Amor mío, ya por fin juntos tú, y yo,
en este paraíso de amor,
en este universo de paz.
Hoy ya, empieza, este amor de verdad,
un amor, que se nos fue negado y prohibido.
En esa tierra estelar, de humanos, corrompidos,
qué muerte nos dieron, por habernos amado.
Este será nuestro más hermoso encuentro,
de deseos apasionados,
de noches hermosas, entre cielos nublados,
y oscuridades pecaminosas,
para poder amarnos, sin ser molestados.
Ya ves mi amor, que no hay oscuridad,
donde el amor alcanza,
que no hay cielo,
donde el cariño no, es puro y verdadero.
No hay infierno, donde lucen las estrellas,
donde anidan los sueños,
donde cantan las primaveras.
Ya ves, mi cielo, que la gloria es nuestra,
y el tiempo es de ensueño,
si mi amor, que en tu corazón, reluce mi sentir,
y que en mí, floreció tu querer.
Que en los dos, una áurea de amor,
vivirá para siempre.
No, no te sientas triste,
que si en vida no pudiste tenerme.
En esta muerte divina,
los besos serán para siempre.
Y en noches tenebrosas,
seremos mucho más fuertes.
Más cuando estemos realizados,
con esa pasión tan grande,
Cruzaremos esa puerta,
para criar nuestro sentir,
y demostrarles al mundo,
que nos quisimos aquí.
Enrique Nieto, Rubio.
derechos reservados