Hola, no creas que te olvido, imposible es... pues en cada poema que repaso estas tú.
Cada palabra es tu sentir, tu vivir, tu sufrir, tus pensamientos, tus tristezas... todo lo compartido.
No es fácil, sabes... quizás algún día lo consiga, pero hoy por hoy, te tengo en mí sí; y no te soltaré, aunque nunca serás mía ni yo tuyo.
Pero sí, has sido mía en sentimientos y pesares, siempre he querido ser tu apoyo, tu protección, sí.
Siempre tuve miedo de lo que pudieras hacer con tu vida, pero claro quién soy yo, sino un amigo que quiso protegerte inclusive de ti misma...
Sé que te he hecho mucho daño... lo sé, pues tus sentimientos eran verdaderos; pero no puedo corresponderte. Igual sé que eso te ha hecho mucho daño y lo siento de veras: Solo Dios sabe que ojalá y hubiera podido corresponderte; pero no puedo hacerlo.
Te quiero y te llevo dentro de mi corazón también.
Sin embargo, como ya te dije en un poema, mi tren ya pasó y mi vida con él.
Tu mi cielo, encontraste en mí, a un ser irreal...es como querer coger una estrella con la mano; más no olvides cielo, que las estrellas son fuego puro, imposibles de coger.
Si yo te hubiera dado todo el amor del mundo, y toda la felicidad anhelada, que tú deseabas, quizás hoy estarías a mi lado... pero es un imposible.
Somos, amiga mía, como los rieles de un tren, que sin importar que tan pocos centímetros les separen... jamás podrán juntarse.
Consciente estoy que muchas veces fui egoísta, pues no pensaba en tu dolor... por mí sentir o mejor, por tu sentir hacia mí. ¿Que torpe he sido verdad?
Aunque desde el principio te dije que no dejaría mi matrimonio, yo sé que debí apartarte de mí mucho antes; pues hubieras sufrido menos.
Lo siento de veras, más en ese momento me sentía tan feliz teniéndote... que no quería pensar en otra cosa.
Perdóname, solo he deseado que fueras lo más feliz posible; aun perdiendo ese sentir tuyo... hoy por fin te perdí.
Dudo que hayas conseguido rehacer tu vida, más desearía equivocarme... porque creo que aún eres desdichada, y esa será tu cruz; y yo mi amor seré tus clavos.
Nunca tendrás la mínima idea, de cuánto lo siento... en fin supongo que este era nuestro destino.
¿Sabes? Disfrute inmensamente. Te lo juro... Cuando lograba sacarte una sonrisa; me sentía feliz por ello... sí.
¿Te acuerdas aquel día que los dos juntos arreglábamos los poemas y yo te los leía? Tú reías como una niña... ¡Qué bonito fue todo aquello!
¡Sí! Como te disfrute tus... ¡Guau! O ¡Híjole!... como tú solías decir, o cómo olvidar tus risas y sonrisas tan despreocupadas y resonantes a la vez.
. ¡Jajajá!
Te quiero amiga y te deseo lo mejor de este mundo, nunca mereciste sufrir tanto; y estés donde estés... te llevo muy dentro de mi corazón... sí.
¡Que dios te bendiga y te proteja!
Chaoo
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Cámara.