Si un lucero ves brillar,
y te pregunta por mí,
dile que no me has visto,
que andaré por ahí.
Yo ando por las noches,
entre nubes de algodón,
escondiéndome de un lucero,
que me robó el corazón.
Va diciendo la gente,
que un lucero va llorando.
Y es que me da mucho espanto,
que me mire así de frente,
para llevarme después,
y de amor darme la muerte.
Que nunca ha vivido nadie,
con amor y sin tenerle.
Derechos de autor
Enrique Nieto Rubio.
J.DV.D0YC. A.00.98.
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara.