lunes, 3 de marzo de 2014

..En el paraíso terrenal.


En el comienzo de los tiempos, Dios creó todos los universos conocidos y aquellos que no conocemos.

En nuestra galaxia hay una estrella que Dios la enfrió de un soplido, y con una inmensa regadera, empezó a echarle agua, de la cual salían millones de litros de agua, para así convertir esta estrella en planeta.

Es por ello que en el centro de la tierra aún está, esta estrella, muy viva y reluciente. Como era tan bella, Dios decidió crear a una gran diversidad de seres vivos; para que vivieran en esa hermosa estrella, a la que llamó tierra.

El mundo comenzó a crecer rápidamente, y todo era belleza y maravilla en todos los sentidos. 

Los animales se multiplicaron dando lugar día a día a nuevas especies; los prados eran majestuosos, los valles y montes imponentes... todo marchaba en perfecta armonía.

La vegetación rodeó la tierra, hasta cubrirla en gran parte... y por doquier se podían observar árboles con exquisitos frutos y por supuesto las flores terminaban de engalanar este esplendoroso paraíso terrenal.

Así transcurrieron millones de años, cuando un buen día, sin saber de donde, unos seres extraños arribaron al planeta. Tenían grandes cabezas y ojos prominentes...de muy baja estatura, como de un metro más o menos.
Unos seres extraños vinieron, de donde no sabe nadie, tenían grandes ojos, eran muy cabezones, de cuerpos diminutos y pequeñitos, sobre un metro de altura más o menos.

Dios los pondría quizás en otro planeta, de nombre desconocido para nosotros; o tal vez provenían de otra galaxia, la cual al pasar muy cerca de nuestro planeta aprovecharon la ocasión para visitarnos...

Dios le dio el don de la inteligencia, pues era muy superdotados en este sentido... y decidieron quedarse en la Tierra... y pronto sabían todo de sus habitantes.
Estos seres guarros se tiraban a todo lo que se movía, provocando así, infinidad de deformaciones entre los seres vivos... pues nacieron animales rarísimos, con dos cabezas, y muchísimos más.

Es por ello que existen "Seres mitológicos"... esto sucedió por algún tiempo, hasta que encontraron con unas preciosas, primates, subidas en un frondoso árbol, a quienes al verles el rostro tan angelical y cuerpos exuberantes, dijeron: ¡Guau! ¡Qué hermosas y monísimas están!
Las engañaron tirando unos plátanos al suelo, y cuando fueron a recogerlos, las hicieron suyas cuantas veces les vino en gana... y con el tiempo, formaron una "amistad", muy especial con ellas... sus apegos eran divinos, por lo que juntos convivieron cientos de años.

Conforme transcurrió el tiempo, se fueron transformando en una nueva raza... mucho más parecida a la que originalmente Dios creó para este planeta, pero de inteligencia superior; puesto que los primeros habitantes carecían de entendimiento alguno, y gracias a los genes de estos seres invasores, los terrícolas obtuvieron por igual ese don.
O sea que, la inteligencia la adquirimos gracias a ellos.
"¡Ni te creas todo lo que lees, ni ignores todo lo leído... pues de aquí, lo que tú has vivido" Jajajá!
Enrique Nieto Rubio.
*Derechos reservados*

martes, 25 de febrero de 2014

..Por qué se rompe un corazón.


¿Por qué se rompe un corazón?
 Si a las dos las quiero tener;
una de ellas, insulta a la otra...
y las dos no se pueden ni ver.

¿Pero qué pasa conmigo?,
 Si yo no las quiero perder;
si conmigo han vivido,
 y compartido el querer.

¿Por qué me hacen sentir así.? 
¿Por qué me hacen llorar?
Si mi amor por las dos,
 es canto de bienestar.

Sí, me roban la alegría, 
si me quitan la ilusión...
¿Qué me queda en esta vida?,
 Si no, es desolación.

¿Por qué me hacen sufrir? 
¿Por qué me hacen penar?
Si ellas no son culpables,
 si no, quien las hace pecar.

Dos hermanas que se quieren,
 y no se pueden ni ver.
Mi corazón ya se muere,
 por este gran padecer.

Enrique Nieto Rubio, 
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen.
 Silvia Regina Cossio Cámara.

viernes, 14 de febrero de 2014

..Dos amores unidos,




Dos amores unidos,
 por vivir en una inmensa soledad;
que por las noches se encuentran,
 para poderse amar. 

Dos amores que se aman,
 en noches de tristeza y soledad; 
que nadie los despierte,
 porque soñando con su amor están.
En las noches dos amores,
 que se cruzaron por casualidad, 
van construyendo su destino...
con lazos de felicidad. 

En las noches dos amores, 
elevando plegarias al cielo van... 
para que su amor perdure en el tiempo, 
por toda la eternidad. 

Gordi con ternura le llama ella...
gordi con mucho amor;  
y gordi se desmorona;  
dichoso y con lágrimas en el corazón. 

Viven temerosos de los días; 
que parecen atropellar su sentir, 
por ello anhelan cada noche,
 para poder vivir su amor. 
Que la noche no perezca,
 para sumergirse en la oscuridad... 
y así, pueda dedicarle,
 canciones a su musa,
 del verbo amar. 

Que la noche sea imperecedera,
 y que el amanecer desaparezca; 
¡para que por siempre!


 sigan danzando, bajo la luz de la luna! 
"Que si eres tú, mi estrella...
un lucero, para ti... yo quiero ser" 
Que sin ti mi amor yo muero...
 pues, la vida carece de sentido!

Enrique Nieto Rubio, 
*Derechos Reservados*
 Dedicado a la pareja de amigos,
 más querida para mí 
<Sir Galahanth & Silvia Regina>


..Para ti mi amor.



Tú me amas ...-¿Cuánto?
¿Cómo pesar este amor?
¡No importa! ¡Si ya te amo yo!

-Ajá... sí, mi amor 
Sí, vivo solo por ti y para ti;  
por tu sentir, por tus deseos...
pero sobre todo, por tu amor...

-Ajá ... sí mi amor 

Felicidades, amor mío, 
que en este día de San Valentín,
y en los días que están por venir;
tu corazón se sienta en calma,
en paz y armonía absoluta.

-Ajá... sí, mi amor 
Mi amor por ti es insuperable, 
mis deseos son locos y románticos,
como aquella vez a tu lado ...
¿Recuerdas si?... ¿Aquella vez?

-Ajá... si mi amor. 



Cuando te visité tú lloraste tanto, 
no podías contener la emoción; 
y tan pronto llegué me besaste... 
¿Recuerdas lo feliz que fuimos? 

- Ajá... sí, mi amor. 

Te pregunté: Mi amor. ¿Por qué lloras? 
Y tu tímida, no alcanzabas a contestar. 
¿Recuerdas cuántos besos nos dimos? 
-¡Fueron tantos, que no lo sé! 

- Ajá... sí, mi amor.
Si mi niña, fueron tantos, tantos... 
que mi sentir por ti, se derramó;
nos amamos por toda tu casa.
¿Así fue verdad? ¿Recuerdas?

-Ajá... sí, mi amor 
Y ahora te siento, otra vez más; 
y desde entonces, sabía que
jamás dejaría de amarte,
sin ninguna presión y condición. 

- Ajá... sí, mi amor. 





- ¡Que! ¿Fue un sueño?
Noooo!
- ¿Entonces?
Fue real... ¿No te acuerdas?
- Sí... celebrábamos el Día de San Valentín

- Aja... sí, mi amor. 


Te amo... tanto, tanto te amo 
que mi felicidad irradia
un gran haz de luz sobre mí.

- Aja... sí amor 
Todos me dicen: 
¡Estás raro! ¿Qué te pasa? 
Es que la quiero... les digo yo. 



- Aja ... sí mi amor.

¡Sí, te quiero a morir! 
-Preguntas: ¿Como así?
¡Eso!... ¡Que te adoro!
Eres hermosa, bella, cariñosa, 
romántica y tierna siiii... 

- Ajá... sí, mi amor 





Frágil y digna, como una diosa;
bella y honesta como una virgen;
linda y dulce como una princesa;
y la más hermosa de todas las flores
juntas sobre la faz de la tierra.

- Ajá... sí, mi amor. 



¿Te acuerdas de aquella mágica noche? 
Cuando juntos mirábamos las estrellas

-Ajá... sí, mi amor 
Tú preguntaste:
-¿Cuál es aquella, la más grande y brillante?
Yo te respondí:
Eres tu mi amor, de allí has venido...
para dar vida e iluminar mi corazón,

-Ajá... sí, mi amor. 
-¿Y tú no estás?...me preguntaste. 
¡Si cielo mío... claro que estoy!
¿La dé al lado... soy yo, acaso no la ves?
Fíjate bien, es la que te guiña constantemente...

-Ajá... sí, mi amor. 

Esa noche fue inolvidable, ¿Te acuerdas? 
Estuvimos bailando, en el porche de tu casa;
y escuchando hermosas y dulces melodías;
y expresándonos infinitos te amo.

-Ajá... sí, mi amor.

Tu mamá apareció y te cuestionó: 
¿Niña a qué hora piensas ir a dormir?
Y tú volviendo suavemente el rostro, dijiste:
- ¡Sí, ya voy mamá!
 ¡solo déjame estar un rato más!
El alba despuntó, 
dando lugar a un nuevo día, 
y allí estábamos los dos:
 disfrutando nuestro amor. 
Se vislumbran los cálidos rayos del sol,
los pájaros cantaban, y tu mi cielo; 
casi derrotada, por el cansancio, 
con tu cabecita en mi hombro soñabas. 

- Ajá... sí, mi amor. 
Yo te llenaba de cariños y besos,
 sintiéndome pleno y feliz. 
-¿Cuántos besos y caricias me diste amor?
¡No sé! Un millón, o infinitos, quizás;
 porque te amo sin medida.

- Aja... sí
 mi amor... Yo también te amo,
 y te amaré siempre.



Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*