viernes, 4 de enero de 2013

..Como puedo alcanzarte de Enricostro.









¿Cómo puede alcanzarte?
a ti... mi caminar? 
si por más que yo ando,
 nunca te puedo encontrar. 
Sí, dime, cómo puede alcanzarte,
 en mí pensar, 
si cada vez que te pienso,
 se me nubla tu mirar.
¿Dime cómo puedo en ti... no pensar? 
Si tan solo ansío, mis labios en ti posar. 
¿Dime... que hago con este palpitar? 
Si cuando te beso,
 tus labios me saben a sal.
¿Dime que hago con este sentimiento? 
Si cuando te miro,
 tú no me permites ver. 
¿Dime que hago?
 con este loco y necio corazón? 
si cuando te toco,
 no te puedo sentir.




Dime entonces...
¿Cómo puedo alcanzarte? 
Si en mis sueños que gobierno,
 porque míos son; 
tampoco puedo sentirte en mí...
porque imposible es. 


Dime, si percibo todo,
 y nada sientes por mí... 
¿Por qué yo siento?
 que me muero por ti 
Porque yo te amo,
 y significas mucho para mí, 
y mi corazón sangra lágrimas,
 cuando pienso en ti?
¿Cómo puedo alcanzarte yo,
 si tan pequeño tú me ves? 
Que como un granito de arena, 
se esconde debajo tus pies... 
Y en ellos me agarró,
 intentando en tus uñas,
 Poderme sostener.


¿Por qué mientras te miro sonríes,
 pero al final nada quieres tener? 

¿Por qué dices que me quieres, 
pero cuando lo intento,
 nada quieres hacer? 
¡Porque yo... si te miro, te siento!
 me muero por tu ser y tu querer. 

¿Cómo puedo alcanzarte,
 si eres mujer,
 como una muñeca de papel? 
Desearía contar con el poder,
 de un mágico rayito de luz;  
para tener el poder,
 de volverte a la vida,
 y conmigo ceas feliz.
Tal cual hizo Geppetto con Pinocho;
 lo revistió con vida, amor y hermosura. 
Haciendo de él un niño, dichoso y pleno;
 para juntos mil aventuras correr.
Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Cámara.

viernes, 14 de diciembre de 2012

..Pichoncito de Enricostro ,cuentos.

Érase una vez en una pequeña comunidad, vivía un niño muy singular porque era extremadamente chiquitito, a quien llamaban pichoncito.

¿Un día su mamá le dijo, pichoncito podrías ir a comprarme una carterilla de azafrán?

Pichoncito respondió:¡Claro que sí! Con gusto iré mamá.
Marchó Pichoncito, por el camino hacia el pueblo, y ya en la tienda dijo:

-Señor tendero, por favor... ¡Deme una carterilla de azafrán!

Pero este, como había mucha gente, no le oía,

-Señor tendero, óigame... por favor... ¡Deme una carterilla de azafrán!

Y el tendero, nada que no le respondía, hasta que la tienda estaba vacía.

pichoncito insistió: Señor tendero, por favor... ¡Deme una carterilla  de azafrán!

¡Ahhh! ¡Eres tu pichoncito!

-¡Vaya hombre por fin, llevo toda la tarde esperando!

¡Ahhh! ¡Perdona es que no te había oído! Bueno qué quieres,

¡Una carterilla de azafrán!


Está bien... aquí tienes.

¡Jo por fin!... ¡Ya era hora... pues se ha hecho de noche!
¡Vaya con el tendero!
Ya en el camino empezó a llover, y a llover. Auchh! Exclamó pichoncito... ¡Lo que me faltaba!

Se puso la carterilla encima de la cabeza para no mojarse, pero la carterilla de azafrán se mojó, hasta que se le rompió: Entonces Pichoncito se metió debajo de una col, cuando pasaba por un huerto, pero un buey que pastaba por allí se comió la col con pichoncito dentro.


La madre de pichoncito  muy preocupada, porque el niño no llegaba; ya tarde por la noche, cuando su marido llegó, le contó lo ocurrido.

Esposo mío, estoy consternada, porque he mandado a pichoncito de compras, esta tarde... y esta es la hora en que no ha llegado.

 El marido le dijo: Vamos a buscarlo inmediatamente; nos dividiremos, tú irás por este camino y yo por aquel.
Así lo hicieron... y por todo su recorrido la madre y el padre exclamaba a viva voz:

Pichoncito, donde estás?

Caminaron por un buen rato repitiendo una y otra vez su angustioso llamado... en una de esas cuando la madre gritaba su nombre cerca del buey:

Pichoncito, donde estasss?

El pequeño escuchó ... y en la barriga del buey se vio un movimiento... sin embargo; Pichoncito estaba confortable en  la barriga del buey donde no nevaba y mucho menos llovía.

La mamá, que se percató de lo que sucedía, llamó a su marido; quien apresurado corrió al lugar donde provenían el llamado de su esposa. Al llegar la mujer le dijo:

¿Esposo mío, pichoncito está aquí dentro, en la barriga del buey,,,que haremos para sacarlo?

El padre respondió: En la casa tengo habichuelas y aceite de ricino; las cuales le daremos de comer hasta la saciedad.

Los padres tomaron al buey y se dirigieron a casa, le dieron de comer tal cual lo habían acordado y acto seguido le colocaron un tapón grande en el trasero... y cuando el pobre animal tenía los ojos saltones, se dispusieron a retirárselo... e inmediatamente se tiró un gran pedo, y con él salió pichoncito lleno de estiércol diciendo:

Joder que peste, ¿para qué han hecho esto? ¡Con lo calentito que yo estaba!

Los padres lo levantaron, bañaron y luego lo arroparon; hasta que el pequeño, se quedó dormido.

Colorín, colorado, este cuento ha terminado.
-Fin-
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
ID.IJ.DOID.M.CO.98
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Cámara.

martes, 11 de diciembre de 2012

..Vuelan las gaviotas de Enricostro.


Vuelan las gaviotas...
 vuelan en torno a ti, 
dibujando un corazón,
 para que tú te sientas feliz. 
Vuelan las gaviotas...
 vuelan por tu querer, 
pues tu marinero se acerca,
 con el barco del ayer, 


Él te manda mensajes...
mensajes con mucho amor; 
diciéndote mil te quiero,
 con grandes olas de pasión. 
Ya se acerca tu marinero,
 con regalos para ti... 
para quedarse contigo,
 y no volver a partir.



Y él pronto se casará contigo,
 para que tú seas muy feliz. 
Vuelan, vuelan las gaviotas...
 todas vuelan en torno a ti. 

Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
 Silvia Regina Cossio Cámara.

sábado, 8 de diciembre de 2012

..Cáncer de mama de Enricostro.

 


Ella será mi cruz...
que con amor yo llevaré,
que un cáncer traidor,
 se le ha clavado en la piel.


Ella será mi cruz, 
que con gusto llevaré,
y los clavos de mi dolor,
 que me harán no fallecer.

Ella será mi cruz,
 mi angustia y mayor pesar,
que si por ella me muero,
 y por ella yo quisiera penar.



Que me penetren a mí los clavos,
 y que ella no tenga nada.
Virgen cita del Camino, 
te imploro ¡Apiádate de mi amor!


Que no sea su destino,
 vivir atrapada en tanta desolación.
Virgencita del Camino,
 apiádate de ella y siente mi sentir.
Que siendo ella, madre como tú...
que no merezca sufrir.
Virgencita del Camino,
 no me hagas padecer más este dolor.



Que cuando la miro a los ojos,
 y el llanto en su rostro está;
se me derrumban los cielos...
y hasta imposible me es respirar.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*

Posdata:
Todo esto es una pesadilla, 
y para colmo la mala fortuna,
 nos ha alcanzado,
 en vísperas de Navidad.

¡Lástima de mí, lástima de mi soñar!
pues se rompieron las cadenas,
 de toda ilusión y felicidad!
Enrique Nieto Rubio.
derechos reservados.