Amado mío, yo, en este día de difuntos.
Siempre viviré en ti.
Yo cuidaré esta tumba,
para que tú no puedas salir.
Me vestiré de negro,
Y tu careta llevaré.
Lloraré el día de tu santo,
y te besaré los pies.
Rodeado entre murciélagos,
una noche viviré.
deseándote buenos sueños,
sueños de aquel ayer.
Entre grajos te cobijo,
y los gatos a tus pies.
para que no te sientas solo,
y no desees volver.
En luna llena mi amor,
pensando en tu querer.
siempre te echo de menos,
pero no quieras volver.
Pues en el mundo de los vivos,
aquí a la memoria de ti, yo haré
para que todos me vean,
lo hermosa que me quede.
Y que todos me digan,
hermosa que bien te dejó él.
No creas más, yo me río,
pero siempre pensando en ti.
lo tonto que tú has sido,
dejándome tan hermosa aquí.
Pero no te preocupes mi amor,
que yo disfruto por ti,
con besos y mucho sexo,
pero siempre pensando en ti.
hoy te vengo a visitar,
para pedirte perdón,
por dejarme tanto dinero,
para vivir como un Dios.
Ya cuando me muera,
marcharé, por otro lado,
para que no me puedas pillar,
y quieras pegarme un palo.
Así que mírame bien,
que este cuerpo no tendrás,
ni vivo ni muerto,
amor nunca me pillarás.
Enrique Nieto Rubio.
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