No me esperes en el cielo,
porque allí yo no estaré;
porque allí yo no estaré;
mis pecados son cuantiosos,
por culpa de otro querer.
por culpa de otro querer.
Tú te fuiste de repente de mí...
sin decirme ni un adiós;
yo tan solo te dije te quiero,
entregándote una flor.
Te prometí amor eterno... ¡
Más no lo pude evitar!
Más no lo pude evitar!
Me topé con otros ojos,
que iluminaron mi soñar.
Hoy me siento pecador...
más con otras me marché;
y estoy tan lleno de pecados,
que al cielo temo no iré.
Pues desde que tú te fuiste,
yo con muchas tropecé...
pues la vida se hizo en grande,
y con todas disfrute.
Más de nada me arrepiento,
pues con ella viviré...
y aunque me vea en el infierno,
en esta vida la gozaré.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen.
Silvia Regina Cossio Camara.