domingo, 30 de marzo de 2025

..El Último Ángel de Enricostro y Copilot.

  El Último Ángel


En los confines de un mundo invisible para los mortales, existía un ángel llamado Cael. Él era el último de su linaje, un guardián que había presenciado siglos de amor, esperanza y tragedia. Su propósito era mantener el equilibrio en los corazones de los humanos, asegurando que nunca se extinguiera la llama del amor verdadero.

Pero un día, en medio de su tarea, Cael se encontró con una joven llamada Alia. Sus ojos brillaban con una tristeza inexplicable, y su corazón estaba lleno de cicatrices que el ángel podía sentir como si fueran suyas. Alia no creía en el amor. Para ella, era una ilusión, un sueño que había desvanecido tras años de desengaños.

Cael, intrigado y profundamente conmovido por su dolor, decidió acercarse a ella. Aunque sabía que estaba rompiendo las reglas del cielo, la necesidad de aliviar su sufrimiento lo superó. Se presentó ante Alia, no como un ángel, sino como un hombre común, uno que compartía su soledad y su vacío.

A medida que los días se convirtieron en semanas, Cael y Alia comenzaron a descubrir juntos los pequeños matices de la vida. La risa que brotaba inesperada, la calidez de una caricia, y el consuelo de compartir silencios. Alia comenzó a sanar, y Cael, por primera vez, sintió el peso y la dulzura del amor humano.

Sin embargo, las estrellas miraban con preocupación. Los ángeles no podían amar como los humanos. Para hacerlo, Cael tendría que renunciar a su eternidad, a su divinidad, y convertirse en uno de ellos. Era un sacrificio inmenso, pero el amor que sentía por Alia era más grande que cualquier inmortalidad.

Con una última mirada al cielo, Cael decidió caer. Sus alas se desvanecieron en un destello de luz, y el ángel dejó de serlo. Ahora era simplemente Cael, un hombre dispuesto a vivir cada día con Alia, a experimentar cada latido, y a amar hasta el final de sus días.

Y aunque el cielo lloró la pérdida de su último guardián, las estrellas también brillaron con un nuevo fulgor, celebrando el amor que había encontrado su hogar en los corazones humanos. ✨📖

SEGUNDA PARTE.

Así, Alia comprendió que él, en este conflicto entre el cielo y la tierra para la protección de todos los humanos, rezó ante el altísimo del cielo que si en verdad necesitaba a Cael sacrificaría ese inmenso amor que él le dio.

Ya el altísimo, viendo tan inmenso amor que se tenían, protegió a su ángel para que siguiera creando amor en el mundo.

Un día Alia se abrazó tan fuerte a Cael, de tanta felicidad que pozo una lágrima en su rostro él al ver esa gotita de ese líquido salido de sus ojos, y en la puntíta de su dedo, la gota del amor y la esperanza para el mundo entero, el ángel sonrió mirando al cielo, mientras ella le susurraba estoy en estado.

Él la abrazó muy fuerte, pidiendo gracias al altísimo, por tanta dicha creada, más sus vidas serían tan divinas que el altísimo les doto, para que jamás pasaran fatigas y vivieran como ellos desearan.

Pasado el tiempo tuvieron cinco hijos más y bendecidos por todos los ángeles del cielo.

El Último Ángel - La Eternidad del Amor. TERCERA PARTE.

Los años pasaron en la tierra, pero para Cael y Alia el tiempo parecía detenerse. Su hogar se había convertido en un santuario, un lugar donde el amor y la esperanza florecían. Sus cinco hijos, cada uno con dones únicos, crecían bajo la protección del Altísimo y la guía de sus padres.

Cada hijo parecía tener una conexión especial con los cielos: la mayor, Lyra, podía comunicarse con los animales, su empatía creaba armonía en todo lo que tocaba. El segundo, Aiden, tenía el don de la música; sus melodías eran capaces de sanar corazones rotos. La tercera, Seraphina, iluminaba con su presencia, capaz de dispersar las sombras más profundas. Los gemelos menores, Eryon y Calia, eran inseparables; juntos eran el equilibrio perfecto entre fuerza y sabiduría.


Un día, una sombra apareció en el horizonte. Era una antigua entidad, un vestigio de los tiempos en que los ángeles caídos no tenían redención. Envidiosa de la felicidad de Cael y Alia, la entidad quería destruir todo lo que habían creado. Se hacía llamar Nox, la oscuridad personificada.

Nox comenzó a sembrar caos en el mundo, alimentándose del miedo y la desesperanza. Pero el Altísimo vio lo que sucedía y confió en que la familia de Cael sería la clave para enfrentar esta amenaza.

Cael y Alia reunieron a sus hijos y les dijeron: "El amor es nuestro mayor poder. No enfrentaremos a Nox con armas ni violencia, sino con la luz que hemos cultivado en nuestro hogar y nuestros corazones."

La familia comenzó un viaje para restaurar el equilibrio del mundo. Cada hijo usó sus dones para tocar las vidas de los humanos afectados por la oscuridad de Nox: Lyra reunía familias separadas, Aiden llenaba las calles con música sanadora, Seraphina iluminaba ciudades enteras, y los gemelos protegían y guiaban a quienes estaban perdidos.

Mientras tanto, Cael y Alia se enfrentaron directamente a Nox. El antiguo vestigio intentó tentarlos con falsedades, pero su amor era inquebrantable. En el momento más oscuro, Alia tomó la mano de Cael y dejó caer otra lágrima, una nueva gota llena de esperanza. Esta vez, no solo era para ellos, sino para toda la humanidad.

Esa lágrima se convirtió en un destello que iluminó el cielo entero. Nox, incapaz de soportar la luz del amor puro, se desvaneció en un suspiro, dejando atrás un mundo lleno de promesas y nuevas oportunidades.

Cael, Alia y sus hijos fueron reconocidos por todos los ángeles y humanos como los guardianes del amor eterno. Su historia no solo se convirtió en leyenda, sino en inspiración para generaciones futuras.


 🌟✨

El Último Ángel - Las Tinieblas de Pensilvania CUARTA PARTE.

Los hijos de Cael y Alia se habían casado y extendido su legado de amor por el mundo. Las historias sobre su familia eran contadas por los ancianos, inspirando a generaciones. Sin embargo, lo que nadie sabía era que Nox, la oscuridad que una vez fue derrotada, nunca desapareció por completo. Se había refugiado en Pensilvania, un territorio conocido por sus leyendas de seres malévolos y tinieblas ancestrales.

Entre los bosques densos y las colinas donde la niebla nunca se disipaba, Nox comenzó a reconstruir su fuerza. Aprovechó las supersticiones y el miedo de los habitantes, manipulando sus corazones y sembrando divisiones entre ellos. Pensilvania se convirtió en su bastión oscuro, un lugar donde las estrellas parecían apagadas y el aire estaba cargado de desesperanza.

Lyra, la hija mayor, fue la primera en notar que algo estaba mal. Los animales en los alrededores comenzaron a actuar de forma extraña, como si estuvieran aterrados. Alertada por esta señal, Lyra reunió a sus hermanos y sus padres. "El amor que hemos construido está en peligro," dijo. "Las tinieblas están regresando, y debemos enfrentarlas."

LA FAMILIA QUINTA PARTE.

La familia viajó a Pensilvania, un lugar que parecía devorado por el tiempo. Las leyendas de los aldeanos sobre "la sombra que nunca muere" les llevaron al corazón de la oscuridad. Allí, en un castillo abandonado rodeado por árboles retorcidos, Nox esperaba. Su fuerza había crecido y su odio hacia Cael y Alia era más feroz que nunca.

Pero esta vez, la familia no estaba sola. Los humanos que habían recibido su amor y esperanza a lo largo de los años también se unieron. Con canciones de Aiden que resonaban en los corazones, las luces de Seraphina iluminando los caminos, y las fuerzas combinadas de Eryon y Calia, comenzaron a disipar las tinieblas.

En el enfrentamiento final, Nox intentó usar las mismas estrategias de engaño que antes, pero no contaba con la unión de tantos corazones llenos de amor. Alia, una vez más, dejó caer una lágrima, y esta vez fue recogida por Lyra. Con su don, Lyra transformó esa lágrima en una luz poderosa que atravesó la oscuridad y envolvió a Nox.

La entidad se desvaneció finalmente, llevándose consigo las leyendas malignas de Pensilvania. Los aldeanos, por primera vez en siglos, vieron el amanecer despejar las tinieblas.

Cael, Alia y su familia, junto con aquellos que lucharon a su lado, regresaron al mundo con la certeza de que el amor no solo es una protección, sino una fuerza que puede vencer incluso a las sombras más profundas.


🌟✨

En Andalucía, SECTA PARTE.

No octante ante la lucha incansable de toda la familia en un rincón de Andalucía, España,

Nació otra nieta de uno de los gemelos que los dos vivían aquí y aunque aquí el amor por todos era tremendo los gemelos temían lo peor, pues, En Pensilvania la Maldà entre todos sus ciudadanos era aterradora todos hasta en las aldeas más remotas, todos los animales fueron tocados por sus maldades los lobos atacaban los animales de las granjas y las vacas mordían a sus dueños que después morían por sus desgarros, e infecciones.

Este nieto nacido del amor andaluz, fue una niña muy linda que la llamaron Rafaela por el ángel de Córdoba y custodio de todos los cordobeses, san Rafael, Rafi, lloraba tanto, Tanto lloraba, que llego a crear una bruma en aquel hospital, que ni los doctores se explicaban, pues ella estaba sanísima,

todas esas lágrimas fuero vaporizándose y por las ventanas parecía como si todos estuvieran fumando que hasta los bomberos acudieron.

En quince minutos todo se evaporó y se convirtieron en unas nubes inmensas que todo el cielo se oscureció. La gente se asustó y ese día nadie salió de casa provocando alerta roja por los servicios de protección civil.

Esas nubes giraban como si de un tornado fuera.
 De España se propagó por toda Europa, hasta que una mala chispa en el cielo, desato el holocausto parecía el fin del mundo,

en pocas horas el diluvio universal llovió durante 4 horas en la cual todo eran lágrimas de amor, que consiguió sanar toda la Maldà de Nox explosionando con rayos de mil colores que se esparcieron por todo el mundo.

Y así el amor consiguió su poderío sobre este mundo

Enrique Nieto Rubio,
Y,Copilot.

domingo, 16 de marzo de 2025

..Guillermo era un niño muy malo de Enricostro.

 Guillermo era un niño muy malo; todos los días cuando iba al colegio.

Se peleaba con todos sus amigos. Un día cuando iba para su casa

Se encontró a un burro que estaba amarrado a un árbol. Este burro era de un cabrero que fue a comprar un bocadillo de jamón y cuando salió de la tienda, el burro se le había escapado.

Y un niño que lo vio le dijo:

Señor, yo he visto a Guillermo tirarle piedras al burro y por eso al salir corriendo.

El señor cabrero dijo: "Ese Guillermo es un chico muy malo y un huevón y cuando lo pille lo machacaré".

Entonces Guillermo, al cruzar la esquina, se encontró un perrito salchicha que paseaba con su dueña.

Y con un tirachinas le dio al perrito.

Su dueña se enfadó mucho porque el perrito lloraba.

Y la señora le dijo: "Eres muy malo, niño, te va a castigar el señor".

Guillermo se reía y se burlaba de la señora. Mientras se alejaba mirándola, pero de pronto tropezó con un guardia y este se lo llevó a la comisaría.

Allí Guillermo lloraba mucho y llamaron a sus papás y le echaron una multa muy grande.

Los papás lo castigaron muy severamente; después del colegio se quedaba en su cuarto todo el día, sin consola ni televisión.

Así estuvo un mes entero; ya Guillermo le dijo a sus padres que no sería más malo.

Pero un domingo que iba andando con su mamá de la mano, una niña con su madre que se cruzaban le tiró el helado a esa niña y otro castigó. Él jugaba que fue sin querer, pero era mentira; lo vieron todos los que estaban sentados en la terraza de la cafetería. El niño era una máquina de fastidiar a todos.

Les hacía daño a los palomos del parque, a los patos, incluso a las tortugas.

Un día lo vigilaron tanto que, como no pudo hacer ese día ni una trastada, le metió a la pared una cornada y se hizo un chichón tremendo.

Cayendo al suelo redondo.

En ese aturdimiento vio un hada y esta le decía: En cada trastada que hagas, te crecerán las orejas.

Al día siguiente se acordó de aquellas palabras y se dijo: ¿Será verdad lo que me dijo el hada?

Pero eran tantas las ganas de hacer el mal que tenía que arriesgarse.

Se acercó al colegio y había un inmenso panal de avispas en la canal del techo del colegio que quiso que a todos los niños de la clase que había por debajo les picaran a todos.

Cogió una buena piedra de la esquina del bordillo que estaba suelta y se tomó su tiempo para lanzarla. Esperó hasta que la ventana estuviera abierta y faaaa la lanzó con la mala suerte de que tiró el panal entero. Cayendo junto a sus pies, todas las avispas se cebaron con sus pobres orejas y os digo que Dumbo se quedó corto con aquellas orejas.

Todos se rieron de aquellas orejas que chillaban intensamente con un dolor tremendo.

Aunque solo fue el momento, pues después todos se arrepintieron al instante al ver el dolor que estaba sufriendo.

Al hospital lo llevaron y lo hicieron virar en internet: el niño elefante le pusieron.

Estuvo una semana con una cabeza completamente hinchada; os juro que lo pasó tan mal que jamás olvido a aquel ángel que le avisó de sus fechorías, y desde entonces jamás hizo algún daño a nadie. Es más, ayudaba a todo el que lo necesitaba. El último día de escuela, encontró a un pajarillo malherido en el suelo, se lo llevó a su casa y, entre sus padres y él, lo curaron durante 15 días y este hermoso pájaro, al lanzarlo al vuelo, mientras subía para arriba, se convertía en una preciosa hada.

Enrique Nieto Rubio.

Derechos de autor.

viernes, 14 de marzo de 2025

..Mi voz es el cariño de Enricostro.

  Mi voz es el cariño que nace en tu alma,

No tengo palabras en esos sentimientos,

en esas plateadas de mis tímidos alientos.

Penetra, pasiones, ahuyenta, zarandea, cuerpos,

Hiriente del tiempo, soy luna, soy hielo,

y a veces soy  cielo.

Te ayudo al recato y guardo recuerdos,

y algunos desvelos,

Soy el tiempo que te anhela,

viviendo en tus recuerdos,

soy la sombra de tu sonrisa

soy el viento de tus besos.

Enrique Nieto  Rubio.

Derechos de autor.


domingo, 26 de enero de 2025

Magdalena, el retraso de Enricostro.

 Magdalena, el retraso de Enricostro.

Ella era un primor de niña, tenía unos hoyitos en sus mofletes preciosos y cuando se reía era aún más preciosa.
Un día quedamos en la puerta de la iglesia para ir de paseo y ese día lo pasamos maravillosamente. Cuando andábamos juntos, de vez en cuando nos rozábamos y saltaban chispas entre los dos.
Yo pensaba: como tenía una chaqueta corta de pelo negro brillante, sería este el motivo.

Lo cierto es que era ese amor que ella me tenía.
Era un cielo de niña.
Bueno, os cuento: yo trabajaba en un almacén de juguetes y menaje al por mayor.
Y por las Navidades mis jefes contrataban a chicas para reforzar los trabajos.
Y Magdalena fue una de ellas, muy bonita que era.
Así, ella trabajó arduamente con todos los empleados, por solo tres meses; ya en enero sería despedida, pues fue sin esas condiciones.
Esos tres meses fueron muy intensos, pues, como yo llevaba muchos años en la empresa, ya era veterano en la materia.
Un día pasó algo sorprendente; yo era aún un chaval de dieciocho años y la pusieron los jefes conmigo, pues vino un gran camión de pelotas. Eran unas pelotas de plástico que pesaban muy poco y venían en bolsas de seis pelotas.
Mis jefes tenían un almacén en la calle Pedro Rey; era un almacén muy grande, reformado de una serie de viviendas muy antiguas de su madre ya mayor, doña Carmen, hija de Manuel Pérez.
Y estábamos los dos solos, conseguimos descargar aquel inmenso tráiler y fueron cientos de bolsas de pelotas de muchos colores; ella me sonreía, lo que no se esperaba, el trabajo que tenía aquello.
Bueno, para abreviar, teníamos que subir a una primera planta todas aquellas bolsas, pues había unas grandes habitaciones. Allí, si lo hacíamos subiendo escaleras individualmente, nos moriríamos allí, así que propusimos echándonos las bolsas desde abajo y las cogíamos desde arriba.
¿Qué pasó? Que ella quería echármelas a mí y yo las iba colocando arriba, que tenía más experiencia.
Pero ella, a las cinco bolsas, ya no podía más, así que decidimos que yo abajo y ella arriba y, cuando llenáramos el pasillo, yo subiría a colocarlas; si no, no cogerían todas.
Y así pasó, yo le echaba las bolsas, pero había que correr, pues los jefes nos metían bulla. Es que eran muchísimas; yo estaba acostumbrado, pues desde los 14 años que entré ya eran años, ¿no?
Ella ya estaba agotada y ya las iba sujetando con las piernas, que cada vez que yo le echaba una bolsa, ella levantaba la pierna para poderla sujetar mientras, sin darse cuenta, me enseñaba las braguitas sin querer. Es que no había ningún modo de subirlas de una en una.
Bueno, yo era muy joven y mi intención era noble, como tenía que ser con una compañera, aunque un poco pillín en eso de mirarla. Ella quería evitarlo, pero esos uniformes eran más bien cortitos. Bueno, fue una mañana intensa que a la vez disfrutamos mucho, aunque ella, cansada, me decía una y otra vez que no mirara, pero yo lo hacía, jajajá.
Cierto es que yo haría el doble de trabajo que ella, pero eso a mí no me importaba en absoluto, pues era un chico fuerte.
Cuando coloque todas esas pelotas hasta el techo, llenamos toda la aviación y el pasillo de arriba también.
Ya cansados toda la mañana, aunque yo la disfrute mucho.
Ya cuando le cumplió el contrato, quedamos para salir. Y lo hicimos, fue un domingo maravilloso; era muy delgada, bueno, yo también era muy canijo, ja, ja, ja.
Me enamoré de ella, pero yo era un chico indeciso y mi primera cita,
A la semana siguiente quedamos en el mismo sitio, pero ella no vino. Íbamos a ir al cine; eso era sobre las cinco de la tarde. El día era algo tristón porque estaba nublado. A las seis de la tarde apareció una niña de unos doce años y esta me dijo: "Eres Enrique".
Si le conteste, mi hermana no va a venir; mi madre no la deja...
bueno, me quedé muy triste y me di media vuelta y me vine a mi casa.
Yo pensé que ella no me querría, así que no fui más.
Yo decidí buscarme el camino con mis amigos; éramos seis chavales dispuestos a ligar. Así que decidí olvidarla y así lo hice.
A la semana ya teníamos unos ligues en el barrio del Naranjo; esta es otra historia que ya os contaré.
Magdalena a los pocos meses pasó por la puerta de mi casa, pero yo ya salía con el grupo, así que se quedó así. Años después me enteré de que ella me quería, pero era su madre que aquel domingo la necesitó para arreglar toda su casa.
Pero así era yo, muy espontáneo, que no esperé explicaciones ni las busqué...
Fin, esto fue real en mi vida.

Enrique Nieto Rubio,

Derechos de autor.
Cierto es que fue una faceta en mi vida en la que mi vida podría haber sido otra historia...