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martes, 4 de agosto de 2020

. Los niños y las muñecas de porcelana de Enricostro.(cuentos)


Pin de Mercedes Barranco en VINTAGE | Niños antiguos ...


Le llamaremos Ángel y Virginia, de ocho años, la niña y nueve él

chico. Todo empezaba, en casa de sus abuelos. Todos los días. Empezaba una pelea entre ellos, y cuando la abuela les llamaba la atención, ellos la insultaban de malas maneras,

y además, la tenían frita literalmente. pues sus preciosas muñecas de porcelana, se las volvían de espaldas todos los días, culpándose el uno al otro y no había modo de solucionar el problema.

Un día, les dijeron a su madre que las muñecas les daban yuyo. Es decir miedo. Hasta que un día rompieron una de las muñecas.

Ya la abuela, no pudo más y explotó de coraje y se lo dijo al abuelo.

Este era un lector nato y siempre sabía de todo, y todo lo comentaba.

Al siguiente día, cuando los niños hacían las tareas, al lado de la abuela, el abuelo le comentó a la abuela, así casi bajito, pero que los niños lo oyeran.

Él le dijo;

¡Sabes mami que ayer vi un vídeo en ODISEA, que unos niños volvían una muñeca de espalda, y este hombre decía, que hacerlo les traía mala suerte y tendrían pesadillas por las noches, pues resulta que las muñecas, cogen espíritus muertos y si los enfadas, ellos se vengan por las noches asustándote.!

Los niños se les vio, que les cambió la cara y al marcharse a casa, con su madre, se lo contaron todo, y vieron que el abuelo ponía una cara que daba miedo.

La madre sorprendida de lo contado, les dijo uf, no sé seguro que es verdad. Y los dos se agarraron a la madre como si sus vidas dependieran de ello.

Al día siguiente, cuando los niños estaban en el colegio, la madre comentó a su madre, las historias que habían escuchado del abuelo. Algo preocupada, la abuela le contó todo lo ocurrido con las muñecas y el comportamiento de los niños.

Claro, la madre decía,

¡Ay, es que no sé lo que hacer con ellos, me tienen hasta los pelos! 

Y se marchó a trabajar.

Ya por el mediodía, vinieron los niños del cole, y muy serios mirando hacia todos los lados de la casa.

Ya ves, la casa era una casona muy grande y muy antigua, allí, murieron muchas personas durante la guerra, que los fusilaron a toda una familia de 11 personas, pero la abuela la tiene preciosa, y nunca jamás notó presencia alguna de espíritus ni nada, eso sí, la casa les crujían todos los huesos desde tiempo, pero era acostumbrarse.

Aunque tenía muchísimos recuerdos de su juventud, que como dama importante de militares tuvo mucha suerte, y muchos amores, pues enviudó cinco veces.

Por aquellos tiempos en guerra, y de últimas vive con su último marido, ya ancianos los dos, y claro, cuando llegan estos niños que no la dejan ni respirar, ella se agobia y se retira a su dormitorio, llorando.

Cuando el abuelo llega al medio día del hogar de ancianos, de echar unas partidas de dominó, le ve en sus ojos esa angustia.

Pero que esto, ha sido medicina de santo, desde entonces, los niños han cambiado mucho y ya no les crean problemas a la abuela, bueno solo de vez en cuando, claro, aunque siguen mirando a las muñecas con recelo, pero ya no las tocan, así es, ya no les tocan las muñecas, que para ella, tienen unas grandes historias de amor, de sus maridos, ya difuntos.

Hoy miran a la abuela y les preguntan cosas y la niña le pregunta,

¡abuela, tú has sido feliz en tu vida!, y ella les dice,

¡si cielo yo he sido muy feliz, pues todo el que conocí, todos me dieron su amor y cariño.!

Y todo pasaba según debiera de pasar. FIN.


ENRIQUE NIETO RUBIO

DERECHOS DE AUTOR

EN CUENTOS.

martes, 13 de septiembre de 2016

.El Rey del Mundo de Enricostro.

Un día un humilde trabajador de una ciudad cualquiera, se levantó una mañana y dijo:¡Dios, qué sed tengo! Y de pronto le apareció un vaso de agua fresquita en su mano. Sorprendido, no volvió a hablar en todo el día.
Al día siguiente se levantó temprano, para trabajar en su empresa, de un trabajo cualquiera, y dijo: ¡Ufff! No tengo ganas de trabajar, me siento cansado.
De pronto le vino otro vaso de agua coloreada y se la tomó, estaba calentita...
así como si fuera un té o algo así.
Esto le dio una fuerza, tremenda y se marchó a su trabajo. se sentía grande y dispuesto a todo.
Ese día se fue andando y vio por la calle muchas calamidades, vagabundos, madres mal vestidas llevando a sus hijos al colegio, con una pinta deprimente...
Entonces dijo: Tengo que arreglar el mundo... ¡Yo seré el Rey del mundo!
Entró en su trabajo y dijo: Señores, yo seré el rey del mundo. Todos se partieron el culo con él. Sonrió y se marchó, como vino tan tranquilo.

A esto entraba su jefe y le dijo:¿Dónde crees que vas? ¡Me piro! ¡Soy el REY del mundo!
- ¿Así? ¿Pues quedas, despedido, so capullo?
Él se marchó tranquilamente, se lo tomó muy en serio. Cogió su coche y se fue a la capital. Llegó a su gobierno, y cuando estaban todos los diputados en el congreso. Quiso entrar.
La guardia del congreso se lo impidió y sacó un palo fino, los tocó y los dejó paralizados. Entró tranquilamente, se puso muy flamenco en la cámara y en voz alta dijo:
¿Señores yo soy el rey del mundo? Ya que no hay nadie que lo sea. ¿Pues entonces yo lo seré.?
Todos se rieron a carcajada limpia jajajajaj. Y el presidente de la cámara, dijo: ¡Echar a este loco de aquí, inmediatamente.!
Salieron muchos guardias, de seguridad y policías, todo el que lo tocaba quedaba paralizado, y así todos.

El presidente de la cámara, con su martillo, ordenó: ¡Silencio, silencio! Se armó un revuelo tremendo.

Este hombre dijo. ¿Sí, su majestad, el rey gana X, yo, como rey del mundo, ganaré el doble?
Todos echaron a reír y a burlarse de él, y uno le echó hasta una corona que hizo de papel. Este hombre se agachó, cogió su corona y se puso de pie y dijo: ¡Sois todos unos burros.!


De pronto todo el congreso, se convirtió en burros y como animales que son, todos se golpeaban dándose coces y rebuznando, así les duró su borricada todo el día.
Este dictó un documento que escribió la letrada, con el título "El Rey del Mundo"... y ponía redactado lo que ganaría, y en que cuenta debieran de ingresarse el capital.
Se marchó a otro país, e hizo lo mismo. Se presentó como el rey del mundo, y en el congreso hizo lo mismo... Europa, en todos los gobiernos. Él no entiende por qué, pero habla todos los idiomas, de este mundo; en cuestión de un mes era el hombre más rico.
En todos los gobiernos pidió el doble de salario que su Rey o Presidente. Fue a los Estados Unidos pidiendo lo mismo.
Era el hombre de burla y convertía en burro o en cabra según lo insultaban. Así los catalogaba hasta de gatos o perros, algunos; pero eran unos gatos grandísimos, del tamaño de personas.


En todo el mundo había un gran revuelo. Pues había animales grandísimos que no existieron nunca por las calles.
Así este hombre llamado, el Rey del mundo. Decidió irse a un banco y dijo: ¿Soy el Rey del Mundo y quiero sacar treinta mil dólares, en billetes pequeños.?
Aunque fue raro para la cajera, que llamó al director del banco. Ella ya había metidos los datos en el ordenador, y le salió una cifra astronómica de capital. Al verlo el director se le cayó el semblante. Le dio todo lo que pidió, pues todo era correcto.

Salió y se compró un precioso traje de Rey de cuento. Con todas sus joyas puestas. Él salió a la calle sonriendo y muy orgulloso. Jájájá! Se reían como si estuviera loco. Esto no puede ser, se decían. ¡Las personas,!Jajajaja!
A todo el mundo que veía así, como vestido normalito le preguntaba. Era de locos esto... En medio de Central Park, un Rey allí repartiendo dólares a montones. De pronto toda la plaza se llenó de gente, hasta la policía acudió, era un gran escándalo.
La policía hizo un cordón rodeando a este hombre. Hasta que llegó el jefe de la policía y quería llevárselo esposado, por escándalo público. Él no se resistió y quedó el policía paralizado y todo el cordón policial Así él quedó libre, de la gente que lo habían acorralado, pidiéndole dinero.


Todos quedaron detrás de la policía... él dijo: ¡Silencio! Y todos callaron ...no por su propia voluntad, sino porque lo mandó el Rey del Mundo.
Dijo: ¿Venir de uno en uno, y os daré mil dólares a cada uno... que realmente lo necesite, en su casa? ¿Pero si alguno miente al coger el dinero, se marchará siendo un burro.?
Todos quisieron entrar, se formó una gran cola, y de cada diez personas, salía un burro... y este como no tenía manos, el dinero caía al suelo y lo cogía el siguiente y el siguiente. Así hasta llegar el dinero a la persona, adecuada.
¡La cola quedó vacía y la plaza quedó abarrotada de burros cagando! Jajajaja!

Se marchó de allí, y viendo su poder, se dirigió a un desierto árabe, y a su gobernante le dijo: ¿Quiero hacer un palacio en el desierto, el más grande del mundo.?
Este se negó, por verse humillado, pues tendría que vivir siendo menos que él.
El Rey del Mundo soy... y me debes lealtad. Si no serás castigado. Mira las noticias y verás que pasa a quien me desobedece.
El gobernante al entender, que sería peor, aceptó y le dio todo un desierto de miles de kilómetros.

El Rey del Mundo. Se fue a un ordenador y puso un anuncio, que le daría mil dólares al mes al que quisiera trabajar, en un desierto.
Día 25 de octubre, un avión saldría de cada aeropuerto, de todos los países, a las diez de la mañana, para los trabajadores. El rey contrató arquitectos, ingenieros en paro y miles de personas que fueron a aquel desierto... Grandes camiones, grúas y toda clase de herramientas para todos, cuando aquello se convirtió en miles de personas.
Él dijo: ¿Yo no engañaré a nadie, aquel que robe y malgaste su tiempo cobrará solo lo trabajado; no necesitáis que nadie os vigile, esto es solo divinidad o un buen sueño.?

¿Y a los administradores, tendréis tres mil dólares de salario? Pero ay de aquel que toque lo que no es suyo. Y engañe a alguien... será un burro hasta que Dios lo quiera. ¡Es todo! ¡¿Quiero el palacio más grande y más hermoso de todo el mundo.?

El Rey del Mundo. Se marchó de allí, dejándolo todo a la decisión del destino.
Recorrió todos los países pobres de este mundo, Afganistán, África, Estados Unidos, China, Europa, así en todos los países del mundo... y a todos los más pobres. Les soluciona la vida.
Arregló cosas, mejoró sus viviendas y les dio felicidad, y trabajo a todos. Las mafias querían atentar contra él, pero a él nada malo le llegaba jamás.
Ya nadie pasaba hambre en todo el mundo. Las enfermedades fueron mermando y nunca faltarían medicinas, allí donde nunca las hubo.
Promovió leyes en el mundo y sacó miles de personas de la cárcel. A todos liberó, menos, a los culpados por delitos de sangre, o malos tratos, o incluso a los violadores. Pero si salía alguno que otro, qué condenado por asesinato o violación... salió de la cárcel, pues por la divinidad, que no eran culpables, sino condenados injustamente.


Hoy por fin el mundo viviría feliz, y en paz. Si no fuera porque, todo esto es un cuento, de un poeta soñador; llamado Enrique Nieto Rubio.



-Fin-



Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

lunes, 7 de julio de 2014

.El reino de las hadas de Enricostro.

La hadita amorosa se sentía muy triste, pues su hermanita pequeña fue elegida para crear un mundo nuevo, en otro reino. 

Aunque ella igual estaba muy ilusionada, pues para crear este reino se precisa de mucha magia y esfuerzo, ya que no te puede dejar nada fuera... sea bueno o sea malo; un reino es algo muy grande e importante. 

Pero la hadita amorosa la quería a su hermanita a su lado, pues día y noche siempre se lo pasaban jugando, y burlándose de los chicos... claro siempre de buen sentir; así que apenada y con sumo dolor en su corazón se despidió de ella.

Antes de partir le regaló una gran bolsa de polvo de estrellas, para qué le ayudarán a sus nuevas tareas.



Así esta linda hermana cogió sus pajaritos, sus polvos de estrellas, y se dispuso a volar por el universo estelar, hacia su nueva vida... más no sin antes dirigir unas últimas palabras a la hadita amorosa. 


-Hermanita amorosa, tú sabes, te quiero tanto y que desearía que estuvieras siempre a mi lado; sin embargo, me han encomendado esta misión y debo cumplirla; por lo tanto, lo primero que haré cada día, será envolverme con tus polvos de estrellas, y así siempre me sentiré a tu lado; te quiero hermanita te llevaré en mi corazón... espero que algún día volvamos a estar juntas ¿Sí?
-¡Besos, hermana, chaoooo!


Todas las haditas la despidieron echándole muchos polvos mágicos, para que su nueva vida fuera grande y fértil, y también para que la protegiera de los duendes y los elfos; puesto que estos eran rarritos... más en el reino de las hadas siempre tienen que estar.

Dejaron la tristeza de lado y celebraron toda la tarde; cantaron y rieron a más no poder... incluso soñaron despiertas con ese mundo nuevo, de magia y color.

Le hicieron cientos de regalos para que pudiese cumplir con éxito su nueva vida, y por supuesto no faltaron las expresiones de amor, dándole millones de besos y abracitos afectuosos.
La hadita emocionada se dirigió para hablar con la reina de las hadas, pues se encontraba nerviosa y sus consejos serían muy importantes para crear un nuevo reino.

El hada le dijo:
-Hadita llévate este hilo, que será la guía de tu nuevo reino, el cual nunca debe de romperse, pues será la guía de la felicidad y el amor de todos los seres vivos que habiten en él.
También te llevarás el libro de los sueños, esa cesta con la cual tomarás todas estas flores, que adornarán y aromatizarán tu nuevo mundo.


La hadita agradeció los consejos y los regalos recibidos y pronta comenzó su vuelo a las estrellas, dejando tras de sí, un gran haz de luz y esperanza como señal para todos los niños y niñas de un mundo nuevo la vieran.

Cientos de mariposas y aves la acompañaron durante su vuelo, así como millones de sueños viajaban con ella. Así fue subiendo y subiendo... mientras iba tomando toda la sabiduría de nuestro planeta.

Ya en el nuevo mundo, comenzó a multiplicarse para esparcir todo el polvo mágico, creando diversidad de flora y fauna... poco a poco se fue transformando ella también, pues sus alas poseían mil colores con los cuales le iba impregnando de singular belleza a este mundo nuevo.
Lo hacía tan rápido, que incluso llegaba a hablar con sus dobles y así, se divirtió de lo lindo, creando todo cuanto se podía imaginar.

Su creación comenzó de cero, pues dio vida a caudalosos ríos, majestuosos árboles, animales, pero sobre todo miles de mariposas y aves exóticas, puesto que a ella le encantaban... inclusive creo hasta humanos, a quienes le ofrendó barcos, para que estos pudiesen vivir emocionantes aventuras.

Se sentía tan plena y feliz... que hasta se olvidó de su viejo mundo. Con el tiempo comenzó a sentirse un tanto sola, por lo que decidió crear a muchas haditas, y así jugar con ellas y pasarlo maravillosamente.

Por último, determinó dejar marcado el cielo, con una hermosa estrella tan grande como la luna; para que de esta forma... desde la tierra la pudiéramos ver.


Este nuevo mundo por siempre sería el hermano del viejo mundo... Así pasó el tiempo y ya como reina de las hadas, creo la felicidad en los hombres y mujeres de este hermoso paraíso sin igual. 

Hoy todos los niños, tanto de este mundo como del otro... podrán viajar sobre el haz de luz que nuestra linda hadita ha dejado, y así compartir a su lado, momentos de magia y felicidad.

Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

domingo, 6 de julio de 2014

.Cuento de Hadas, de Enricostro.

Sacura era una princesa desterrada por su padre, quien la obligó a abandonar el castillo, esto debido a que los consejeros del rey le contaron, que ella había filtrado secretos de palacio, a un mercader... poniendo así a todo el reino en peligro.

Pero lo cierto es que, las delatoras fueron las hadas, quienes decidieron perjudicarla por el sentimiento de envidia que les embargaba, pues la princesa era la más bella del reino... o al menos eso fue lo que le comentó el duende Chillón; pues os advierto que este duende es un lioso y tremendo embustero.

El caso es que el rey la ha desterrado para siempre. Así pues, la joven se vio perdida en el bosque y bastante asustada... pero igual llena de odio, por lo que le habían hecho.


El duende continuó haciendo el mal, pues gustaba pasear en las noches.

Visitaba el pueblo e iba en crispando a todos los vecinos, hasta que se armaba una buena; pero nadie se daba cuenta de lo malo que era, así sucedió durante muchísimos años.

La princesa Sacura con deseos de venganza se hizo un arco con flechas y se fue de caza. Se adentró en el reino de las hadas para darles muerte a todas, y así comenzó la cacería.

Las perseguía por todos sitios, y poco a poco se iba deshaciendo de todas. Las hadas no entendían lo que estaba pasando, ni el porqué de aquella cacería. El bosque se encontraba teñido de sangre azul por todos sitios, y las hadas, aun así, jamás hicieron mal a nadie.


Todos en el bosque estaban sufriendo mucho, por lo que las hadas decidieron realizar una reunión, y acordaron buscar un emisario para que dialogaran con la princesa, que para ese entonces se encontraba amargada y rencorosa.

Hasta que todo este embrollo estuviera resuelto, se dio la alarma, de que ninguna hada saliera de paseo por el bosque; pues era demasiado peligroso, mientras la princesa siguiera utilizando su arco y flechas en contra de ellas.

El emisario buscó a la princesa durante bastante tiempo, más era ardua tarea, pues el bosque se hizo muy denso, por lo que era casi imposible ubicarla. Al
 anochecer, por fin, en una hondonada se vio un fuego lejano y hacia allí se dirigió el emisario; pero como era peligroso, no quiso arriesgarse, por lo que decidió asaltarla en la oscuridad, mientras la chica dormía, para atraparla en un casa sueños... y así lo hizo.

A la mañana siguiente, cuando alumbró el día, el emisario interrogó a la princesa por los crímenes cometidos.
¿Dijo:
-Soy el emisario de las hadas y quiero saber por qué estás matando a las hadas?


¡Ella respondió!
! Las hadas me difamaron por envidia, diciendo a mi padre que yo lo traicioné, y todo a causa de mi belleza! Eso me lo contó el Duende Chillón.

-No es cierto, princesa, las hadas jamás hacen daño a nadie, como se te ocurre ni siquiera pensar en eso; parece mentira que no os deis cuenta que el Duende Chillón es un embustero, que solo busca crear discordia y conflictos.


¿Acaso los humanos no aprenderéis nunca?


La princesa se percató de su grave error y lamentándose de lo que había hecho, se echó a llorar... solo deseaba morirse por todo lo ocurrido.


Así, arrepentida y desconsolada, fue detenida hasta el momento en que el consejo de hadas, decidiera qué hacer con ella.

Durante muchas horas, ante el consejo, las hadas decidieron su veredicto, el cual sería encerrarla en su castillo, pues la princesa había ocasionado mucho dolor.


La noticia llegó a oídos del rey, quien arrepentido por lo sucedido, mandó arrestar a todo el consejo, por este hecho tan trágico para él...de forma tal que para la próxima ocasión se enteraran bien de los comentarios que se vertían e investigaran antes de levantar acusaciones falsas.

También ordenó buscar y dar captura al duende, y este, al verse atrapado, al momento de la condena suplicó al rey su perdón; y a cambio devolvería a la vida a cuantas hadas la princesa hubiese segado la vida.

Con el consentimiento del rey de los duendes, quien se comprometió a que haría el hechizo para devolverles la vida a todas las haditas, el rey aceptó el trato... más no sin antes hacerle prometer al Duende Chillón que, jamás liaría a nadie más en todo el reino; pues en su mesa había infinidad de documentos de todos los conflictos creados entre los ciudadanos.

Sin embargo, la princesa, aún abrumada, decidió dejarse morir de hambre y de pena.


El rey se presentó frente al consejo de hadas, para suplicarles que su hija, la princesa, fuese liberada, pues esta se encontraba muy enferma. Ellas aceptaron, pues el daño había sido reparado, y siendo así su detención no tenía más sentido.


Así fue... la liberaron y la princesa decidió vivir junto a las hadas; a quienes les dedicaba todo su tiempo. Las bañaba, peinaba y arreglaba, para que siempre estuvieran lindísimas cuando marchaban de paseo.

Así pasaron los meses, de nuevo la alegría y paz se respiraba en todo el bosque y en cada habitante de la región, pues los tiempos de terror habían quedado atrás. 

La princesa, de igual forma, logró curar las heridas de su corazón, y volvió a ser la joven dulce y generosa de antaño.


Un buen día de primavera, apareció un hermoso príncipe, montando un bello corcel; quien inmediatamente se enamoró de la dulce princesa... y con quien al cabo del tiempo se desposó, y fueron felices para siempre.


Colorín colorado, este cuento de duendes y hadas a su fin ha llegado.

Moraleja
¡No debemos dejarnos llevar por chismes, porque en ellos casi nunca prevalece la verdad!
Enrique Nieto Rubio
colaboradora en imágenes
 Silvia Regina Cossio Camara.
*Derechos Reservados*

sábado, 26 de octubre de 2013

.Francisquito El niño pastor de ovejas de Enricostro. fotos y musica de Silvia Regina




 


Zahara de la Sierra, Algodonales... Aquí, en el municipio de Zahara de la sierra, nació Francisquito.

Era un niño de una familia muy humilde, que vivía en un pequeño cortijo, cedido por unos señores; de los más ricos de la región, que se marcharon a Madrid, hacía bastantes años atrás; dejando a los padres de Francisco a cargo de todo.

Cuando Francisco nació, su madre cayó enferma, y quedo en cama muchísimo tiempo.


Su padre José, al ver que su esposa no mejoraba, y viendo que su matrimonio era una calamidad, por parte de él, que se había echado a la bebida. Se fue, a la provincia de Málaga; a vivir solo con su botella, y allí se le perdió la pista.
Juan, su abuelo, fue el encargado de llevar las riendas de la finca.
 Los señores no les cobraban nada; es más, le pagaban al abuelo, un dinero por proteger y cuidar la finca.
Francisquito, era como le llamaba toda la gente que lo conocía. Fue creciendo con su abuelito, y junto a su mamá; ella no mejoraba nada.

Ya cuando Francisquito tenía siete años, era un hombrecito muy valiente. Ayudaba a su mamá a sentarse en el porche, para que tomara el sol; y allí se quedaba toda la tarde.

Un día el abuelito le preguntó: ¿Francisquito serás capaz, de llevar las ovejas a pastar?

Francisquito respondió: ¡Claro que si abuelo! ¿No ves que ya soy grande?

Bueno, dijo el abuelo; a ver cómo te portas pillín. Llévate a Pinto, el perro guardián de ovejas, él te ayudará a controlarlas y cuidarlas.

Así lo hizo Francisquito, sacó vente ovejas esa mañana; después de sacar a su mamá al porche.

La madre, con la cabeza un poco caída, despedía a Francisquito alzando un poco la mano, y sonriéndole con esa sonrisa de madre resignada.

Ya cayendo la tarde, a Francisquito se le escuchaba venir tocando su armónica, que el abuelo le había regalado a los dos añitos.

Su madre al verlo llegar llamaba al abuelo, <con la mano>, pues su voz era muy tenue. Se acercó el abuelo a su cara y ella muy bajito le decía: ¡Míralo! ¿Parece un hombre verdad?
El abuelo respondía: ¡Sí, hija...es que ya es un hombre!


Llegando a la casa, Francisquito metió en el corral todas las ovejas, pues también le tocaba con el abuelo, ordeñarlas... pero no antes de ver a su madre, y llenarla de besos.

Le trajo un ramo de margaritas, anaranjadas, preciosas, rodeándolas de lindas amapolas.

Así continúo Francisquito, mucho tiempo. Un año tuvo que cambiar de recorrido, pues el pasto estaba más bien escaso.


Decidió irse más arriba en la sierra.
 Él, llevaba su buen petate en su mochila y llegando el mediodía; se sentó en lo más alto, y se echó sobre unas rocas; allí controlaba el rebaño mejor.

Sacó su buena tortilla de patatas... esa tortilla que el abuelo le preparaba, gorda y esponjosa, y su buena bota de agua fresquita, y se puso a comer con unas ganas locas; y se puso hasta las trancas, como se suele decir.

Se echó sobre la roca, echando el eructo más grande de sus días; pero de pronto se derrumbó la pared y cayó para dentro de la roca. Rodó y rodó... pero él se reía como un loco ¡Ajajajajaja! ¡Ajajajajaja!

Exclamando: ¡Pero qué es esto!

La cueva tenía dos metros más o menos de grande y de honda, casi lo mismo.

Francisquito se levantó y mirando a su alrededor, vio que allí, en el fondo, había una virgen cita; no más grande de cincuenta centímetros, con unas pulseras que parecían de oro, y un manto de seda blanco luminoso.

La imagen era preciosa y entre sus brazos tenía una vara de dos metros, que ayudaba para que no pudiera caerse; otro gran manto labrado en oro estaba posado a los pies de la imagen.


Francisquito se puso de rodillas, y le pidió a la virgen cita, que ayudará a su madre a que se pusiera buena.

Pasó la tarde y Francisquito no quería dejar allí a la virgen cita; así que la cogió con el manto dorado y la envolvió.  y la metió en la mochila.

Pero el tiempo transcurrió pronto, y llegó la noche; así pues, con su vara en la mano, le dijo a su buen perro Pinto: Amigo en la oscuridad, no veo ni torta, así que tendrás que guiarnos.

Le toco con la vara que cogió de la virgen, y el perro ladró a sus ovejas y las reunió a todas y marcharon a la casa.

Pasó algún tiempo, y ya se veía la luz de la casa a lo lejos; el abuelo estaba de lo más preocupado; pero ya se sentían las ovejas regresar y se tranquilizó.

Francisquito las metió en el corral y fue a ver a su madre; se acercó a la cama y ella de pronto se sentó y le dijo:


¡Hijo mío, me tenías muy asustada!

Ya lo sé, mamá, es que se me pasó el tiempo, y como estaba más lejos, no calcule la distancia.

Se abrazó a la madre, y bueno, no paso más.

A la mañana siguiente, cuando Francisquito se levantó, el abuelo ya había ordeñado todas las ovejas y se dio cuenta, que tenía dieciséis borreguitos más, pues hasta esta mañana no se había percatado de ello.

Francisquito se dirigió a la cocina para coger su petate, y allí estaba su madre, sana como una pera. Él dijo: ¡Mamá!

La madre se volvió... ¡Hijo! Y lo abrazo con una fuerza tremenda.

Francisquito salió corriendo, pegando voces, exclamando: ¡Abuelo! ¡Abuelo!

El abuelo asustado se imaginó lo peor.

¿Qué pasa? ¿Qué pasa? - Mamá... ¡Es mamá!

¿Qué, que.? - Mira abuelo allí en la ventana.



El abuelo salió corriendo a la casa... allí estaba ella de pie; con uno de los vestidos más bonitos que tenía, pues nunca pudo lucirlos. El abuelo abrazó a su hija y preguntó: Hija, ¿Cómo es esto?,

¡Ay! No se papá ... mírame estoy perfectamente, ya lo ves.


Saltaron de alegría, y ese día se lo tomaron de descanso; sacaron a las ovejas que estuvieran por la finca sueltas y celebraron una gran fiesta.

Francisquito se dio cuenta, que eso fue un milagro de la virgen. Él la había subido a su cuarto y corriendo hacia donde Ella le dijo:

¡Gracias, virgen cita por curar a mi mamá! Aquí tienes un vaso de leche, de la más buena de las ovejas... y luego bajó de nuevo al lado de su mamá.

Ya abajo le dijo: ¡Mamá...!Ven, ven!

¿Qué quieres hijo?

- Ven a mi cuarto, te enseñaré algo.

Subieron los dos, y cuando ella vio esa virgen que irradiaba luz propia, se arrodilló dando gracias al cielo por estar en su casa.


La madre le contó a Francisquito:

Cuando era pequeña, en tiempos de guerra, el párroco escondió la virgen, en un sitio que nadie sabía; pero cuando el párroco entró ese día al pueblo, una bala traicionera le reventó el corazón; cayendo al suelo fulminado, y desde entonces jamás se supo nada de la virgen.

Así que la tuvieron muchos días en casa... Francisquito seguía con sus ovejas.

Yendo a la sierra.

 Un día, al atardecer, en una hondonada, unos lobos decidieron hacerle a Francisquito una emboscada.

Ya de vuelta él se puso a pensar que, antes, allí jamás hubo lobos.

Francisquito con su perro y su vara, fue matando y matando a los lobos; eran seis muy grandes, pero esa vara tenía poderes; pues con un solo latigazo a un lobo mataba.



Cuando llegó a la casa, el abuelo le dijo:

¡¡Hijo, los lobos han matado bastantes animales de los alrededores, y son muy peligrosos, menos mal que tú estás bien.!!

Él le respondió:¿Abuelo, yo he matado a seis lobos que nos han atacado.?


El abuelo le creyó, pues aunque parecía una historia producto de la imaginación fantástica de un niño... Francisquito jamás dijo una mentira.

Se dirigieron al mesón del pueblo, allí estaban todos los hombres reunidos; dispuestos a hacer una batida, esa misma noche.

Era una noche de esas oscuras y frías, cuando llegaron... Francisquito les dijo:

Ya no debéis de preocuparos ¡Los lobos están muertos! ¡Yo los he matado!

La verdad es que eso era difícil de creer y todos lo de la cantina empezaron a reír. !Ajajaja!!Ajajaja!

¡Qué bueno! Decían unos... y nadie estaba conforme. Se creía que Francisquito había perdido la cabeza, así que todos con las antorchas se dirigieron a la hondonada del camino, y si era cierto... allí estaban los lobos todos muertos.

Cogieron a hombros a Francisquito, y lo llevaron hasta el pueblo. 

Allí se corrió la más grande de las fiestas, llamaron a todas las mujeres del entorno. Corrió el vino y la comida a reales; nadie pensó quién pagaría aquello, pero hasta el alcalde estuvo esa noche, junto con los alguaciles, entre otros... Cantando y bailando.
Ya sobre las diez de la noche, se abre la puerta del mesón, y entró la madre de Francisquito, con su vestido más bonito... estaba radiante; hermoso como ella misma.

De pronto todo se quedó en el más grande de los silencios, Francisquito dijo:

¡Mamá!

La madre alzó un bulto que llevaba en las manos, quitándole un paño que lo cubría... era la virgen del pueblo, todos asombrados dijeron:

¡Viva la virgen! ¡Viva la madre de Francisquito!

- Todos exclamando: ¡Viva! ¡Viva!



Fue precioso ese momento... aplaudieron todos, eso fue la bomba. El alcalde mandó sacar esa misma noche todos los cohetes; ese iba a hacer el primer día de feria, para todo el pueblo.

Desde entonces, todos los años es fiesta el 1 de abril; Día de la virgen del pueblo, y la sacan en procesión todos los años.

 La cual, termina en el mesón y cuando acaba la celebración, vuelve a la antigua iglesia del pueblo.

Y así acaba esta historia, fruto de esta mente, llena de fantasía.

- Fin -


Enrique Nieto Rubio

*Derechos Reservados*

Un beso para todos los que lean mi historia.
Solo es un hermoso regalo.