lunes, 4 de agosto de 2025

..Érase una vez EL abuelo y la niña del vestido rojo de Enricostro.(cuentos)

 


Érase una vez EL abuelo y la niña del vestido rojo con sus flores blancas.

Un día se fueron de perol, y el abuelo fingía cansarse para así contarle a su nieta sus vivencias por la vida, ya que él fue un pescador de alta mar.
Se tumbaron sobre un árbol, el día era fantástico y él le contaba, cuando vieron como un dragón en el mar, cerca de la isla abolan allí, ellos iban muchas veces, pues había una cantina, de un viejo pirata.
Este contaba sus hazañas a ellos, pues el pirata mientras tomaban cerveza los entretenían contándoles de una isla fantasma, donde un día desembarcaron allí por un barco holandés que fue a la deriva por una gran tormenta, con asesinos de lo más peligrosos.
Allí murieron de viejos, protegiendo un gran tesoro, que los piratas, escondieron y jamás pudieron regresar, pues esa isla suele desaparecer con la niebla.
La niña alucinaba con su abuelo, que era fantástico,
Eso lo solía hacer muchas veces, otras veces le contaba alguna que otra historia, cuando un día en alta mar estaba la mar muy revuelta y al coger las aneas un golpe de agua lo sacó por el otro lado del barco.
Ya era casi de noche y no se veía a penas.
Pues cayó en lo alto de una inmensa ballena, esta lo miro y quiso darles un buen susto, él se agarró a un arpón que llevaba clavado la ballena, salió a gran velocidad hasta llegar cerca de una isla, esta pobre ballena les caían unas lágrimas, pues les dolía mucho.
El abuelo de un tirón le sacó aquel arpón, pues él, savia un truco para hacerlo sin dañar mucho a la ballena ... Está en su agradecimiento, lo llevó despacio hasta el barco y así no se caería.
Para contentarla, pues después ella, cuando volvía a casa, con mucha alegría y con grandes ojos, se lo contaba a sus papás.
Otras veces se la llevaba a pescar, a la orilla de un río manso, y aunque no pescaban mucho, se lo pasaba maravillosamente, su abuelo era lo más grande para ella.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos reservados.

.Para morirse de Enricostro-día de difuntos.

Resultado de imagen de esqueletos con rosas en gotico



Ay esposa mía,
que en los huesos me he quedado,
toma esta rosa mi amor,
para que vivas a mi lado.
*
Tanto tiempo trabajando,
y viviendo para ti,
ahora no quieres esta rosa,
pues no te quieres morir.
*
Mira si fuiste fina,
que tu café yo me tomé,
tú te fuiste, a la otra esquina,
y contra la pared yo me estrellé.
*
Toma esta rosa mía,
no me hagas padecer,
que los huesos se me enfrían,
si no tengo tu querer.
*
Anda, y vente tú conmigo,
que muy solito aquí estoy,
y duermo tan poquito,
que no noto, lo calentito,
de ese cuerpo, de esposa,
que sentía a tu ladito.

*
Anda y quédate la rosa,
que por mis huesos tú estas,
y yo te daré otra cosa,
que te gustara de verdad.

*
Anda y no seas tonta,
y vente tú conmigo,
que jugaremos a cosas,
a cosas aquí escondidos.
*

Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
J.YD.D0YC.R.00.98.

viernes, 1 de agosto de 2025

..El granjero de Enricostro.(Cuento)

 Imágenes de Animales Granja - Descarga gratuita en Freepik

En un gran valle, donde había cinco granjas dispersas, los granjeros vivían en armonía unos y otros, pero había uno pegado a un arroyo precioso, era quien más tenía posibilidad de prosperar, pero era muy pobre y algo mayor,
tenía gallinas, cerdos y una vaca, además de unos preciosos conejos, muy juguetones a y esos pavos con ese gran moco colgando en la cual su esposa sacaba la leche para el desayuno de la vaca.
Pero como eran tan pobres, apenas si tenían para pienso, pues los cerditos comían demasiado... y estaban tremendos, casi como caballos de grandes.

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Un día, la vaca que era listísima se dio cuenta del problema y decidió por las mañanas escaparse después de ser ordeñada, ella se alejaba disimulando lentamente, y se pegaba entre las vacas de su vecino, como eran casi iguales, el dueño no se daba ni cuenta.
Se pegaba al pienso, y se ponía a comer y mucho
las otras vacas la miraban y les decían tuuuu no te comas nuestra comidaaaaaa,
pero ella les daba un buen coletazo y las apartaba.
Bueno, esto era a diario, pero para no alertar a los dueños se iba de granja en granja y a todas les hacía lo mismo.
Lo que ella tan lista como era no savia nada de los toros, pues pensaba que todas eran vacas.

Un rebaño de vacas pasta en la hierba de las colinas en el centro de California, alrededor de la década de 1970. (Foto de Tom Kelley/Getty Images)
uno de ellos, en la última granja, se fue pegando a ella, despacito y disimulando y cuando la tenía a un palmo de nariz, se subió de un salto y le coló su aparato, reproductor hasta las trancas, ella cuando quiso darse cuenta, ya era tarde y salió corriendo.
uff dijo ella, qué susto me dio esa vaca, me ha colado el traste hasta el fondo, menos mal que he salido corriendo que si no ...ufff.
Lo cierto es que este granjero tendría un ternero a los 6 meses.
Ya no era tan lista. Bueno
ya creció la familia, así que esta vaca iría a todos sitios, menos a la última jajajaja
a pesar de todo, el granjero se alegró mucho, aunque no se explicaba el cómo paso eso jajajaj.
Así, que como la vaca seguía haciéndolo su ternero, la acompañaba aprendiendo el oficio de mangar comida,
ella ya Le sopló a los conejos y a las gallinas el modo operante, para comer todo lo que quieran y así lo hacían.
Este granjero, resulto ser un listillo, pues llego a sacar una fortuna con los cerdos, que eran los más grandes de todo el condado, y los demás animales, que todos engordaron sin tener que gastar un céntimo, en trigo o cebada...
Así duro mucho tiempo, pero los demás granjeros se dieron cuenta, pues gastaban mucho y sus animales estaban esmallados, terminaron valladas sus granjas y haciendo corrales todos.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.

jueves, 31 de julio de 2025

..Dedicado a una dulce bailarina de Enricostro.

 Resultado de imagen de postales de bailarinas

tú mi dulce bailarina, 
 que inundas mi pasión, 
vueltas y vueltas das,
 entornó a mi corazón. 
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Que no pares de bailar,
 junto a mi querer, 
que tus manos, me acaricien,
 cuando gires a la vez. 
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Tu mi dulce bailarina,
 que iluminas mi sentir, 
Alzándote de tobillos, 
 y bailando junto a mí.
**************
Una danza muy romántica,
  una danza de ilusión, 
rozándome con tus cabellos,
enciendes mi corazón.
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Baila, baila, bailarina,
 ya no pares de bailar, 
que yo estaré contigo,
para toda la eternidad. 
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Pues yo seré tu melodía, 
 para que puedas Bailar, 
y llevarte hasta la cumbre,
 de los cielos, llena de felicidad. 
Enrique Nieto Rubio. 
Derechos de autor.