Amigo mío... Entiendo
que no la queráis compartir,
pues una rosa, es rosa de un solo sentir.
Amigo mío...
Sé que vuestro amor por ella,
pues una rosa, es rosa de un solo sentir.
Amigo mío...
Sé que vuestro amor por ella,
es todo un sentir;
pero si ella me dice un te quiero,
pero si ella me dice un te quiero,
si ella me dice te quiero;
pues es lo que debo,
pues es lo que debo,
sí, vivo, noches de desvelos y de temor;
más si por ella yo he de morir...
más si por ella yo he de morir...
pues la quiero con locura.
Recuerde que de usted es el pañuelo,
que con lágrimas ella mojó;
arrastrándose por el suelo,
arrastrándose por el suelo,
y a mí también me duele,
vuestro amor;
porque la quiero con devoción;
porque la quiero con devoción;
si me quedo morís vos.
Fiel testigo son estas dos paredes,
y déjela que pronto venga a mí.
Que su amor es mi cantar,
Que su amor es mi cantar,
y su sentir es mi vivir...
debe saber que aunque,
mi hermano usted sea,
no pienso retroceder,
no pienso retroceder,
¡porque no la deseo más compartir!
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*