viernes, 23 de marzo de 2012

..No la hagas llorar,

No la hagas llorar...
 porque tú te sientas perdido; 
pues para ella en su cantar,
 tú eres su mejor amigo.

No la hagas llorar...
 porque no tengas trabajo; 
que ella en su caminar,
 también sufre tus pasos.

No la hagas llorar...
sólo porque tu esposa sea. 
Pues ella está en libertad,
 de darte lo que ella quiera.
No la hagas llorar...
al beber y vuelves como un cosaco.
¡Que le rompes el corazón!
 por tratarla como un trapo!
Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes, 
Silvia Regina Cossio C amara.


lunes, 13 de febrero de 2012

..Desolación Poemas protesta (incendios) de Enricostro.



Un gorrión cantaba, 
entre tanta desolación, 
con una alita quemada, 
y cantares de dolor. 
Buscando una esperanza, 
y buscando un rincón, 
con unas hojillas verdes, 
que ilumine su corazón.

Mirando y mirando va, 
saltando entre ramas encendidas, 
con sus patitas heridas, 
no comprende su pesar. 
Llamando con su piar, 
a otra alma perdida, 
que la pueda consolar.
A lo lejos se divisa, 
entre llamas y rescoldos, 
a una gorriona asustada,
llorando de dolor,
pues está medio quemada,
sin entender qué es lo que pasó,
piando de cualquier modo. 
Este se fue acercando, 
y le pregunta el porqué, 
por qué queman nuestra casa, 
porque destruyen nuestra fe.
Nos despojan de lo nuestro, 
nos quitan hasta el vivir, 
este mundo se nos muere; 
ya no podemos vivir. 
Los campos están quemados... 
¡Y la tierra llega a su fin!

Enrique Nieto Rubio
*Derechos de Autor*
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Camara.

lunes, 19 de septiembre de 2011

..Muerte de una novia de Enricostro.

Muerte de una novia de Enricostro.

Vivo en un pueblecito en la sierra, acá siempre estamos con una niebla que apenas si se ve.
En este acantilado hoy he quedado de encontrarme con mi novia... Esto es un mirador que en verano se divisa toda la ciudad, además de mi pueblo, y es un sitio muy bonito.
Ella ha querido que fuera aquí, porque fue donde nos conocimos, más no sé por qué hemos quedado en este lugar.
Hoy ha sido un mal día, porque yo siempre he sido una persona, que ha estado en contra de los malos tratos, es más, he odiado a aquellos que golpean o tratan mal a las mujeres.

Para rematar y en este momento, mi novia me ha terminado, dice:
¡Ya no te quiero!, ¡eres feo y tonto!
Llevamos cinco años de novios, cuatro haciendo el amor todos los días y ahora me dice que quiere a otro.
Ella buscaba la excusa para romper conmigo, y me ha alzado la mano para pegarme. Le he parado el golpe, pero en el rebote... se me ha caído por el acantilado, ¡no he podido evitarlo!
He corrido hacia abajo... arrastrándome por la montaña, he llegado enseguida, aunque muy malherido, ¡ella está muerta!


Mi vida se ha terminado... estoy perdido, ¡ya no quiero vivir!
Jamás pensé que esto me pudiera pasar a mí... Ella era mi vida y mi sangre, ¿qué nos pasó?



Lo teníamos todo; tierras y una casa maravillosa en mi rancho. Todo listo y comprado, incluyendo los muebles porque nos íbamos a casar este fin de semana, ¿qué pasó?
He caminado desorientado y perdido en la niebla... ¡No quiero salir de ella!
He llamado por el celular a sus padres, diciéndoles lo sucedido e indicándoles dónde su cuerpo encontrarán.
Yo tan solo anhelo morir, no quiero que la luz del día me vea. Quiero estar en eterna oscuridad, y que nunca jamás amanezca. ¡Quiero que mi mundo sea el infierno!
¿Cómo es posible? Que con tanto amor como yo le tenía, se me fuera en aquel maldito acantilado.

¿Por qué me quiso pegar? ¡Esta angustia me ahoga! El aire me asfixia, mi vida lentamente y dolorosamente se extingue.
Ella tan solo tenía veinte años, le quedaba una vida entera por vivir.
He lanzado el celular al mar... me encuentro furioso y lleno de impotencia. ¿Qué mal he hecho yo, para merecer esto?
Las autoridades me buscarán porque soy un asesino de mujeres, seguro eso van a decir... ¡Pero me mataré, antes de verme en la cárcel! De todos modos no quiero vivir.
Así he seguido andando y he tropezado con una rama muy grande que hay en el suelo, pues no se ve nada en absoluto. Parece como si la niebla quisiera esconderme por asesino ¡No sé... estoy tan perdido!





Más adelante hay una barca en la orilla del río y la he puesto a flote, me he tirado en ella. En esta barca hacíamos el amor en nuestras escapadas.
Solo pienso en ella, tengo las manos llenas de sangre, pues me he manchado al momento de ponerla derecha... tenía la cabeza rota, pues había caído boca abajo.
La corriente me ha llevado a una pequeña isla donde íbamos mucho, teníamos una cueva secreta tapada con ramajes.
Nadie la conoce, solo ella y yo. He entrado a buscarla más, no la puedo encontrar... sigo avanzando, veo una luz porque al fondo he llegado, solo es una vela que allí teníamos.
He decidido esperarla... mientras tanto, me he tumbado en la arena, y sus fotos las tengo por todos sitios. Es tan bella que casi se me salé el corazón mirándola.

El tiempo parece no correr, tengo sus fotos clavadas en la pared de la cueva, yo las miro y no puedo dejar de llorar... ella es lo más bonito del mundo.
En las fotos, ella está sonriendo y mirándome, y así me he quedado dormido... soñando con ella, que ha entrado en la cueva y se ha posado al lado mío.

Ella viste un vestido color celeste, muy largo y ancho; y con muchos vuelos... lleno de encajes, con un escote pronunciado mostrando la belleza de sus grandes senos... y perfectamente maquillada, sus labios color carmesí como el fuego que realzan la belleza de sus bellos ojos azules.
Ella me dice:
¡Te amo mucho, y viviremos aquí en esta cueva para estar siempre unidos!
Me acaricia y nos besamos... se ha sentado a mi lado, echándole el brazo por encima, nos hemos quedado.



Ha sido tan real, que ya no sé si ha sido un simple sueño... Es otro día, y ella no está, ¿habrá ido a por comida? ¡Yo no me puedo levantar!
Así pues, permanezco tumbado; la espero todo el día; y de nuevo ya está oscureciendo.
Creo que ¡ya viene!, veo la luz de la vela que trae en su mano, le he dicho:
¡Tengo hambre!
Ella ha respondido:
¡¡Antes me tienes que comer a mí.!!
Nos hemos vuelto locos haciendo el amor, y nos hemos quedado dormidos.
Ya no puedo pensar... ha pasado el tiempo, no sé cuánto, pero sigo esperando que ella venga.

Apenas la veo pero... ¡Sí, sí... ya entra! Veo la luz y es más fuerte esta vez. Seguramente viene para llevarme con ella... Se ha abierto una luz fuerte por encima... estamos subiendo unas escaleras de cristal luminosas, ella me lleva agarrado de la cintura, puedo sentir su cuerpo calentito, pues el mío está helado, ¿estaré muerto?
¿¡Ya no lo sé! He pasado aquí tanto tiempo, que ya no recuerdo por qué vine. Y por fin me marcho con mi amada, qué es lo más bonito de este mundo.
¡Ella coqueta me sonríe!

(Notas necrológica en la prensa)

Después de quince días de la desaparición del novio de Elena, la chica que encontraron en el fondo del acantilado y muy malherida... se ha recuperado y recobrado la memoria.
La chica se ha presentado ante las autoridades para conducirlos hasta una extraña cueva, donde asegura hacía el amor con su novio... y efectivamente, allí tumbado en esa cueva fría y abandonada, putrefacto, se encontraba el cadáver de su novio.



Derechos de Autor
Enrique Nieto Rubio.
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara. 

jueves, 18 de agosto de 2011

..El desglosador de pollos.



En Almodóvar del Río, Córdoba; es un pueblo donde hay un inmenso castillo, en el cual vivía Andrés, un millonario que su fortuna la consiguió con su pequeña granja de pollos.


Él tenía los mejores pollos de toda la comarca y los desglosa, como nadie.
los mejores filetes de pollo eran provenientes de su crianza.
Un día algo raro sucedió cuando cerró las puertas de la verja, donde se encontraban los pollos; cortándose en una mano al punto de hacerse una gran brecha...
pero él no le dio mucha importancia, y fue a atenderse con médico alguno; sino que más bien se dirigió al lugar destinado para matar a los pollos y comenzó su trabajo desglosando los pollos del día.

Transcurrieron las horas y la herida comenzó a dar señales de infección... pero como era algo ignorante, no le dio importancia.

Pasaron los días y una mañana no pudo levantarse de la cama, porque estaba encendido en fiebre... el termómetro marcaba cuarenta décimas.
La esposa afligida al darse cuenta de lo que sucedía, llamó a una ambulancia y los trasladaron al hospital de Córdoba.
Ingresó a emergencias, con la cara y el cuerpo hinchados, por lo que rápidamente lo comenzaron a tratar con antibióticos... más los doctores no llegaron a descubrir que sucedía dentro de su organismo... así pues, no les quedó más que esperar a ver como evolucionaba con los medicamentos.

Hubo un cambio de guardia, y un doctor que no era quién lo había estado tratando, diagnosticó lo siguiente:
¡Es la enfermedad del pollo!

¡Más como este galeno carecía de buena reputación por ser un hombre muy enamorado y poquito pirado... otro médico presente decidió comentar "la enfermedad"; en la sala de reuniones con otros facultativos... y estos al escuchar que era la enfermedad del pollo, echaron a reírse..Ajájájájá!
Y le dijeron: ¡Tú estás chalado!

-El hombre frustrado, insistía, diciendo: ¡Les digo que es la enfermedad del pollo!

Una vez más todos echaron a reír, diciendo: ¡Ajájájájá! ¡Qué cachondo es el tío!
No le prestaron atención... pero igual terminada la reunión no llegaron a un acuerdo.

Al día siguiente la fiebre cedió totalmente, él desglosador se encontraba mucho mejor, más decidieron tenerlo un día más en observación.

Veinticuatro horas más tarde, el médico decidió darle de alta, más no, sin antes hacerle la siguiente observación:-Andrés, si te encuentras algo, o sientes síntomas extraños...no dudes en llamar inmediatamente, que en estas cosas nunca se sabe... vale?
- Sí... así lo haré, muchas gracias! ¡Adiós!

Andrés en su casa se fue la tienda y en el despacho encontró a su esposa.
¡Hay! ¡Ya estás aquí! Exclamó emocionada la esposa.
-¡Si cielo, por fin, llegué!
-¿Estás bien?
-Sí, claro que sí, ya no tengo molestia alguna.
-¡Que bien amor...es una alegría!

Felices juntos prepararon la cena, pasaron una agradable velada y luego se marcharon a dormir.

Andrés, que ya se sentía muy bien, incluso deseaba compartir en la intimidad con su esposa; así pues, comenzó a seducirla y a besarla apasionadamente... Pero de pronto la mujer sintió que algo le picaba dentro de su boca, haciéndole una herida tremenda.

Ella gritaba: ¡Suelta, suelta! Ayyyy! Y dándole un fuerte empujón, se separó de su marido, sin que este pudiese reaccionar.

La esposa molesta le dijo: ¿Qué te pasa tonto? ¡Me has mordido Gilipollas!
-! ¡Pero cómo te voy a morder mujer! ¡No lo he hecho... estás loca!
La mujer preguntó contrariada: ¿Entonces esto qué es?
Andrés, que también estaba sumamente molesto, sin voltear a verla, salió de la habitación.
Ella se fue al baño para curarse... y él regresó a ella preocupado:
-Déjame ver que te ha pasado... ¡Madre mía, te juro que no me he dado cuenta! ¡No sé qué ha podido pasar!
Él rápidamente la tomó del brazo, la llevó de vuelta al dormitorio y con lo que tenía disponible la atendió.
Al día siguiente, la mujer amaneció en estado de shock y encendida en fiebre... Él, dé glosador, la llevó rápidamente al hospital, pero esta no alcanzó a llegar con vida.
-Velaron su cuerpo y la enterraron.

Pasaron los días y Andrés estaba muy triste, apenas atendía su tienda y con el tiempo fue abandonando el cuidado del castillo y ya jamás salió de él.

Con el tiempo, los deseos de Andrés por tener sexo volvieron y decidió llamar a una casa de citas, detallando la clase de chica que deseaba y que se la enviaran al castillo.

Cuando la dama llegó, comenzaron su romance, escuchando música, conversando y deleitando una exquisita cena. Ya en los aposentos comenzaron las caricias, pero al momento de penetrarla; de la boca de Andrés salió una cabeza de pollo, quien comenzó a picotear a la mujer por toda la boca y la cara... mientras la pobre infeliz no dejaba de gritar:

¡Socorro, socorro! Como pudo logró soltarse, y salió corriendo... pero a los pocos metros cayó muerta con los ojos abiertos.
Andrés apenas pudo reaccionar... cuando la vio en el suelo exclamó:

¡Dios... pero que ha pasado!
¿Ahora qué haré?

Él entró en pánico porque todo el suelo estaba lleno de sangre... la mujer parecía haber sido atacada con una pica hielo... en fin todo lucía espeluznante, por lo que se aterró y decidió no avisarle a nadie.
La tomó en brazos y se dirigió a una gran fosa en el interior de un sótano del castillo, la arrojó y regresó a su habitación, a limpiar todo vestigio de lo ocurrido.
Los primeros días fueron difíciles, pero tal cual sucedió la primera vez, con el tiempo se olvidó del caso.
En el pueblo se armó un revuelo a causa de la chica desaparecida, algunos decían haberla visto subir al castillo... y que después de ello nadie la había vuelto a ver con vida. La policía se presentó a investigar, pero no encontraron pruebas y mucho menos el cuerpo.

Meses más tarde, Andrés decidió llamar a otra dama de compañía... y sucedió exactamente lo mismo. Escucharon música, conversaron, cenaron... se dirigieron a la alcoba con el mismo ritual... y en mal momento de nuevo la cabeza de pollo salió de su boca, destrozando a la muchacha.

Al igual que la vez anterior, tomo a la muchacha, la echó en la fosa y limpió la escena del crimen.

¡En el pueblo comenzaron los rumores... porque esto siguió sucediendo una vez y otra vez... y otra vez!
Todas las pistas llegaban al castillo. Los policías tenían los datos de todo cuanto pasaba en la propiedad de Andrés... pero parecía que Andrés no estaba consciente de lo que estaba sucediendo.
Así pues, él acordó con la policía que se pondrían cámaras de vigilancia y así por fin descubrir a tan cruel asesino.
Esa misma noche, la policía descubrió el trágico desenlace de la investigación: ¡Andrés era quien sin querer mataba a sus víctimas! 


Esa fue su última víctima... porque lo detuvieron inmediatamente, lo llevaron al hospital donde descubrieron que debajo de su lengua tenía una cabeza de pollo, que picaba con mucha intensidad y agresividad; por lo que decidieron llevarlo a cirugía.

Andrés, quien no creía en todo cuanto le estaban expresando los doctores. refutaba:
¡No puedo creer semejante disparate!
-¡Tomé este espejo, y véalo usted mismo! Dijo el doctor.
El pobre hombre se horrorizó y casi pierde la razón; cuando vio en el fondo, la cabeza de pollo que trataba en vano de esconderse.


Mientras lo intervenía, la policía se dirigió al castillo, lugar en donde encontraron los cuerpos en descomposición en el pozo.

¡Durante la operación lograron extirpar la cabeza del pollo con éxito... pero Andrés nunca jamás despertó!
-Fin-
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Cámara.