¿Quién eres mujer, de velo de seda?
¿Por qué escondes tu bello rostro?
¡Si Dios te formó para embellecer este mundo!
¿Por qué te escondes mujer?
¡Acaso las bellas flores!
¡se esconden bajo sus pétalos!
¡O la belleza del colibrí!
ronda en la oscuridad,
para que, ¡no se vea su hermosura!
¿Acaso la perla más hermosa?
que luce una princesa;
deba de guardarse en una caja
para que no envejezca?
¿Por qué te escondes mujer?
Si Dios te creó, para el amor de los hombres.
Pues sería como esconder,
las estrellas y la luna...
las estrellas y la luna...
¡Sí! ¡Así como el sol, que nos da la vida!
¿Acaso Dios, no lo puso todo?
en este mundo, para nuestro deleite?
Pues sí, así hubiera sido...
¿Por qué, no nos creyó ciegos?
¿O quizás, no fue cosa de Dios?
Si no de los hombres... pero...
¿Qué mal hombre, esconde a su madre?
¿a su hija o esposa, para que nadie la vea?
¿Como así Dios?
Si tú creaste todo lo hermoso,
de este mundo.
de este mundo.
¿Tapas a la mujer?
¿Acaso se tienen que avergonzar de algo?
¡De qué pues!
Si María, madre de Jesús, llevaba velo.
¿De qué se escondía?
¿Acaso se avergüenzan de algo?
¡De qué pues!
¿O acaso somos los hombres?
quienes las obligamos?
Para humillarlas y degradarlas... ¿O no?
¡No sé! Dímelo tú... ¿Sí?
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Camara.