Dónde estás dama de la media noche,
que ahora voy me dijiste,
y desapareciste en la noche,
y jamás tú apareciste.
Sin reproches te he sentido,
con mil sueños revividos,
y ninguno se ha formado.
Cuántos corazones rotos,
pensando yo me quedé,
si fuisteis ángel allí arriba,
en la tierra no sé el que.
Te he llamado muchas veces,
te he deseado con pasión,
te he visto aparecer,
pero todo era ilusión.
Cuántos sueños destrozados,
al despuntar el día,
todos eran sueños vanos,
amor tú no existías.
Cómo le pido al altísimo,
que dónde está mi amor,
y el altísimo me responde,
que si no era una ilusión.
Pues tal vez, fuera eso,
solo una fantasía,
solo una fantasía,
que llegabas por las noches,
y te ibas cuando amanecía.
Una rosa me encontré,
la última noche vivida,
en el lado de la cama,
donde dormiste vida mía.
Con su espina me pinché,
creyendo que era un sueño,
una gótica de sangre,
me despertó entre tus besos.
hoy por fin comprendí,
que todo era un sueño,
pues también en los sueños,
duele ese sentir.
y si te pinchas tú sangras,
aunque me veas morir,
no se te caerá una lágrima,
pues tú no eres de aquí.
ENRIQUE NIETO RUBIO.
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