lunes, 29 de febrero de 2016

..Muerte de Manolete de Enricostro.







Ya retiran el cuerpo del torero,
 ya lo llevan a enterrar;

torero de cuerpo entero, 
que un toríto bravucón lo mató...

Manolete saliendo a la plaza,
 ese día algo malo intuyó:

¡Presiento que este será el día! 
de mi última presentación!


El toro acude a la suerte,
 de modo receloso y bravío;
a embestir decidido.  salió...
 resoplando con ira y furor. 
En la primera vuelta,
 al elegante y audaz torero susurró:
¡Heroico torerito!
debes saber que hoy termina tu función!

Subiremos a los cielos,
 pues hoy torero te mataré yo.
¡Tú me darás la muerte, torero! 
y la muerte yo te daré!
Partiremos al infinito,
 para presentarnos ante tu Dios;
y así puedas contarle el porqué. 
la muerte te he dado yo.


Después de tanto matar,
 cansado yo te encontré...
ahora unidos y por siempre,
 nos quedaremos aquí. 
Tu muerte Manolete,
 perpetuamente recordarán... 
Y por más tiempo que transcurra,
 tú mi torero serás.

Enrique Nieto Rubio
<Derechos Reservados>



viernes, 19 de febrero de 2016

..En el libro de los sueños de Enricostro.





Me encontraba con mi amor perdido,
 más en el libro de los sueños,
hoy de nuevo la he vuelto a encontrar;
 tan fresca y llena de vida... 
Ella es de una belleza sin igual,
 es la más bella entre las bellas; 
siempre sonriéndome al pasar;
tirándome besos de un soplo... 
brindándome entusiasmo,
alegría e iluminando mi soñar.

En el libro de los sueños,
 al dormir la encuentro cada anochecer;
compartimos infinidad de bellas historias; 
de amor y de placer. 
Hemos viajado hasta las estrellas,
 y vivimos noches de pasión, 
ella me acaricia con sus suaves manos...
haciéndome estremecer. 
Es tanta mi emoción, que ansío de ella,
 nunca más de mí se alejé. 


Volamos a ras del suelo; 
siempre juntos y tomados de la mano. 
Rozamos mil amapolas,
 y entre ellas... felices nos abrazamos. 
Hemos surcado hasta los azules cielos,
 y sobre las nubes blancas... 
cantamos, bailamos,
 reímos y retozamos, de lo más dichosos. 
No hay amor más perfecto,
 como... ¡Este que sentimos los dos!
Y cuando por fin cae la tarde,
 y el sol se empieza a esconder, 
con la misma dicha volvemos a casita;
 a vivir bellas historias, 
de amores y de placeres,
 hasta que de nuevo llega otro día... 
tiempo que nos brinda oportunidad,
 de vivir con ilusión otra vez. 
Sí... dormir quiero de noche y de día...
¡Ya no deseo despertar! 
Pues está, sí es una auténtica vida;
 de amor, paz y libertad. 
Deseo que nunca jamás se vaya...
que siempre viva dentro de mí. 
Porque estos sueños suyos y míos,
anhelo siempre vivan en mí;  
ya que te quiero cariño mío,
 y tú me haces perennemente feliz. 
Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados*
colabora en imagen.
 Silvia Regina Cossio Cámara.