resistirme ante tus encantos fotográficos,
mis deseos hacia ti son cada vez más intensos.
Te amo y esto no lo cambia nadie,
si ya eres para mí el viento de la mañana,
mi aperitivo en la sobremesa;
mi desayuno al levantarme.
Y si es al anochecer eres todos mis sueños juntos,
te deseo a morir, y cuanto más te miro más te deseo,
no me puedo resistir.
Lo mismo camino hacia tu hogar y te rescato,
de las garras del destino...
y te haría el amor intensamente hasta la muerte.
Sí... supongo que sería mi muerte,
pues como dos caballitos del diablo,
o Santa Teresita, como se conoce también,
te haría el amor tan intenso.
Que tu la muerte me dieras después.
para así vivir la eternidad junto a ti,
no me pidas que me vaya,
no me digas la verdad.
Que vivir en la mentira,
es cosa de bienestar,
no me pidas que me aleje,
pues sin ti me moriré.
Déjame estar contigo,
amada de mi querer,
pues sin ti mi amor se muere,
pues sin ti no sé vivir.
Pues sin ti mi alma se pierde,
en las sombras del sufrir,
no me pidas que me aleje,
que después no sabré volver.
Me provocarás la muerte,
princesa de mi querer,
cuántas veces yo te amé,
y me decías que sí.
Ahora me das la muerte,
y no me quieres sentir,
que ya vives con otro,
y que yo ya no soy nada.
Y me cierras la puerta,
dejándome en soledad,
yo maldigo a la suerte,
de ese que te encontró.
Apartándome de tus redes,
dejándome sin pasión,
ahora ya vivo la muerte,
rosa de mi corazón.
Enrique Nieto Rubio.
<Derechos de Autor>
Colabora en imágenes,
Silvia Regina Cossio Cámara.