caracola, de Enrique. Poema.
Una caracola presumida,
el sol quería tomar,
en la playa en este día,
de gran calor al pasar.
Su casita dejó aparcada,
y en pelota se quiso bañar,
y mientras chapoteaba en el agua,
un pillín su casa le fue a robar.
un cangrejo ermitaño,
que sin casa se quedó,
se metió en casa de la caracola,
y corriendo se la llevó.
Hay cangrejito cobarde,
no te la vayas a llevar,
que hay tengo mis ropas,
y sin ellas no soy nada.
El cangrejo mientras corría,
de reojo la miró,
metiéndose en el agua fría,
y allí de pronto desapareció.
hay dios mío que voy a hacer,
no me ha dejado nada,
y nada me podré poner.
Una almeja que llorando,
en la orilla del mar salió,
agarrando a otra almeja,
que un pez se la comió.
La caracola le dijo;
¡porque lloras almejita!
¡Es que a mi amada!
¡se la han comido!
¡y solo me dejo, la con chita!
¡hay si me la pudieras dar!
¡pues mi casa me la robó!
¡un malvado molusco!
que sin piedad se la llevo!
¡No te preocupes caracola!
¡tómala y vive feliz!
¡que esta casita es muy bella!
de un amor sin fin!
La caracola se metió,
dentro de aquella almeja,
y alguien la pesco y terminó en la cazuela.
Qué rica dijo quién se la comió.
Enrique Nieto Rubio.
derechos de autor.