domingo, 5 de octubre de 2014

..Nosotros los abuelos.


Para nosotros los abuelos,
 es triste y desolador, 
ver como los dolores y la soledad,
 con el paso de los años
se apoderan de nuestra vida...
y es realmente una pena. 


Pero aún da más pena, 
cuando las personas de edad...
olvidamos que son nuestros padres,
 
o nuestros abuelos;
relegándolos a un mundo,
 de miseria y total descuido.


Injusto es, que muchos ancianos,
 se encuentran en el olvido; 
sin que nadie se acuerde de ellos;  
pasan hambre, sufren frío... ¡
duele, duele mucho; 
¡este mundo perdido! 


Hoy con lágrimas en los ojos, 
he visto a
otro abuelo abandonado; 
en total estado de calamidad...
muerto de hambre quizás; 
lo sacaban los bomberos,
 por una rota y pequeña ventana. 


¡Oh Dios mío... en este momento!
 sumo dolor embarga mi corazón!
Pues vivía en el desván,
 de un inmundo segundo piso... ¡
Solo, muy solo!



Envuelto lo llevaron
 en unas sábanas
 que tomaron de unos vecinos;
 pues en una cama mugrienta...
en sus propios excrementos reposaba,
Pareciera que muchos olvidamos,
 que un día igual seremos ancianos.


Imposible es no sentirse asqueado,
 ante tanta falta de humanidad...
Increíble es la injusticia,
 y falta de amor por quienes,
 un día con sacrificio;
 todo nos lo ofrendaron.
para que viviésemos 
en un mundo mejor.

Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Cámara.

lunes, 29 de septiembre de 2014

..Cuéntame tus secretos.




Cuéntame tus secretos, niña...
 esos secretos de amor, 
para impregnarme con tu vida,
 tantas olas de pasión. 
Y embriagarme con tus besos;
 besos de amor tan profundos, 
para así... perderme entre ellos,
 y sentirme trotamundos.


Para viajar en tus sueños,
 y así estar siempre contigo,
como si fuera tu abrigo;
 o mejor aún... tu gran amigo.


Para sentirme en tu cuerpo,
 como si fuera tu ombligo;
y poder llenarte de besos, 
de deseos y caricias.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora  en imagen,
 Silvia Regina Cossio Cámara




..Súplica a mi hermano Jesús...para que te proteja.


Jesucristo de mis amores...
hermano que tanto te hemos hecho padecer,
acudo a Ti, para que resguardes a Yolanda;
 y su vida no llegue a su fin.
Posa tu bendita mano sanadora,
 y desdeña todo menoscabo de su sentir.

Hermano Jesús,
 dale un abrazo sanador en mi nombre,
que la ansío feliz;
que su enfermedad desaparezca,
 como un mal sueño, que no sufra dolor;
¡ya que, la llevo muy dentro de mí!
 pues es la flor más bella de mi jardín!

Yolanda es mi amiga del alma,
 quién es un lucero que irradia solo amor.
Es como una estrella que se alza en el infinito, llena de romance y pasión.
¡Protégela Padre Todopoderoso!...
Aunque reconozco, no merezco tu favor.


Pues muchas veces,
 de Ti me he distanciado...
porque un simple mortal soy.
Igual pese a que, con ella,
 muchas veces no concuerdo, 
y la he reprendido... 

No es sinónimo que, 
no os ame con devoción...
y os atesoré en mi corazón.

Ella es una maravillosa persona...
todo un cielo y de nobles sentimientos;
y aunque es muy impetuosa,
 en cuestiones del amor,
 se merece lo mejor.

Posa Tu mirada, en este tu humilde siervo...
 quien suplica tu intervención.

Yo seré su bucanero, para brindarle,
 en todo momento una hermosa flor...
pues sin importar,
 que ella tenga su marinero...
yo siempre seré su timón.
En Nombre de tu Hijo Jesús...
mi súplica elevó,
 para que la ampares, Señor. 


Amén



*Enrique Nieto Rubio*
Derechos Reservados
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Cámara. 

sábado, 27 de septiembre de 2014

..Te pido perdón de Enricostro.



Te Pido perdón, 
más cierto es que no lo merezco. 

¡Si! Con ella yo te engañé,
 más todo fue un error... 
Solo te digo perdóname,
 pues era otro y no fui yo. 
Sé que no me perdonarás,
 porque me acosté con ella, 
mira si tonto fui, 
que con ella...
en tus brazos me creía.
 
Aún más tonto fui, 
cuando tu nombre,
 susurrando le decía. 


Por lo más sagrado,
 perdóname mi cielo, por favor... 
que durante toda mi vida, 
solo quiero estar en tu corazón. 

No desee herirte,
 y menos pecar...
 
fue ella, quien me tentó.
 
Me enseñó todo lo prohibido, 
y la mente se me nubló. 
 

Yo no entendí el porqué de lo vivido, 
solo viví la pasión; 
de ese juego prohibido, 
que me ha costado el corazón. 

Si no podemos perdonar...
 
¿Qué hacemos en este mundo? 
A lo mejor la dejadez de uno,
 ha sido la perdición del otro. 

Y, por tanto, ahora,
 ⁣
vivimos con dolor, 
el fin de nuestro amor.

Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen
 Silvia Regina Cossio Cámara.