¡Linda e impasible mujer de porcelana!
eres suave y delicada como el cristal.
Tú inspiras e iluminas mis sentidos;
sin embargo, creo... ¡No puedes amar!
¡Linda e indiferente mujer de porcelana!
tú eres hermosa como la más bella flor;
iluminas cada una de mis mañanas...
pero es en vano, porque no me das amor.!
Cuando por las noches me retiro a dormir...
en todos mis sueños, tú siempre estás allí;
y luego cuando despierto por las mañanas,
¡perennemente y mirándome sigues allí.!
¡Y cuando te pregunto:Qué es lo que sucede!
Tú guardas silencio y no quieres contestar.
Mujer... Será que tu corazón es de piedra,
¡y posiblemente no estás hecha para amar!
¡Si es así, entonces! ¡Por qué me miras mujer!
¿Por qué te escondes de mí, y continúas aquí?
Dime de una vez, si tu amor no me pertenece.
Y si esto no es así... ¿Por qué me haces sufrir?
Largas e infinitas noches me he preguntado,
El porqué de tu presencia en mí existir...
y por qué... si permanecemos tan pegaditos,
ni siquiera... deseas verme o hablarme de ti.
Preciosa eres tú... mujer de porcelana,
radiante como la estrella más bella...
Qué no ves, que ¿Sin ti nada es posible?
¡Dame al menos un rayito de esperanza!
Te necesito y me necesitas para ser felices los dos;
pues tan solo una sonrisa en la distancia...
¡No alcanza, para hacernos sentir y vivir!
Más debes saber que: Si eso no pudiera ser...
Deseo me conviertas en hombre de porcelana,
para junto a ti, vivir mis días y mis noches...
Te pido, unamos de nuevo nuestros caminos;
para juntos... ser por siempre, felices los dos.
Enrique Nieto Rubio.
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Cámara.