a los encargados de asuntos sociales,
realizó un fuerte llamado.
Pongan remedio a esto,
que es el amor de todos... los ancianos;
quienes en su momento se esforzaron,
para vivir su vejez en paz.
Lamentablemente,
cuando un abuelo estorba,
los hijos o nietos,
los ingresan en asilos,
y así se los quitan de encima;
Y se apropian de su residencia,
la cual en su momento construyeron...
con arduo trabajo y sacrificio...
el que fuera el reino de toda su vida.
En otros casos,
desafortunadamente,
los hijos se percatan de que,
sus pagas son estupendas,
las cuales deben de ser,
para sus gastos.
Siendo así muchos,
"toleran", la molestia,
que significa vivir con ellos;
con el único interés que les producen,
las pagas... nada más.
Muchos viven abandonados,
en un oscuro, sucio y húmedo desván,
con alimentación precaria,
y sin ninguna clase,
de higiene personal.
En sus cuerpos, muchas veces...
grandes llagas brotan de su piel;
y lo único que obtienen,
son insultos y malos tratos,
por no poderse mover.
Como respuesta solo lágrimas brotan...
de estas criaturas de Dios;
que desde el infortunado momento,
en que perdieron sus capacidades;
pasan a perder la razón;
ante la degradación y malos tratos,
del día a día.
Siiiiiii... apenas les soportan,
y lo hacen solo por el dinero...
dinero ruin.
Si señores, leyes para esto,
debieran existir;
y asuntos sociales intervenir.
Todo el que se presente a cobrar,
como representante,
de estos ancianos;
debería legalmente,
responder por las pagas,
y la comodidad de los mismos...
y asuntos sociales,
encargarse de visitarles,
para corroborar su bienestar.
Es conocido, que en ocasiones,
muchos de ellos,
han descansado en paz...
y sus familiares,
falsifican sus firmas,
para así continuar
cobrando las pagas.
Todos deberíamos de
reflexionar al respecto,
y terminar por despertar...
Pues son demasiadas,
las injusticias y con nuestro silencio,
somos cómplices.
Dice el refrán:"Así como te ves... yo me vi...
y así como me ves, te verás".
Siendo así, actuemos...
para no llorar lágrimas de sangre,
en nuestra vejez.
Enrique Nieto Rubio.
Silvia Regina Cossio Cámara.