¿La hemos pasado estupendamente bien, mi señora ha preparado una espléndida mesa y felices, hemos degustado de todos los exquisitos platillos que acostumbra a preparar... que les puedo decir? Esto se le da de muerte... ¡Ella es una mujer única y especial!
Bueno, pero esta no es la anécdota que en este momento les deseo compartir... y para mi pesar no es buena.
Mi chico de trece años estaba superilusionado con las aves, pues de vez en cuando... también gustaba de llevárselas a su habitación, para contemplarlas revoloteando a su alrededor.
Durante las dos primeras horas y como siempre, todo había marchado de maravilla... pero de pronto una de ellas, ha chocado con una pequeña maceta; que mi esposa había colocado como ornamento de Navidad.
No alcanzo a comprender, como una de sus patitas enganchada a un aro quedo; y al intentar remontar su vuelo, cayó abruptamente al suelo, con su patita abierta.
Al observar que no se movía. Con profunda pena he deducido que moría. Mi hijo la recogió y muy triste me pregunto: ¿Qué hago?
-Dámelo le respondí.
Al cogerlo me di cuenta, que se había roto la pata por encima del muslo... y cuando me dispuse a unirla, se le cerraron sus ojitos; y los latidos de su corazón comenzaron a descender, hasta qué pasados escasos minutos dejó de latir.
Así pues, amigos míos...no todo ha sido felicidad, pues esta Navidad, esa pequeña y tan amada avecilla... con su partida; de sumo pesar, embargó nuestro sentir.
Imposible fue esconder la trágica noticia a los demás miembros de la familia... entre ellos a mi nietecita; qué desconsolada lloró...
Pero con el transcurrir de los minutos, entre mimos y besos; por parte de todos los miembros de la familia, pronto volvió a sonreír.
Pero con el transcurrir de los minutos, entre mimos y besos; por parte de todos los miembros de la familia, pronto volvió a sonreír.
En cuanto a nuestra querida avecilla, nos conforta saber que, a pesar de su trágico final...su sufrimiento no duró más de tres minutos...
¿Que cosas verdad? Nos preparamos para que todo fuese perfecto, creando un ambiente hermoso y lleno de felicidad... y al final el dolor se hizo presente en Navidad.
Gracias a Dios, tal cual ha acontecido en años anteriores, contamos con la bendición de celebrar las fiestas en unión familiar; pues cuando de nuestros seres amados nos encontramos rodeados, toda adversidad es mucho más fácil de sobrellevar.
El mensaje que os deseo transmitir, quizás, es: Que no es buena idea soltar a vuestras aves o mascotas en tiempos de fiesta... y así evitar que un accidente, pueda restarle felicidad a eventos tan especiales...
El mensaje que os deseo transmitir, quizás, es: Que no es buena idea soltar a vuestras aves o mascotas en tiempos de fiesta... y así evitar que un accidente, pueda restarle felicidad a eventos tan especiales...
Pero sobre todo, que valoréis y agradezcáis cada día; por el simple hecho de teneros los unos a los otros... porque en esa bendición; radica la única y verdadera felicidad.
*Derechos Reservados*
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara.