domingo, 2 de noviembre de 2014

..Jonathan, en el prado de acampada de Enricostro.

Jonathan es un niño de doce años encantador y extrovertido, a quien le gustan las actividades al aire libre.


Así pues, un día, decidió, conjuntamente con sus amigos, irse de campamento a un campo inmenso, en el cual abundaban las margaritas y muchas especies de coloridas y hermosas flores.


Durante el día se la pasaron jugando a la pelota y escondite.

Ya cansados, a media tarde dispusieron tumbarse en la pradera; para observar a los pajarillos, revolotear, en busca de apostarse cerca de un frondoso árbol, que se encontraba cerca de ellos.

También contaron la suerte, de observar a miles de mariposas migrando de forma masiva; quienes parecían sentirse tan libres y felices como los chicos en ese momento.


Había avecillas de diferentes especies, tales como jilgueros, petirrojos, ruiseñores, periquitos, las cuales entonaban hermosas melodías... era todo maravilloso... aunque por momentos su cantar era ensordecedor.


Entrada la noche encendieron una linda fogata, y se prepararon unos deliciosos pinchos, los cuales degustaron con una exquisita ensalada fría de papa.

Ya entrada la noche, ingresaron a su tienda de campaña, encendieron una lámpara de queroseno y se sentaron alrededor, mientras nuestro buen anfitrión, Jonathan, sacó de su mochila el libro, "Una historia en el espacio"; el cual los dejó en rotundo silencio a los presentes... pues tenía una portada con cuero labrado y un ojo en movimiento, que parecía ser de otro mundo.

Jonathan se sentó sobre una roca, para así llamar la atención de todos... y comenzó a narrar la historia de marcianos que invaden la tierra... todos estaban fascinados. El relato duró por más de dos horas, pero el tiempo se les había ido volando... pues era algo escalofriante pero emocionante a la vez, y esperaban ansiosos de saber cómo terminaría.

De pronto se escuchó un fuerte estruendo, se iluminó el cielo... y al salir, se percataron que venía bajando una gran nave, la cual se posó al lado de su campamento. Acto seguido descendieron unos pequeños hombrecillos, de cabezas y ojos muy grandes e iluminados.

El marciano, que estaba al mando, les preguntó:
-¿Os gustaría dar un paseo en nuestro platillo?

Los niños, un tanto temerosos, pero alucinados por la historia que recién habían terminado de escuchar, al unísono respondieron:
-¡Sí! ¡Sí! ¡Claro que sí!
Bueno, pues entonces... ¡No se diga más! ¡A subir todos a bordo!


La nave se elevó con la rapidez con la cual había descendido. 

Se dirigieron hacia el infinito, empleando una velocidad supersónica; misma que parecía encoger el espacio-tiempo... surcaron cielos y mares, dándole varias vueltas a la tierra.

Los pequeños aventureros, extasiados, observaban absortos desde una gran ventana... pues relativamente en lapsos cortos de tiempo y en repetidas ocasiones... admiraron la tierra de día y de noche.


Se maravillaron con el paisaje, en el cual se contemplaba de forma magistral sus montañas cubiertas de nieve, volcanes y valles colosales, hermosos lagos y ríos... y la inmensidad del océano.

Horas más tarde, los marcianos los devolvieron al campamento, no sin antes preguntarles si, al día siguiente, deseaban ir a conocer su planeta. 



Los niños nuevamente, más que seducidos, expresaron que les encantaría y los esperarían con ansias. 
 No obstante, Jonathan, un tanto atrevido, les preguntó, si era posible no bajarse del platillo y quedarse a dormir en el lugar.
El marciano esbozo una leve sonrisa, y consintió en su deseo, diciendo:
-Bueno, seréis nuestros invitados de honor; por lo que os daremos vuestras cámaras individuales para que podáis descansar con propiedad.

¡Siiiiiii! Exclamaron los pequeños, ingresando cada uno a su espacio... y como se encontraban exhaustos, pronto se quedaron dormidos.

El platillo, en esta ocasión, se dirigió en dirección de una inmensa estrella, que allí estaba su planeta. A la velocidad de la luz... tan distante, qué imposible es divisar desde la tierra.

La nave ha descendido en un planeta, tres veces más grande que la tierra; el cual está blindado por una cúpula de cristal... o al menos eso parece, y está rodeado por varios soles. Es un mundo de fantasía... pues todo es majestuoso y colosal.

Cuando los niños despertaron, corrieron hacia las ventanas y se deslumbraron con tanta belleza. 

No hay construcciones de ladrillo, cables, et, et, todos son de cristal... y solamente son seis rascacielos inmensos... todos ellos conectados entre sí, por enormes pasadizos del mismo material.

En el interior de cada rascacielos, podían observar trenes transparentes con miles de seres, viajando cientos de kilómetros... y recorriendo las grandes ciudades, o sea los otros rascacielos; los cuales se encuentran rodeados por inmensos parques y bosques, donde los marcianos pasean y se divierten.

En este planeta también sus ocupantes, tienen mascotas... solamente que con el cuello muy largo y con la habilidad de conversar.

Los niños están tan felices, jugando y disfrutando de lugar, que poco o nada les ha importado, que llevan días fuera de su hogar... y en lo que menos piensan es en regresar.

En la tierra, los monitores del campamento, al constatar que los niños han desaparecido, han dado aviso a sus padres y a las autoridades. Se ha realizado una investigación y rastreo de gran envergadura, y no se explican cómo es posible no encontrar una sola huella, que les indique la dirección a donde los niños pudiesen haberse dirigido.

Lo único que han encontrado es un gran círculo de maleza quemado. Más como los niños eran muy conocidos en la comunidad, todos los vecinos se han organizado para salir a buscar en el bosque y barrer metro por metro... hasta encontrarlos.

La multitud de personas era tan grande, que desde lejos parecían luciérnagas en el bosque...de pronto un hombre, señalando al cielo, ha comenzado a gritar:
-¡Mirad... mirad! ¡Es un platillo volador!

La nave bajó lentamente, luciendo en todo su esplendor su tamaño, con parpadeantes luces de colores.

Algunos de los presentes han huido, despavoridos, mientras que otros extasiados y casi hipnotizados... solamente se han apartado un tanto, para no ser quemados con la gran estela de fuego que de la nave viene emanando.

Cuando por fin ha posado en la tierra, se ha abierto una puerta, de la cual se ha extendido una escalera, por la cual han descendido los pequeños; quienes agradecidos se han despedido de sus amigos los marcianitos. 

Los extraterrestres, a su vez, les han prometido que para sus próximas vacaciones...de nuevo les visitarán, para llevarlos de vuelta a su planeta.

Los padres de los chicos los han recibido, entre lágrimas de felicidad y regañinas... pero sintiéndose bendecidos de tenerlos nuevamente entre sus brazos... y agradecidos para sus adentros...de la increíble aventura que sus hijos tuvieron la oportunidad de experimentar.


Enrique Nieto Rubio.
Derechos reservados de autor.
Colabora en imagen.
 Silvia Regina Cossio Camara.

lunes, 27 de octubre de 2014

..Días de difuntos de Enricostro.




Cuánto tiempo te esperé,
 que hasta la noche me envolvió, 
llorando un amor se quedó, 
esperando esa pasión.
*
Cuánto tiempo esperé,
 que encendieras mi ilusión, 
pero nunca tú llegaste,
 y mi amor todo murió. 
*
Ya nos veremos allí,
 donde duerme el corazón, 
y las noches son eternas,
 donde ya no hay olas de pasión. 
*
Pero si tú, aún me quieres...
puedes venir;
 en mi cajita tendrás,
 un hermoso rinconcito...
para compartir,
 toda la eternidad. 
*
Eso sí, amada mía,
 por tus huesos yo siempre estaré, 
y retorciendo las costillas...
con las tuyas disfrutaré. 
*
En la noche de difuntos,
 yo te quiero recordar... 
y si murió nuestro amor,
 eso no lo habré de festejar;
*
y para eso yo te pido... 
¡regresa a mi lado ya!
Entraremos los dos juntos,
 al paraíso de la paz... 
*
¡En una noche de muertos!
 donde allí, nunca saldrás

de Enrique Nieto Rubio.
derechos reservados. 
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Camara.

domingo, 19 de octubre de 2014

..Vivir en soledad de Enricostro.


sentada en su silla,
 giraba y giraba,
 en su desesperación,
 con sus ojos llorosos,  
va buscando a su amor.

 Gira y gira sin parar,
 pues sus alas rotas están,
 y solo quiere soñar,
soñar a todas horas.  
*******************
En sus sueños nocturno,
 caminando va con ella,
 juntos de la mano,
 van gritando nuevas eras. 
************
Así viven sus noches,
 con pasiones excitantes,
y sueños de mil amores.
**************  
Cuando llega el amanecer,
 lloran desconsolados,
 más no se puede mover, 
su cuerpo está destrozado.
******************
Con rabia y desesperación,
 un salto da de la cama, 
cayéndose toda al suelo,
más su cuerpo no le aguanta.
***************
Arrastrándose por los suelos,
 grita desesperada
huyendo de ese entierro, 
 que la tiene atrapada. 
****************
Así no quiere vivir,
 y pide a dios que se muera, 
sin saber donde estuviera,
 la rosa de su sentir.
*************** 
 Así decide arrastrarse,
 hasta su cama bendita, 
para poder dormir, y soñar,  
 y unirse con su amado,
 y pasear por la ciudad.  
************
Durmiendo quedó al fin,
 enfriando su dolor,
 de no poder partir,
 a reunirse con su amor. 
*******************
Su amado la está llamando,
 suspirando por su amor,
 en sueños se van juntando, 
una noche, una flor. 
*************
Ella se abraza a él,
 pidiéndole amor del bueno, 
él le sonríe a ella,
 vagando en esos sueños. 
*************
Ella está en su cama,
 más no se puede levantar,
 llorando desconsolada,
 en otra parte de la ciudad.
***************** 
En sus llantos, en su cama,
 ella se quiere morir,
 pues solo en sus sueños, 
el amor vuelve a surgir.
********** 
Son dos amores unidos,
por la muerte que dio su fin, 
a vivir errantemente,
 por no cumplir.
************

Pareja de la noche eran, 
 de bares y cabaret,
 bebiendo toda la noche, 
asta más y no poder.
 
Así pasaban los días, 
 o mejor decir la noche, 
hasta que una amarga noche,
 el siniestro le perseguía, 
y estrellándose su coche,
 así ellos morirían. 
*************
Pero la muerte que es astuta,
 ella lo pensó mejor,
 que sufrieron en vida,
 ese amargo dolor. 
Por haber infringido, 
 esa norma del honor,
 el beber conduciendo,
 y con drogas los dos.
****************** 
Entre hierros retorcidos,
 juntos y abrazados,
 los bomberos los sacaban 
destrozados.
*************
Así quedó este cuento,
 de dos amores destrozados,
 por el alcohol y las drogas,  
conduciendo y borrachos. 
**************
Ellos solo quieren dormir,
dormir de día y de noche, 
para pasear juntos,
 andando y sin reproches. 
*************
El tiempo los ha unido,
con sus sillitas de ruedas,
para vivir más tranquilos,
y con amor en esta tierra. 
*
ENRIQUE NIETO RUBIO, 
DERECHOS RESERVADOS. 

martes, 14 de octubre de 2014

..El llanto de Dios...en un mundo de guerra.

Se cuenta que una vez, cuando se llevaba a cabo una de tantas guerras sanguinarias, y las bombas llovían a mares en todas las ciudades; el llanto de Dios fue tan grande... que inundó los cielos, y se desbordó por toda la faz de la tierra.

Los explosivos derribaban todo a su paso, matando miles de hombres, mujeres y niños. 


No existía lugar alguno donde resguardarse, pues edificios y montañas fueron derribados... era el horror más grande, nunca antes vivido por ser alguno. Ante tal destrucción y desolación... Dios se encontraba devastado ante la pérdida de su amada creación.

Algunos decían que sus lágrimas, eran enviadas como bálsamo para refrescar el infierno que en la tierra se vivía... y otros exclamaban que era el castigo por la falta de amor que se existía en la humanidad.

Su llanto, la tierra entera oscureció y todo lo que en ella sobrevivió se tornó en color gris; el verdor de árboles, flores y plantas se desvaneció. Todos cayeron en una depresión tremenda, pues la belleza del mundo se nubló; al cubrirse todo de matices grisáceos.

Las personas lejos de reflexionar y modificar su forma de proceder... fueron aún más infelices y crueles; pues constantemente los vecinos se golpeaban, los padres eran violentos entre ellos mismos, los hermanos se masacraban, los pueblos se odiaban... Nadie concebía amor en su corazón por los demás.

Las mujeres que estaban embarazadas y que no podían dar marcha atrás en el nacimiento de sus hijos, los daban a luz... más no eran bienvenidos con ilusión y alegría.

Después ninguna otra volvió a quedar encinta; pues el sexo no tenía sentido... nadie vivía en armonía o era feliz.

El ambiente en las calles era digno de una película de terror, pues la sangre parecía emanar en las calles sin que nada pudiesen hacer al respecto... dando lugar así, al término de las guerras.

Sin embargo, la degradación del ser humano seguía imperando; pues para ese entonces, a pesar de no contar con lo básico para subsistir...ni tan siquiera alimentos, parecía que todo les daba lo mismo; pues no hacían esfuerzo alguno para unirse y enmendar sus errores.

Transcurrieron los años, todos se encontraban endurecidos de corazón, al punto que cuando perdían un ser querido... nadie se lamentaba o lloraba.
Algunos dejaban abandonados a sus hijos en los hospitales y parques... sin que a nadie le importara; muriendo los infelices en condiciones espantosas, ya fuese por enfermedad, de hambre o de frío.

Las enfermedades y afecciones estaban a la orden del día, por lo que eran muchos quienes perdían la vida... y el desdén y poco aprecio por la vida, llego el límite...

Por todo rincón de la tierra, se encontraban cadáveres por doquier..., ya que nadie los enterraba; y a sus gobernantes, por igual, nada hacían por buscar una solución; que les permitiera salir de su inmundicia y degradación.
Todos habitantes del planeta, parecía que morirían... estaban al borde de la extinción. Y a nadie le importaba.

Un bendito día, comenzó a caer una suave y deliciosa llovizna... y cuando escampó, todos se maravillaron, al ver un hermoso arco iris, el cual se podía observar en toda la tierra, de entre todo el paisaje gris que imperaba... Este se lucía radiante con sus vibrantes colores.

Excepcionalmente, las personas que contemplaban el fenómeno de la naturaleza, comenzaron a reflejar en sus rostros endurecidos, sonrisas que les iluminaban... más con el transcurso de unos cinco minutos, el espectro desapareció, volviendo a dejar a todos envueltos en una densa bruma color gris.

Una tarde fría y en la cima de una montaña, se encontraba desnudo y moribundo, un niño abandonado... llamado Antonio.
Su estado era en extremo delicado, pues estaba desnutrido y casi ciego, a causa de una grave infección; quien había llegado a ese lugar para dejarse morir.
El pequeño apenas respiraba, cuando una tenue llovizna comenzó a caer... y el arco iris volvió a aparecer.

No obstante, con el paso de los minutos, una torrencial lluvia se presentó. El estado físico de Antonio era tan precario... que al caer las gotas de agua sobre su piel... estas lo lastimaban, provocando pequeñas heridas, tal cual si de cuchillas se tratara.

Muchas personas que se encontraban en la intemperie, comenzaron a morir... pues el agua del diluvio, estaba bajo cero grados... y cuando la lluvia cesó, una vez más el arco iris apareció.

Antonio sonrió y en su último aliento, cogió una china, la puso en su paleta y la lanzó con toda la fuerza que le restaba... tornándolo de color naranja, el cual al explosionar provocó un gran estruendo... el cual resquebrajó el arco iris; dando lugar así, a una lluvia de colores, que toda la tierra abarcó.

Las personas, como por arte de magia, comenzaron a saludarse, abrazarse y a besarse de la emoción.

En todo el mundo, se podían observar chis pitas de colores, haciendo que todos sus habitantes alucinaran, tal cual si se encontraran en un mundo de fantasía... pues todo el globo terráqueo se iluminó.
Acto seguido, una fuerte adrenalina les invadió, y se dispusieron a recoger cadáveres en putrefacción, para brindarles santa sepultura.

Mientras tanto, las mujeres y los niños ayudaban limpiando todo a su alrededor... pues el mundo sin color y sin vida había llegado a su fin. El mundo había recuperado su belleza y el color... y bajo los rayos del sol radiante, entibiaban sus cuerpos lacerados.

No obstante, el pobre Antonio no fue parte de la celebración, pues desnudo quedó, tendido sobre la cima del monte; más su cuerpo en estatua, de brillantes gamas de colores, se convirtió. Su rostro quedó observando al cielo, con una sonrisa dibujada en su rostro... y el tirachinas, en su mano derecha.
Cuando lo encontraron, lo llevaron hacia la ciudad; y lo colocaron en el centro de la ciudad, en la plaza mayor... pues para ese momento, se le consideraba el salvador del mundo.

Después algo extraño sucedió, pues la estatua de Antonio apareció en todos los pueblos y ciudades del mundo... la cual sirvió como recordatorio, del amor y respeto que debían de profesarse unos a otros... y por supuesto, jamás una guerra se volvió a concebir.


Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Camara.