Para regocijo de los dueños del hotel, este llegó a ser reconocido en todo el país, como uno de los mejores; y después su fama fue internacional.
Todos los habitantes de la región, a su vez, fueron beneficiados; puesto que el turismo se incrementó de forma inmensurable, dando lugar a nuevas fuentes de trabajo; y por ende la prosperidad reinaba en todo los hogares; motivo por el cual la pareja de jóvenes, era muy apreciada por la población.Con el transcurso de los meses, José y Anita contrataron a un gerente de operaciones; para así disponer de más tiempo para disfrutar de su amor; no obstante, continuaron viviendo en el hotel, para asegurarse que la calidad de sus servicios, siempre fuese óptimo.
Un día en el que Anita se encontraba en la recepción, cuando de pronto se presentó un señor de buen vestir, preguntando por el dueño del hotel.
Más la chica se preocupó, porque se percató que el hombre estaba
nervioso y mantenía una de sus manos en el bolsillo... aparentemente portaba un arma.
Trató en la medida de lo posible de tranquilizarse, y amablemente le dijo:
Con gusto le informaré... solamente dígame su nombre para poderlo anunciar.
El hombre cortante y con el ceño fruncido respondió:
¡Dígale nada más, que soy uno de sus antiguos clientes!
Anita fue en busca de José y alterada le dijo:
¡José! ¡José! Hay un hombre que está preguntando por ti; dice que es un viejo cliente.
Si es simplemente un cliente, ¿por qué te siento tan alterada?
¡Ay mi amor! No sé, si estoy equivocada... pero creo que el hombre, no te busca para nada bueno y al parecer está armado.
Tranquila mi cielo; si es así... llamaré a la policía; mientras tanto dile que me espere en el vestíbulo.
Anita regresó, y de nuevo muy cortésmente le invitó a sentarse en el lobby, indicando que José bajaría pronto.
Mientras tanto, José llamó a la policía... quienes, en cuestión de diez minutos, se personaron en el lugar. Cuando ingresaron le preguntaron a Anita, quién era el hombre sospechoso, y ella señaló el lugar donde estaba sentado el hombre.
El individuo, quien se había percatado de la presencia de la policía, salió corriendo... pero otro agente que resguardaba el frente del hotel, lo detuvo en acto.
La policía lo abordó, y desarmó inmediatamente. Luego lo llevaron de vuelta hacia el hotel, y una vez allí, le pidieron la documentación que lo identificaba, así como la licencia para portar arma de fuego; y al revisar todo estaba en regla, pues el sujeto había sido político en años anteriores.
No obstante, decidieron que se lo llevarían detenido, pues su conducta hacia Anita, había sido intimidante; aunado al hecho que no supo explicar el porqué, había solicitado ver a José.
Cuando estaban a punto de llevárselo, José intervino diciendo:
Señores oficiales. ¡Podrían permitirme conversar a solas, con el caballero un momento!
Como ya habían desarmado al sujeto, no tuvieron objeción para aceptar lo que José les pedía.
José condujo al hombre hasta su oficina, y le preguntó:
¡Señor, podría decirme como se llama!
Con molestia respondió: ¡Mi nombre es Ricardo Bertrandt!
Pues si la memoria no me falla, no recuerdo haberle conocido en el pasado.
¿Podría decirme que deseaba usted hacer con el arma?
¡Vine a matarte.!
Si es así... ¡Podría al menos saber, que daño le he causado!
Hace año y medio, vine a su hotel con una chica y me filmaron.
Luego su gentuza comenzó a llamarme, para pedirme una fuerte cantidad de dinero... y como me negué; lógico fue comprender que usted, giró órdenes a esos rufianes, para que divulgaran el vídeo.
¡Usted no tiene perdón de Dios, pues arruinó la vida de mi familia, y destruyó la mía! José lo interrumpió diciendo:
Señor, me temo que la lógica, en esta oportunidad, le ha fallado por completo... Lamento mucho su desgracia; pero mucho más me afecta, el que usted me crea el mísero gusano, responsable de tan abominable hecho.
Si usted duda de mi integridad, le exhortó a realizar las averiguaciones que considere necesarias; y todo residente de este lugar, podrá confirmarle que el hotel fue vendido a mi persona, tan solo unos meses atrás.
Siendo así, dígame usted. ¡Cómo podría haber girado instrucciones para filmarlo, luego chantajearlo, o en todo caso dar a conocer dicho vídeo!
El hombre, aun con el rostro desencajado por la rabia, preguntó:
¡Si no fue usted... entonces dígame quién fue!
-Honestamente, no puedo servirle de mucha ayuda; porque actualmente no hay un solo trabajador, que haya estado al servicio de la administración pasada.
Sin embargo, sé de lo que me está hablando. Estoy enterado de las cintas, y las cartas de chantaje enviadas a diversos clientes; porque al comprar el hotel, personalmente revisé cada rincón.
En ese entonces, había una puerta para la cual no encontraba la llave; siendo así me dediqué con especial afán a encontrarla.
Cuando al fin pude ingresar a esta habitación, encontré cámaras ocultas, vídeos y las cartas que eran enviadas para realizar las extorsiones. Solo hasta ese momento, me enteré de la forma anómala y perversa, en que personas sin escrúpulos estaban actuando.
Por lo delicado de la situación, y para no afectar a los huéspedes involucrados, determiné no informar a las autoridades; y decidí que lo más conveniente, era guardar todos los documentados en una caja fuerte, a lo que si a usted le parece, buscaremos esos documentos y cintas que se las entregaré, con mucho gusto y usted hará lo que estime conveniente ...
Después de escuchar el relato de José, el hombre se desmoronó, pues había estado a punto de cometer, la peor estupidez de su vida.
José le preguntó:
¡Es consciente y cree todo cuanto le he dicho! Porque en realidad no es mi deseo meterlo preso, por este lamentable incidente; pues considero que mucho ha pagado ya, por el error cometido.
¡Sí... vale! Por favor perdóneme. En realidad no es mi forma natural de proceder; más cuando me enteré, a través de la prensa, que de nueva cuenta habían abierto las puertas del hotel, no pude controlar mi furia... y quise vengarme.
¡Venga, que no pasa nada! Creo que yo también me hubiera vuelto loco, si por culpa de alguien pierdo a mi Anita querida.
Señor, honestamente considero, que Dios también cree, que mucho ha sufrido a causa de un error; pues a mi parecer, está claro que impidió... que cometiera otro delito mayor.
Porque si usted hubiese cumplido con su cometido; el resto de sus días... los hubiese vivido dentro de una prisión.
Imagino lo mal que lo debe de estar pasando; pero si usted tiene paciencia, seguro estoy que con el tiempo su familia, podrá perdonar su error... Y con un poquito de suerte y esmero de su parte, quizás serán mucho más felices, de lo que eran... antes de que conocieran su falta.
El hombre, al escuchar las palabras de ánimo, por parte de la persona a quien iba decidido a matar; se puso de pie, y le brindó un fuerte abrazo a José; pues él había ingresado al hotel buscando a un enemigo, y salió ganando un muy buen amigo.
José salió al vestíbulo, y les informo a los agentes, que todo lo sucedido, había sido un malentendido; y que el hombre solamente llevaba consigo el arma, tal cual lo hacía día con día.
Los policías, una vez más...no tuvieron inconveniente alguno, en acatar los deseos de José. Solamente le informaron, que tendría que presentarse en la estación correspondiente, para retirar la denuncia.
Este suceso, sería uno de los sustos más grandes, que a lo largo de su vida experimentaría José...
El problema de la agresión trascendió a los diarios; pero como nadie confirmó el altercado; al final, los reporteros, que habían destinado una columna para cubrir la noticia, se quedaron sin nada para reportar en ese espacio...
Los dueños del diario, decidieron aprovechar la oportunidad, para destacar a José; calificándolo en el reportaje, como un ciudadano joven y apuesto... pero sobre todo, ejemplo para miles de jóvenes; pues el chico, a su corta edad; era accionista de uno de los hoteles más famosos del mundo.
Continuará...
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