sábado, 28 de mayo de 2022

Mi querido diario, Secretos Enricostro. cap. I.

  Querido diario, me he armado de valor y he decidido ir a verla,

más ella no me esperaba.
He llamado a su puerta y ha tardado en abrir,
he supuesto que estaba con otro.
Y así ha sido, pues nada más abrir, ha vuelto a cerrar la puerta de su dormitorio,
Le he preguntado:¿estás sola?
ella me contestó ¡No!, 
Me marcho:¿no espera?
ha vuelto hacia la puerta a, mirado y ha vuelto.
¿Dime que quieres?
te echo mucho de menos, sabes lo mucho que te quiero,,,,
si como siempre solo para la cama y después te vas verdad.
No, no, me iré, pero y él, le señalé mirando el dormitorio.
Bueno, eso es cosa mía,  en  no mandas, y a él jamás lo abandonaré.
Entonces hemos terminado, le contesté, di media vuelta y salí de allí sin mirar siquiera,
pues no estaba dispuesto a compartirla con nadie.
Así paso, yo como siempre, con mi genio creyéndome el marchito.
Ya ves diario mío, sé que ahora después de varios días me doy cuenta de lo cretino que soy, es cierto que aparecía solo cuando me convenía, hacíamos el amor locamente y ella me correspondía con locura.
Cierto es que es una mujer de banderas, alta, esbelta y muy elegante, pero estando casado no podía arriesgarme mucho, pues también engaño a mi esposa, pero es que me gusta tanto, que no puedo ni quiero evitarlo, la deseo con solo tocarla, me excito y me rompo de emoción, más como ella se mueve no lo hace mi esposa claro, tu mi lindo diario serás el secreto de nuestro amor. Ya jamás iré a verla,
dos años han pasado y la he vuelto a ver en la ciudad, con un niño de dos o tres años, le he saludado,
:¿Hola como estás, y este quién es?
¿ya lo ves mi hijo, aquel hombre que estaba, en mi habitación el día en que tú te fuiste por última vez?
vaya corriste mucho sí.
¿Pues si me deshice del mezquino de su padre, que además era un gilipollas.? Bueno y ahora me marcho lejos al extranjero, ya no volveré por aquí, chao y cuídate y le das recuerdo a tu señora...
Al día siguiente de verla, me confesó por teléfono que era hijo mío. Además de llamarme estúpido, supongo que me lo merecía.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos reservados.

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Mi Querido diario de Enricostro. cap. II

  Mi querido diario,

hoy te vuelvo a relatar esta historia tan triste para mí.
Hace varios días que mi esposa se ha enterado de que tengo un hijo   no me lo ha perdonado, pues no sé cómo se ha enterado, pero me ha echado de casa.
A sí que me veo en la calle durmiendo en mi coche, y me ha pedido el divorcio inmediato,
así que mi vida está hundida.
He decidido enterarme dónde está Mariela con mi niño.
Y he decidido marchar a casa de su madre,
pero muy enojada me ha dicho que se lo comunicara a su hija a ver qué le dice.
Que vaya este miércoles próximo.
Bueno, por ahora tendré que esperar, pues espero y me acoja, si no no sé qué voy a hacer.
Bueno, me iré a un hostal, pues mi sueldo es normalito y esperaré a allí, después de una ducha que me hace mucha falta, pues este estrés me hace sudar mucho, hasta la próxima... A ver qué me contesta, que lo veo muy difícil.
Enrique Nieto Rubio.
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Mi Querido diario, El rechazo de Enricostro, cap .III.

 El rechazo

querido diario, esta mañana, he ido a casa de la madre de Mariela,
para que me dé su respuesta.
He llamado a la puerta, y la madre de Mariela me ha dicho: 
¡pasa siéntate, quieres tomar un café!
¿no gracias no se moleste?
Bueno Enrico, ¿no son buenas noticias, pues Mariela no quiere ni verte, además que tiene novio y me ha dicho que no y que no te diga dónde está.?
A mí se me empañaron los ojos, sin saber qué decir,
Al volverme encima de un pueblecito de entrada, vi las señas de ella y las memoricé.
Abrí la puerta sin más, pues aquella buena señora nada tenía que reprocharle.
Vive en Caracas, Venezuela.
Bueno en el otro lado del mundo, madre mía, no sé qué voy a hacer,
El caso es, que también me han despedido del trabajo y estoy tocado y hundido, así que terminaré en el paro con una pequeña, liquidación de doce mil euros. Todo me ha salido mal, no sé qué voy a hacer.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos reservados.

Mi Querido diario La partida de Enricostro. cap. IV.

 Mi, querido diario, he decidido tomar un avión e irme a Caracas,

con todo el dinero que me han dado, ahora mi es mujer no me ha pedido nada, pues dice que no quiere nada mío.
Cuando llegue, veré si puedo invertir mi dinero en algún negocio,
pues quien sabe, a lo mejor se me da muy bien.
Yo he sido camarero, y quizás ponga un bar o cafetería, no sé todo, ahora es un sueño.
He pasado unos días, muy malos, solo pensando en ella y en nuestro hijo, veré como le va.
En poco más de doce horas, he llegado a Caracas,
He buscado una pensión, pues he llegado agotado.
Hoy ya me encuentro mejor, y he decidido coger un taxi y me ha llevado hasta la misma puerta de su casa.
Son las siete y media de la mañana, la he visto salir del portal, la he seguido y tres calles más arriba, ha entrado en un bar.
Yo he entrado a continuación, y me he sentado en una mesa, he pedido un desayuno completo, café y tostadas, mientras la vigilo.
Ha entrado dentro del bar, pues se ve que trabaja aquí.
Me ha traído el desayuno, bueno, no me ha reconocido, pues ahora tengo una barba bien recortada, y cierto es que me veo guapísimo.
Le he visto su cara, y está bastante demacrada, y parece que le han dado una gran paliza.
Me he quedado sorprendido al verla.
La he esperado fuera, son las diez de la noche y ya salé,
pero hay alguien que la espera.
Le ha pedido el dinero, y ella no se lo quiere dar, la está golpeando, en el portal de la casa, y eso no lo puedo consentir.
Así que me he tirado encima y le he dado tantos puñetazos, que ha quedado reventado en el suelo, y perdí el juicio, pues no sé cuántas patadas y pisotones le he dado, que creo que lo he matado, pues también ha dado con la cabezota en el bordillo, así que ella ha salido corriendo, para su casa, yo me he largado de allí.
He entrado en mi pensión, he comido y ahora estoy escribiendo lo que me ha pasado.
Estoy agotado y mañana será otro día.
Enrique Nieto Rubio.
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