No me hagas sufrir más,
no dejes que como un niño muera;
no dejes que como un niño muera;
dejándome solo en la acera,
sin que nadie me vea al pasar.
sin que nadie me vea al pasar.
No me hagas tu sufrir más.
ni permitas, que muera de dolor,
ni permitas, que muera de dolor,
porque si no te tengo cerca de mí,
se me rompe el corazón.
se me rompe el corazón.
Ando en busca de una nube negra,
para poderme esconder;
para poderme esconder;
y que mis lágrimas sean la lluvia,
que consuele mi querer.
que consuele mi querer.
Que los truenos ensordecedores,
sean el canto de mi dolor...
sean el canto de mi dolor...
para así estar un poco tranquilo,
sin pensar en este amor.
sin pensar en este amor.
Que añorándote me vuelven loco,
tantas olas de pasión.
tantas olas de pasión.
No me hagas sufrir más...
ni permita que se muera mi dolor.
ni permita que se muera mi dolor.
Porque sí me buscas algún día,
y no me encuentras por allí;
y no me encuentras por allí;
será quizás porque morí aquel día...
en que te fuiste de mí.
en que te fuiste de mí.
Y luego... si de mí quieres saber,
búscame en el cementerio;
búscame en el cementerio;
y triste encontrarás que por ti,
me enterraron de negro.
me enterraron de negro.
Mi epitafio rezará:
Este hombre murió por un amor...
Este hombre murió por un amor...
que partió dejándolo abandonado,
y sin siquiera una flor.
y sin siquiera una flor.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Camara.
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