domingo, 16 de marzo de 2025

..Guillermo era un niño muy malo de Enricostro.

 Guillermo era un niño muy malo; todos los días cuando iba al colegio.

Se peleaba con todos sus amigos. Un día cuando iba para su casa

Se encontró a un burro que estaba amarrado a un árbol. Este burro era de un cabrero que fue a comprar un bocadillo de jamón y cuando salió de la tienda, el burro se le había escapado.

Y un niño que lo vio le dijo:

Señor, yo he visto a Guillermo tirarle piedras al burro y por eso al salir corriendo.

El señor cabrero dijo: "Ese Guillermo es un chico muy malo y un huevón y cuando lo pille lo machacaré".

Entonces Guillermo, al cruzar la esquina, se encontró un perrito salchicha que paseaba con su dueña.

Y con un tirachinas le dio al perrito.

Su dueña se enfadó mucho porque el perrito lloraba.

Y la señora le dijo: "Eres muy malo, niño, te va a castigar el señor".

Guillermo se reía y se burlaba de la señora. Mientras se alejaba mirándola, pero de pronto tropezó con un guardia y este se lo llevó a la comisaría.

Allí Guillermo lloraba mucho y llamaron a sus papás y le echaron una multa muy grande.

Los papás lo castigaron muy severamente; después del colegio se quedaba en su cuarto todo el día, sin consola ni televisión.

Así estuvo un mes entero; ya Guillermo le dijo a sus padres que no sería más malo.

Pero un domingo que iba andando con su mamá de la mano, una niña con su madre que se cruzaban le tiró el helado a esa niña y otro castigó. Él jugaba que fue sin querer, pero era mentira; lo vieron todos los que estaban sentados en la terraza de la cafetería. El niño era una máquina de fastidiar a todos.

Les hacía daño a los palomos del parque, a los patos, incluso a las tortugas.

Un día lo vigilaron tanto que, como no pudo hacer ese día ni una trastada, le metió a la pared una cornada y se hizo un chichón tremendo.

Cayendo al suelo redondo.

En ese aturdimiento vio un hada y esta le decía: En cada trastada que hagas, te crecerán las orejas.

Al día siguiente se acordó de aquellas palabras y se dijo: ¿Será verdad lo que me dijo el hada?

Pero eran tantas las ganas de hacer el mal que tenía que arriesgarse.

Se acercó al colegio y había un inmenso panal de avispas en la canal del techo del colegio que quiso que a todos los niños de la clase que había por debajo les picaran a todos.

Cogió una buena piedra de la esquina del bordillo que estaba suelta y se tomó su tiempo para lanzarla. Esperó hasta que la ventana estuviera abierta y faaaa la lanzó con la mala suerte de que tiró el panal entero. Cayendo junto a sus pies, todas las avispas se cebaron con sus pobres orejas y os digo que Dumbo se quedó corto con aquellas orejas.

Todos se rieron de aquellas orejas que chillaban intensamente con un dolor tremendo.

Aunque solo fue el momento, pues después todos se arrepintieron al instante al ver el dolor que estaba sufriendo.

Al hospital lo llevaron y lo hicieron virar en internet: el niño elefante le pusieron.

Estuvo una semana con una cabeza completamente hinchada; os juro que lo pasó tan mal que jamás olvido a aquel ángel que le avisó de sus fechorías, y desde entonces jamás hizo algún daño a nadie. Es más, ayudaba a todo el que lo necesitaba. El último día de escuela, encontró a un pajarillo malherido en el suelo, se lo llevó a su casa y, entre sus padres y él, lo curaron durante 15 días y este hermoso pájaro, al lanzarlo al vuelo, mientras subía para arriba, se convertía en una preciosa hada.

Enrique Nieto Rubio.

Derechos de autor.

viernes, 14 de marzo de 2025

..Mi voz es el cariño de Enricostro.

  Mi voz es el cariño que nace en tu alma,

No tengo palabras en esos sentimientos,

en esas plateadas de mis tímidos alientos.

Penetra, pasiones, ahuyenta, zarandea, cuerpos,

Hiriente del tiempo, soy luna, soy hielo,

y a veces soy  cielo.

Te ayudo al recato y guardo recuerdos,

y algunos desvelos,

Soy el tiempo que te anhela,

viviendo en tus recuerdos,

soy la sombra de tu sonrisa

soy el viento de tus besos.

Enrique Nieto  Rubio.

Derechos de autor.


domingo, 26 de enero de 2025

Magdalena, el retraso de Enricostro.

 Magdalena, el retraso de Enricostro.

Ella era un primor de niña, tenía unos hoyitos en sus mofletes preciosos y cuando se reía era aún más preciosa.
Un día quedamos en la puerta de la iglesia para ir de paseo y ese día lo pasamos maravillosamente. Cuando andábamos juntos, de vez en cuando nos rozábamos y saltaban chispas entre los dos.
Yo pensaba: como tenía una chaqueta corta de pelo negro brillante, sería este el motivo.

Lo cierto es que era ese amor que ella me tenía.
Era un cielo de niña.
Bueno, os cuento: yo trabajaba en un almacén de juguetes y menaje al por mayor.
Y por las Navidades mis jefes contrataban a chicas para reforzar los trabajos.
Y Magdalena fue una de ellas, muy bonita que era.
Así, ella trabajó arduamente con todos los empleados, por solo tres meses; ya en enero sería despedida, pues fue sin esas condiciones.
Esos tres meses fueron muy intensos, pues, como yo llevaba muchos años en la empresa, ya era veterano en la materia.
Un día pasó algo sorprendente; yo era aún un chaval de dieciocho años y la pusieron los jefes conmigo, pues vino un gran camión de pelotas. Eran unas pelotas de plástico que pesaban muy poco y venían en bolsas de seis pelotas.
Mis jefes tenían un almacén en la calle Pedro Rey; era un almacén muy grande, reformado de una serie de viviendas muy antiguas de su madre ya mayor, doña Carmen, hija de Manuel Pérez.
Y estábamos los dos solos, conseguimos descargar aquel inmenso tráiler y fueron cientos de bolsas de pelotas de muchos colores; ella me sonreía, lo que no se esperaba, el trabajo que tenía aquello.
Bueno, para abreviar, teníamos que subir a una primera planta todas aquellas bolsas, pues había unas grandes habitaciones. Allí, si lo hacíamos subiendo escaleras individualmente, nos moriríamos allí, así que propusimos echándonos las bolsas desde abajo y las cogíamos desde arriba.
¿Qué pasó? Que ella quería echármelas a mí y yo las iba colocando arriba, que tenía más experiencia.
Pero ella, a las cinco bolsas, ya no podía más, así que decidimos que yo abajo y ella arriba y, cuando llenáramos el pasillo, yo subiría a colocarlas; si no, no cogerían todas.
Y así pasó, yo le echaba las bolsas, pero había que correr, pues los jefes nos metían bulla. Es que eran muchísimas; yo estaba acostumbrado, pues desde los 14 años que entré ya eran años, ¿no?
Ella ya estaba agotada y ya las iba sujetando con las piernas, que cada vez que yo le echaba una bolsa, ella levantaba la pierna para poderla sujetar mientras, sin darse cuenta, me enseñaba las braguitas sin querer. Es que no había ningún modo de subirlas de una en una.
Bueno, yo era muy joven y mi intención era noble, como tenía que ser con una compañera, aunque un poco pillín en eso de mirarla. Ella quería evitarlo, pero esos uniformes eran más bien cortitos. Bueno, fue una mañana intensa que a la vez disfrutamos mucho, aunque ella, cansada, me decía una y otra vez que no mirara, pero yo lo hacía, jajajá.
Cierto es que yo haría el doble de trabajo que ella, pero eso a mí no me importaba en absoluto, pues era un chico fuerte.
Cuando coloque todas esas pelotas hasta el techo, llenamos toda la aviación y el pasillo de arriba también.
Ya cansados toda la mañana, aunque yo la disfrute mucho.
Ya cuando le cumplió el contrato, quedamos para salir. Y lo hicimos, fue un domingo maravilloso; era muy delgada, bueno, yo también era muy canijo, ja, ja, ja.
Me enamoré de ella, pero yo era un chico indeciso y mi primera cita,
A la semana siguiente quedamos en el mismo sitio, pero ella no vino. Íbamos a ir al cine; eso era sobre las cinco de la tarde. El día era algo tristón porque estaba nublado. A las seis de la tarde apareció una niña de unos doce años y esta me dijo: "Eres Enrique".
Si le conteste, mi hermana no va a venir; mi madre no la deja...
bueno, me quedé muy triste y me di media vuelta y me vine a mi casa.
Yo pensé que ella no me querría, así que no fui más.
Yo decidí buscarme el camino con mis amigos; éramos seis chavales dispuestos a ligar. Así que decidí olvidarla y así lo hice.
A la semana ya teníamos unos ligues en el barrio del Naranjo; esta es otra historia que ya os contaré.
Magdalena a los pocos meses pasó por la puerta de mi casa, pero yo ya salía con el grupo, así que se quedó así. Años después me enteré de que ella me quería, pero era su madre que aquel domingo la necesitó para arreglar toda su casa.
Pero así era yo, muy espontáneo, que no esperé explicaciones ni las busqué...
Fin, esto fue real en mi vida.

Enrique Nieto Rubio,

Derechos de autor.
Cierto es que fue una faceta en mi vida en la que mi vida podría haber sido otra historia...

lunes, 20 de enero de 2025

..A noche de Enricostro. poema.



Anoche pensaba en ti,
Cuando una brisa entró por mi ventana.
Y fue tan suave que hasta sentir,
esas manos tuyas, ellas me acariciaban.
*
Qué sentimientos llegaron, que hasta te hice mía,
En esos besos soñados, yo sentí esa alegría.
*
Yo miré hacia atrás,
creyendo que detrás de mí tú estarías,
Sentí tu aliento en mis sienes,
que mis labios se volvían,
para besar los tuyo,
que era lo que más quería.
*
Que no sé qué me pasó,
que hasta te vi junto a mí,
mientras tu cuerpo se me abrasaba,
Yo me sentía morir.
*
Un fantasma, yo pensé,
o un sueño de mañana.
Aunque no me desperté,
Y te fuiste por la ventana.
*
Pues aunque siempre,
He pensado en ti.
Tú fuiste mi más fiel enamorada.
Que me lo distes todo,
Y nunca pediste nada.
*
Dedicado a esa hermosa mujer,
que siempre,
Vivirá dentro de mi alma.
*
Enrique Nieto Rubio.
Derechos reservados.