Vanidosa eres mujer...
cuando me acerco a ti
y nada quieres hacer.
Tu corazón es piedra...
¡Sí! De piedra y de hormigón;
porque cuando te digo te quiero,
tú me ignoras con pasión.
Mírate mujer vanidosa,
en el espejo de la verdad ...
Observarás un ser de piedra;
como único tesoro tus joyas,
perlas y cristal.
Solo tienes ojos para ti...
Solo quieres, tu pasión...
y me tienes como a un perro,
Abandonado en un rincón.
Nunca me dices te quiero,
nunca me dices que sí,
solo piensas en tus juegos,
que me separan de ti.
¡¿Cuántas veces te he llamado?
¡Y me sigues ignorando!
Después dices que me quieres,
pero sigues caminando.
Presumida eres mujer...
solamente te quieres a ti,
y por más que te suplico,
nunca me dices que sí.
Muchas rosas te he enviado...
muchas rosas de pasión,
Y tú las has despreciado,
dejándolas en un rincón.
¿Cuántas noches te he pedido?
¿Que me hicieras feliz?
Y tú con tanto olvido,
... ¡Sigues pasando de mí!
Vanidosa eres mujer,
que solo con tus alhajas,
puedes ser feliz;
Y yo tu amado...
bajo tus pies;
pero sin dar nada para mí.
Enrique Nieto Rubio.
derechos de autor
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara.
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