En el silencio de la noche;
llorando yo me quedé;
porque tu corazón y el mío,
rotos quedaron después.
Tanta fue la oscuridad,
que la noche se hizo fría,
luego un largo caminar...
hasta que se hizo el día.
Todo ha sido un silencio,
lleno de oscuridad;
vivir de malos recuerdos;
para toda la eternidad.
Y aunque volviera la luz,
ya nada sería igual,
pues el amor que se rompe,
complicado es de arreglar.
Solo quedará el recuerdo,
de una noche fatal;
que se perderá en el tiempo,
por toda la eternidad.
Enrique Nieto Rubio
Derechos Reservados
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara.