esa hermosa casona; en la cual, como usualmente se acostumbraba, estaban reunidos todos mis seres queridos.

Al ingresar para mi complacencia, pude observar que todos compartían en perfecta armonía y felicidad. La casa era mucho más hermosa y grande, de lo que por fuera aparentaba ser.

Mi hija Vero y su esposo lucían espléndidos, aunque mayores. Estaban acompañados de sus hijos, quienes se habían convertido en apuestos jóvenes.

Advertí que él más pequeño de mis hijos, Rafa... era ya todo un hombrecito.
No pasó mucho tiempo, para que encontrar a mi amada Rafi; se le veía cómodamente sentada en su sillón preferido... Definitivamente, los años habían transcurrido, pero conservaba el mismo rostro angelical... desbordante de dulzura y bondad.

Imposible me fue, contener las lágrimas, pues mi corazón se encontraba henchido de felicidad.

Apresurado me dirigí hacia mi hermosa esposa, quien por el paso del tiempo, no se encontraba perfectamente de salud, aunado al hecho de que estaba un tanto... como perdida.

Me acerqué dándole un tierno beso en los labios... y le pregunté:
*¿Cómo estás?
-¡Ayyy! Regular... pero tú ¿Quién eres?
*Imagínate que un tanto peor que tú! Ajájájá!
¡Pues ya no sé quién soy o a donde voy!! Ajájájá!
¡Pues en este momento, creo fervientemente, que tan solo soy un fantasma del pasado! Ajájájá!

Todos estaban asombrados con mi presencia; me llenaron de abrazos, besos, expresiones de afecto... y yo a ellos a su vez.
Fueron tan solo unas cuantas horas las que estuve a su lado... mismas que, para mí, pasaron volando; pero tuve la oportunidad de compartir con cada uno de ellos por separado, un momento de intimidad.

Al final todos terminaron llorando; se sentían embargados de sentimientos encontrados. 

Sentimientos de felicidad por mi presencia... y sentimientos de tristeza; porque conforme el reloj continuaba marcando los minutos, mi cuerpo, poco a poco, se iba desvaneciendo.

Extrañamente, me sentía en paz y agradecido por ese breve encuentro... quizás por el hecho de saber, que era recordado con amor; y satisfecho de haber cumplido con la misión, que como hombre me había sido encomendada...

Pues edifiqué un hogar con bases sólidas, inculcando en cada miembro el amor que debemos hacia nuestro prójimo... y fue por ello, que cuando mi hijo se compadeció del "extraño que pedía ayuda"...

La vida nos premió; permitiéndoles reconocerme y así brindarnos un breve, pero invaluable reencuentro.
De la misma forma, mi enseñanza en cuanto al cuidado y respeto, que debemos a nuestros seres queridos en la vejez... rindió sus frutos... Pues mi amada Rafi, aun a pesar de su falta de memoria y otros quebrantos de salud; se encontraba consentida y rodeada del cariño, por parte de todos aquellos, que el pasado con tanto esmero cuido.

Y no menos importante, es que me sentía victorioso de haber sembrado en sus corazones, la importancia, una familia unida. Pues este es el único camino; para que sin importar que tan fuertes sean las tribulaciones... un ser humano, nunca se sienta vencido.

En lo que respecta a mí, lentamente todo se fue oscureciendo; la niña que me había acompañado durante la mañana, apareció tomándome de la mano... La pequeña señaló hacia el horizonte; donde se divisaba una luz color ámbar brillante; y hacia allí felices caminamos... conversando y cantando alegremente.
Enrique Nieto Rubio. 
*Derechos Reservados*
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