sábado, 29 de octubre de 2022

..El niño perdido de Enricostro cuento.

 

Érase una vez, en una pequeña aldea, donde solamente vivían doce familias, las cuales se mantenían en constantes rencillas... y muchos creían que por esta causa, Dios no les permitía seguir expandiendo sus familias; porque en el lugar desde hacía más de quince años, en que no había nacido niño alguno.

Un buen día... una chica del lugar anunció que pronto sería madre... y cuando la noticia se dio a conocer, sin importar los conflictos, todos festejaron, y agradecieron a Dios...

Todos los lugareños sin excepción estaban locos de felicidad, y ansiosos por su llegada. Cuidaron a la madre durante los nueve meses de gestación y dispusieron que se llamaría Jesús; pues él era un ángel enviado del cielo, quien a todos había venido a unir.

Desde el instante que el pequeño vino al mundo, nunca le faltaban brazos para arrullarlo, y todos estaban pendientes de todo cuanto necesitaba.

No obstante, con el paso de los meses, el bebé no parecía ser feliz; ya que no demostraba interés en hacer contacto visual, falta de interés para interactuar, fallaba en la coordinación para sonreír o para gesticular y lloraba mucho.

Transcurrió los dos primeros años, y pronto se convencieron de que padecía de alguna enfermedad... por lo que lo llevaron al médico y después de algunos análisis les informaron que era un niño discapacitado... era autista.

Se lamentaban expresando:
¡Es un niño hermoso y gracioso! ¡Qué pena tan grande que haya nacido enfermo!

Por más que dedicaron tiempo de calidad a Jesús, este llegó a los siete años... y jamás respondía o lograban llamar su atención.

De la misma forma forcejeaba cuando trataban de sacarlo al exterior para tomar el sol... aparentemente, solo gustaba de observar lo que sucedía en los alrededores, a través de un agujero en la pared.

Más, cuando le obligaban a salir, el pequeño se echaba a correr sin rumbo específico; para esconderse en algún lugar cercano; motivo por el cual no podían descuidarlo un solo momento.

Una mañana en que su madre y él tomaban el sol, una de las vecinas llegó para conversar con la mujer... y en un descuido, el niño se echó a correr; pues a pesar del ensimismamiento en el que vivía, parecía que todo el tiempo huía o escapaba de alguien que le perseguía.

Ambas mujeres trataron de alcanzarlo, pero fue inútil.


 Mientras tanto, un vecino y su hijo... mientras trabajaban sus tierras, se cruzaron en el camino del niño, y le preguntaron:
-¡Jesús! ¿A dónde te diriges tan presuroso?

Y como sucedía siempre... el pequeño ni en cuenta de que le estaban hablando; simplemente se echó a correr, más que asustado, rumbo a la salida del pueblo.

Al atardecer los aldeanos se percataron de que el niño no se encontraba en el lugar... por lo que pronto se corrió la voz de que Jesús se había perdido.

Todos se alarmaron y se dispusieron a salir en su búsqueda, pues le querían tal cual si fuese su hijo.



Pasaron por una cabaña, que se encontraba en la salida del pueblo, y le preguntaron al dueño si había visto pasar a un niño. -Juan... ¿Has visto a Jesús?
¡Sí! Lo vimos esta mañana pasar corriendo por el camino; lo llame, pero como siempre él simplemente me ignoró. Creo que algo le estaba sucediendo, porque corría como alma que lleva el diablo.

-¿Por dónde se fue?
rápidamente contestó:
-Se fue para el norte... camino a los aguacatales.

 Como ya era tarde, decidieron regresar a la aldea, en búsqueda de antorchas y agua para beber... se dividieron para abarcar más terreno,,, y al cabo de las horas se reunieron sin pista alguna de Jesús. Parecía que la tierra se lo había tragado, pues no habían encontrado rastro alguno.

Estaban exhaustos, por lo que decidieron pedir más ayuda en unas cuantas horas; y tan pronto amaneció reanudaron la búsqueda, los de más.

El infortunado niño, había pasado la noche en los descampados del campo, muerto de frío, hambre... pero sobre todo de sed; así que decidió seguir caminando en búsqueda del vital líquido.

Apenas había avanzado unos pasos, al amanecer cuando de nueva salió corriendo, despavorido al percatarse de que le seguían... corrió y corrió, hasta adentrarse en unas zarzas de cientos de metros.

 Los del pueblo, continuaron escudriñando cada rincón, más no lograban encontrarlo.


Mientras tanto, Jesús, se alejaba mucho más de ellos, pues apenas comenzó a detener su estampida, hasta el atardecer... cuando el cuerpo no le daba para más.

Para esas instancias ya se encontraba deshidratado y con toda la piel de su cuerpo destrozada por el zarzal... terminando por desmayarse quedó tendido sobre la hojarasca del lugar.

 Los vecinos decidieron volver al pueblo y poner al tanto a la guardia civil; ya que ellos tenían un perro entrenado, el cual era diestro para rastrear personas desaparecidas.

Cuando llegaron a la comisaría, pusieron al tanto a las autoridades y el sargento molesto les llamó la atención:

-¡Es increíble lo que me estáis diciendo!
¿Por qué no nos habéis avisado antes?

Los lugareños simplemente le contestaron, que en otras oportunidades ellos mismos le habían encontrado, y creían que esta sería una de tantas veces, donde lograrían ubicarlo sin mayores complicaciones.

Rápidamente, se dispusieron a salir. La madre llevó una camiseta del niño, la cual sirvió para que el perro la pudiese olfatear y así salir en su búsqueda.

 El can inmediatamente se echó a correr ladrando... y al cabo de dos extenuantes horas, por fin lo encontraron... más habían llegado tarde. ¡Jesús había muerto!

Todos se lamentaban y lloraban su muerte, preguntándose por qué el niño se había echado a correr y había escapado tan asustado de su hogar.

Los aldeanos jamás llegaron a saber qué fue lo que sucedió con el pequeño...


Más yo sé, que él huía de su misma sombra, ya que aunado al hecho de ser autista, sufría de esquizofrenia... la cual es el pavor por todo tipo de sombras; y en el caso particular de Jesús, él temía incluso de la silueta que parecía perseguirlo a todo lugar.
 Les comparto esta historia... porque es muy triste, aunado al hecho que es importante hacer conciencia del sumo cuidado, que debemos de brindar a estas personas.


Bienaventurado todo aquel, que recibe y abraza a una persona con discapacidad; pues son ángeles especiales... enviados por Dios; con la misión de hacer de nosotros, mejores personas y dejar huellas en nuestros corazones, que nunca se borrarán...
solo hubo un detalle que nadie se esperaba
cuando la ambulancia llegó con hasta el hospital, Jesús abrió un ojo y Dijo, agua, agua.
Más llego hacerse bastante mayor llegando a los noventa y cinco años.  


Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara.

jueves, 27 de octubre de 2022

..Dedicatoria al niño Gabriel, el pequeño pescadito. de Enricostro.



Dedicatoria al niño Gabriel,

el pequeño pescaditó.

o corazón, que su vistes a los cielos,

con amigos al montón,

un sentir que te llevasteis amigo,
de mi ilusión, que esperanza,

yo tenía, y hoy todo a cabo,

ya floreciste, amigo,

que hoy Dios te tomó,

y te tiene a buen recaudo,
él te dará todo el amor.

hoy amigo de nuestra España,

todos lloramos, este adiós
que una mala, mujer,

te arrancó tu corazón,
presuntamente, por celos, o no sé.


que, te atrapo, en su rencor.

y tu amigo fiel,

le entregaste toda tu flor,
pescaditó amigo mío,

esta, maldita mujer,
aprovechando tu inocencia,

y nos dejó todo el dolor.

ESPAÑA,

llora tu ausencia, amigo,
y tus padres lloran tu amor,
que aunque te hayas marchado,

en ellos vivirás mejor,
sé feliz amigo,
TODOS TE QUEREMOS,

Enrique Nieto Rubio,

derechos de autor.

CI.DOIM C.98.

miércoles, 26 de octubre de 2022

..Jesús y Maria .de Belén de Enricostro. (cuentos)



Jesús, un chico de dieciocho años. Titulado en magisterio, entonces.

Él todos los días, en el patio de su casa. Entre olivos y margaritas. A las nueve de la mañana, hacía sonar una preciosa campana, hasta nueve veces. se sentaba de espaldas al sol de primavera.
y alas nueve exactas, se rodeaba de chicos y chicas.


él les decía, ¿sentaros?
Hoy comenzaremos con la lección que dejamos ayer, vale.
¿De qué estuvimos hablando?
Dijo un alumno.
¡¡De la naturaleza.!!
¿Bien, sí, y debemos, de maltratar, a los animales.?
¡¡no para nada.!!
¿Y si tuviéramos que matarlos?

para alimentarnos.

deberíamos de hacerles sufrir, por gusto o placer?
¡¡no, no decían todos.!!


Y así eran todos los días con Jesús.

Pues era todo amor y cariño.

Pero María, que era mujer lista y piadosa y muy sabia, antes de las nueve y cinco.
Salía repartiendo una riquísima torta, con miel y unos buenos tazones de leche.
pero no de leche que se vende hoy,

que casi toda es agua.
Si no de pura leche, que con solo un sorbito,

veías hasta los ángeles, del cielo.
Y a su hijo Jesús,

además, le daba dos besos de buenos días.
Así Jesús les iba enseñando, de todo en general.

Les hablaba de la moral, de lo que deberíamos de hacer, del respeto a los padres y hermanos, les hablaba de la palabra, de Dios todopoderoso.

Pero un día, uno de sus alumnos, no vino y el corazón se le encogió, y esperó, a que María, su madre, les repartiera ese rico desayuno, de tortas con miel y su tazón de leche.
Y como a él no le gustaba, eso de preocupar a nadie, dijo.
¿Hoy la naturaleza la estudiaremos, en el camino que os parece?
todos contestaron¡sí! Con gran alegría.

Jesús, mientras les enseñaba, todo cuanto había en el paso, que hasta los incestos tenía su historia, se iba aproximando a una cabaña,

donde vivía, la niña, que faltaba.
ya en la puerta les dijo a todos.
¿Sentaros todos alrededor mío, voy a preguntar por nuestra amiga, a ver qué pasa, y cuando salga os cuento vale, pero en silencio, pues no sé qué puede pasar si?
¿sí?
Así Jesús llamó a la puerta,

preguntando por Juanita.

Su madre, llorando, abrió la puerta y le explicó. ¿Juanita se muere.? De una enfermedad que de pronto le vino.
Jesús le puso la mano, en el hombro, a su madre, diciéndole. ¡no se preocupe que se pondrá bien!
y le dijo,
¿no le importa que los chicos entren, a saludarla?
La madre no se opuso, resignada, pues ya daba lo mismo, sus lágrimas no dejaba de verter.
Jesús salió fuera y les dijo a todos, ¿ahora en silencio, vamos a rodear a nuestra querida compañera y rezaremos por ella, para que así se ponga buena, que os parece.? Y todos contestaron que ¡¡sí!!

Cuando todos sus compañeros, estaban rezando alrededor de su camita.
Jesús pidió a su madre, varias clases de hierbas y flores que solo ella debería de recoger, por los alrededores de la casa.
pero afuera de la casa, apareció María, madre de Jesús.
la tomó de la mano y le ayudó a recoger todas esas flores.
ya hecho, María se brindó, ha hervirlas y desnudando a la niña, que estaba, ardiendo en fiebre,
María la froto por todo su cuerpo, y una vez hecho pidió a la madre de la niña,

que les diera unas sábanas limpias.

Envuelta en las sábanas, de la cama, se la entregó a Jesús. que besándola en la frente. Ella lo miró, y sonrió.
ya puestas las sábanas limpias.

María tomó a la niña y la puso en la cama,

tapándola bien.


María dijo a su mamá, ¿no se preocupe, que mañana estará en el colegio, sí.?
y María besó a su mamá en la frente, y eso fue un manto de relax que ella no podía ni explicar.
Así se pasó la tarde, y todos volvieron a casa de Jesús y María, donde despidieron el día.
y con las bendiciones de ellos dos, todos se fueron lo más de contentos a casa.
pues Jesús y María ellos jamás se equivocaban. Y su palabra es la fe y el amor verdadero.
Posdata, si te sientes afligida y no encuentras, compasión.
Acuérdate de Jesús y María, que ellos son la bendición.
Que reconfortará tu alma, y calmará tu dolor,
mis besos a todos.
Enrique Nieto Rubio,
Derechos reservados de autor.

DJ.DOIM.IP,OO.98.

.El Montañés, ((reto de Enricostro. cuentos).

El Montañés, (reto de Enricostro, cuentos)

En los Alpes, unos montañeros, decidieron por una gran firma.

Cartografiar todo, todo el valle y la montaña.

Salieron de madrugada. Era una montañera y dos montañeses más.

Cuando se adentraron, en aquella inmensa montaña. Una gran borrasca, se veía venir.

Pero ya estaban demasiados avanzados, para retroceder. Así que subieron un poco más, entre una gran niebla, que apenas si se veía nada.

El montañés guía divisó un poco más arriba una entrada a una cueva, Así que se decidieron a entrar, era muy honda, y oscura. Así que encendieron las linternas y buscaron un sitio, para acampar allí.

Y pasaron la tarde, el viento soplaba como si estuviera endemoniado y el agua entraba varios metros hacia dentro. Así que buscaron algo más hondo.

Encontraron, algunas maderas, para quemar.

Pero cuando fueron a encenderla, vieron un gran oso durmiendo más al fondo.

Así que ni podían salir, ni podían despertar a aquel oso tan inmenso.

Procuraron no hacer ruido. Pero estaban aterrados, no sabían qué hacer.

Decidieron arriesgarse, en otra entrada, que se bifurcan, al margen derecho y entraron por allí.

Aquello era muy hondo, parecía no tener fin, uno de ellos tropezó y con una piedra de filo.  Se destrozó la rodilla.

En este grito, de dolor, despertó al oso, que dio un gran gruñido, ellos se echaron a temblar.

Con un cansancio y con este hombre herido, que nada menos era el guía.

La chica y el otro chico, decidieron liarles unas vendas y unas curas, pues ella era licenciada en medicina.

Y le hizo un buen apaño. Pero tenían que transportarlo entre ellos dos. Y así lo hicieron.

El gran oso decidió echar a andar, de tras de ellos, pero iba de tranquilo, parecía como si fuera curiosidad.

Ellos aligeraron el paso, pues en tanta oscuridad, solo se escuchaba, el aliento de aquel gran oso.

Anduvieron toda la noche, arrastrando al compañero, estaban ya extenuados. No podían más.

Más adentro había otra bifurcación y sin pensarlo la tomaron, ya el oso apenas si se oía.

Entonces ellos decidieron, descansar.

Se acurrucaron como pudieron, pues hacía un frío de muerte.

No se sabe, las horas, que estuvieron durmiendo, pero, fueron bastantes. Pues cuando despertaron, se encontraban muy bien.

Aunque el herido tenía fiebre, y llevaban un buen botiquín. Le dieron varios antibióticos, en pastillas, para calmar su dolor.

Siguieron caminando, sin saber por dónde ir,

cuando toparon con el final de la cueva. Este hombre lloraba de dolor, por la pierna, y de pronto el oso detrás.

Ya estaban perdidos, a solo cinco metros lo tenían y no tenían armas siquiera.

Quedaron todos quietos, a que este oso los devorara a bocados y a manotazos, con sus zarpas 

De pronto, este oso, viéndolos aterrados, no encontró ningún peligro en ellos.

Pues se tumbó delante de ellos y como revolcándose en el suelo, para un lado y para el otro.

Como si no les importaran ellos.

Después este oso, se acercó, despacio al herido y oliendo su herida, lamió la pierna sin más.

Ellos con las linternas, encendida, no salían de su asombro, con este oso.

Este dio un gruñido y se volvió,

como diciendo, seguirme hasta la salida.

Pocos metros adelante, en el otro pasillo, vieron una luz, y avanzando hacia aquella luz.

El oso desapareció por otro sitio.

Por fin la salida estaba allí, era una salida de un desfiladero cuesta abajo. Y a unos dos o tres kilómetros, se divisaba un hotel o algo así, pues la tormenta había aflojado.

Sacaron un móvil y desde allí llamarón a urgencias, que pocos minutos después, apareció un helicóptero y lo socorrieron.

Ellos bajaron andando, al hotel.

Se sentaron en una de aquellas mesas, a comer algo.

Estuvieron comentando, lo del oso aquel, mientras el camarero les decía, que por allí no había ningún oso,

mientras, se quedó con la boca abierta, el Montañés.

Enrique Nieto Rubio.

Derechos de autor.

.DR.P.DOIM.V.,OO.98.