Me encontraba con mi amor perdido,
más en el libro de los sueños,
hoy de nuevo la he vuelto a encontrar;
tan fresca y llena de vida...
Ella es de una belleza sin igual,
es la más bella entre las bellas;
siempre sonriéndome al pasar;
tirándome besos de un soplo...
brindándome entusiasmo,
alegría e iluminando mi soñar.
En el libro de los sueños,
al dormir la encuentro cada anochecer;
compartimos infinidad de bellas historias;
de amor y de placer.
Hemos viajado hasta las estrellas,
y vivimos noches de pasión,
ella me acaricia con sus suaves manos...
haciéndome estremecer.
Es tanta mi emoción, que ansío de ella,
nunca más de mí se alejé.
Volamos a ras del suelo;
siempre juntos y tomados de la mano.
Rozamos mil amapolas,
y entre ellas... felices nos abrazamos.
Hemos surcado hasta los azules cielos,
y sobre las nubes blancas...
cantamos, bailamos,
reímos y retozamos, de lo más dichosos.
No hay amor más perfecto,
como... ¡Este que sentimos los dos!
Y cuando por fin cae la tarde,
y el sol se empieza a esconder,
con la misma dicha volvemos a casita;
a vivir bellas historias,
de amores y de placeres,
hasta que de nuevo llega otro día...
tiempo que nos brinda oportunidad,
de vivir con ilusión otra vez.
Sí... dormir quiero de noche y de día...
¡Ya no deseo despertar!
Pues está, sí es una auténtica vida;
de amor, paz y libertad.
Deseo que nunca jamás se vaya...
que siempre viva dentro de mí.
Porque estos sueños suyos y míos,
anhelo siempre vivan en mí;
ya que te quiero cariño mío,
y tú me haces perennemente feliz.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
colabora en imagen.
Silvia Regina Cossio Cámara.
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