viernes, 6 de febrero de 2015

..Un sueño del ayer.de Enricostro.


Realeza de los cuentos eres...
una princesa de corazones, 
que destrozando tus quereles,
 inundas mil corazones. 

De sufrimiento eres reina,
 en llantos divinidad del sol; 
en amores desbocados,
 tú eres la diosa de mi amor.


Si te busco no te encuentro,
 
si te siento me haces sufrir; 
vas abriendo mil heridas,
 
y aun así... nadie vive sin ti. 

De promesas estás viviendo,
 
más te ahogas en tu dolor... 
te amordazaron tus sentimientos, 
 y te robaron la ilusión. 


Por respetar a una sombra,
 un día...me dijiste tú que no;  
hoy la sombra lo inunda todo, 
lo más hondo de mi corazón. 

Amordazados todos vivimos,
 quizás temiendo algo peor; 
tú viviendo en una nube...
yo tu llanto de expresión.
 
Pues así se firman las lluvias, 
que calan dentro de mi corazón. 

Más te busco y no quiero encontrarte, 
me desespero y voy... por otra parte;
 pues un áurea yo tenía,
 
que pusisteis en mí. 
Hoy por hoy, nada siento vida mía; 
se me perdió la ilusión, 
mi luz se fue apagando, 
porque tú me robasteis la pasión. 

Tú me cerraste las puertas, 
para que yo no pudiera entrar; 
por respetar a un fantasma,
 a 
quien no le abres tu soñar. 

Desde entonces vives en tinieblas, 
y vives muy lejos de mí;  
así los dos encerraditos estamos,
sin siquiera un sentir. 


En paloma voladora y libre,
 
siempre te quise convertir; 
más tú, renegaste de todo;  
por un no sé qué de un sentir. 

Ahora ambos vivimos solos...
con los recuerdos del ayer; 

infelices y suspirando por un sueño,
 
que jamás podrá ser. 


Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados. 
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Camara.

miércoles, 4 de febrero de 2015

..Bella eres tú mi linda primavera de Enricostro



Hermosa eres tú,
 mi adorada flor de primavera. 
Hoy, por fin, te vi,
 y de tu belleza yo me enamoré, 
esperando verte sonreír,
 y tu rostro resplandecer. 

Cautivo he quedado,
 de tu majestuosa belleza... 
Todo el día te he cantado, 
para hacerte sonreír. 

Mientras tú susurrabas,
 con tu aroma de pasión, 
y yo besando tu corazón,
 ilusionado por tenerte. 

Un gran rey yo me sentí,
 pues mi princesa tú eras, 
y me hacías muy feliz,
 con tu sola aparición. 
Más a la mañana siguiente,
 te marchaste de mí;  
como te mueres tú de pena...
si ayer te vi sonreír. 

Solo un día me has regalado,
 para que yo sea feliz... 
diciéndome que el próximo año,
 volverás a sonreír. 

¡Todo un año, vida mía!...
Por un solo día de amor. 
Qué tristeza siento,
 pues vacía se quedó mi planta; 
con puntas erguidas,
 de pronto se me marchitó. 
 
En la naturaleza, su belleza,
 solo 24 horas tarda; 
pues mi hermosa flor,
 nace y muere en un solo día... 
porque tristemente,
 no quiere ver otro amanecer. 

¡Besos, hermosa flor! 
te esperaré el próximo año! 



El nombre de mi planta es
 Rose of Sharon, la cual es una 
mata floral caducifolia,
 originaria de Asia;
 abarcan  diferentes tonalidades,
desde el blanco, rojo, rosa o violeta, 
con otro color en el centro,
 y sus flores viven solo un día. 

Nombre en Latín: Hibiscus syriacus.
Enrique Nieto Rubio.
derechos reservados de autor.
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cosio Camara.



jueves, 29 de enero de 2015

..Cuando fuimos a la playa.de Enricostro.



Cuando fuimos a la playa.
Amor purito nos prometimos,
en aquel bello atardecer.

Cuando los dos enamorados,
ilusionados nos besábamos dulcemente.
Luego paseábamos por las calles,
e íbamos siempre abrazados los dos…

¡Cuánto sentimiento, amiga!..
¡Cuánta dicha y amor nos embargaba!
Tu bella siempre,
con tu hermoso cabello rizado,
jugueteando con el viento…
El que a su vez acariciaba mi rostro.
Así todas las tardes, hasta el anochecer.

Un día, subimos al hotel...
Tú, deseosa de mí, y yo frenético por tenerte.
¡Qué noche tan maravillosa!
pasamos haciendo el amor, una y otra vez...

tal parecía que no era suficiente,
¡como si el mundo se nos fuese a terminar!
Recuerdo cielo, esa vez…

Cuando los rayos del sol entraron por la ventana;
aún liados nos encontrábamos en la alcoba,
cuando tu amor mío, me dijiste:

¡Tengo hambre! ¡Siento que desfalleceré!
Eso desató un llanto de risas en los dos,
que al final las lágrimas rodaban,
por nuestros rostros y por las blancas sábanas.

Ese tiempo fue maravilloso,
pues amándonos estuvimos,
el lapso de dos semanas.

¡Cuánta felicidad, amada mía!
Todo fue como en un sueño,
mágico y de fantasía.
Cuando regresamos,
 al domingo siguiente;
decidimos dirigirnos al ayuntamiento,
para pedirle al alcalde,
que uniera nuestras,
 vidas para siempre...
 ¡Fue magnífico!

Después, ambos muy felices,
salimos del ayuntamiento,
y dulcemente me susurraste:
Soy infinitamente feliz…
Ahora vete y espérame en la playa...
que no tardo nada

Emocionado me dirigí hacia el lugar indicado...
más con el paso del tiempo,
tú no aparecías;

me senté a la orilla del mar,
con mis pies cansados en el agua...
Diez años han transcurrido,
y estuve día tras día, esperándote.
Más jamás llegaste;

y no puedo dejar de preguntarme:
¿Qué fue lo que sucedió ese día, mi amor?
Desde que de mí te fuiste,
las noches pasan y se vuelven,
en nuevos amaneceres...

pero para mí siempre, todo mi mundo es gris...
se murió el sol, los colores no existen...
y hasta el agua del mar se ha secado.
. Convirtiéndose en una playa de arena gris.

¡Sí! Arena inclementemente sofocadora,
y abrasadora, que marchitó mi cuerpo.
Hoy en que anciano me encuentro,
sin fuerzas y con pocas... muy pocas lágrimas.

Visitó de vez en cuando nuestra playa;
la cual se encuentra vacía, triste y amarga...
cargada solo de recuerdos ingratos,
y de pena... ¡Qué paso, cariño mío, que paso!
Enrique Nieto Rubio.
*Derechos Reservados*

Cerca de aquella playa, un garito que llevaba muchos años cerrado, lo están limpiando para venderlo, y entre la basura ha salido un diario viejo, y en su portada salía de aquellos tiempos. Una chica atropellada al cruzar la calle,
 falleciendo en el mismo instante... fin.
Enrique Nieto Rubio.
derechos de autor.
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Camara.

lunes, 19 de enero de 2015

..La rana del cuento. solo para mayores.



Pepito paseaba un día, cerca de la orilla de un río; cuando de pronto... del agua algo saltó, introduciéndose, en el bolsillo de su chaqueta; más el chico de esto, no se percató.

Pepito, al llegar a casa, a la cocina, se dirigió, para prepararse su merienda; acto seguido al comedor se encaminó, y cuando estaba disponiéndose a degustar su rico emparedado, una rana atrevida encima de la mesa saltó.
El chico se llevó un inmenso susto ante su desagradable presencia, y gritó:
¡Qué asco! ¡Eres una rana!


La rana, mirándolo fijamente muy enojada, replicó:
¡Oye tú, más respeto, por favor! ¡Qué famosa soy, pues te encuentras frente a la rana del cuento!
-¡Uyyy! Pues para ser de cuento, tienes muy mal genio.
¿Sabes? Si tú me dieras un beso en los labios, en una hermosa mujer me convertiré.
-Auch! ¿En los labios? ¡Ni lo sueñes... qué asco!
La ranita volvió a preguntar: ¿Bueno quieres o no?


Pepito se sentó en la mesa... expresando que el desagrado, por ella, era tan grande; que hasta el apetito había perdido. ¡Luego exclamó!:
-Uffff! Disculpa... pero en los labios,
¿El beso que me pides, podría dártelo en la mejilla?
*¡Venga y no seas miedica! Qué cosas más desagradables hay en el mundo; que se deben de hacer... cuando algo deseamos obtener.

Pepito determinado expresó:
-¡Bueno... vale, que lo haré!
El chico incapaz de poder ocultar, la expresión de repulsión de su rostro, por semejante acción... Cerró los ojos y lentamente un beso le dio...


Y tal cual la rana predijo, en una hermosa mujer se convirtió; quien, plácidamente y sin prenda alguna, sobre la mesa reposaba.


Pepito, quien jamás imaginó que se llevaría semejante sorpresa, aunado al hecho que no esperaba contemplar el cuerpo desnudo de la chica; impresionado hacia atrás, se balanceó.


Fue tan mala su suerte, que de súbito cayó de espaldas, golpeándose fuertemente su cabeza; contra la esquina de la chimenea... y en el acto murió.

Y la chica, en ese mismo instante... en rana, de nuevo se convirtió. La pobre rana contrariada trató de ayudar a Pepito... pero este no volvió a respirar.


La ranita se lamentaba:
-¡Vaya! ¡Qué mala suerte tengo! ¡Estoy harta del agua, pero de nuevo... al río tendré que volver!

Desilusionada, por la ventana salió... y dando grandes brincos se marchó. Para llegar al arroyo, necesitaba atravesar la carretera principal; por lo que debía ser precavida, so pena de morir aplastada.


Cuando creyó que era el momento oportuno para cruzar, se impulsó dando un fuerte salto... sin embargo; sus cálculos fallaron... pues ingresó por la ventanilla de un auto, y dentro de un coche fue a parar.

Cuando el vehículo llegó a su destino, en su cochera aparcó. La rana presurosa saltó, antes de que la puerta del coche se cerrará... y junto al conductor, y sin que este se diera cuenta, a la casa ingresó.
La ranita saltó y saltó, hasta llegar a lo que parecía ser el salón principal; luego encontró unas escaleras y ella subió, encontrando de nuevo al conductor.




-¡Eyyy! ¡Oye... tú!

El hombre quien no ubicaba, de donde procedía la voz... preguntó:
¿Quién es?
-¡Soy yo, la rana! ¡¿No me ves en la cama?
¡Ahhh! Ahora te veo... en efecto eres una rana, y también puedes hablar.
-¡Sí, soy la rana del cuento! Si tú me das un beso en los labios, me convertiré en mujer.
¿Ahh si? Pues si es como dices, ven para que te bese, pues muy solo me encuentro.

El hombre, sin dudarlo, la besó, y acto seguido tendida sobre la cama; una hermosa mujer desnuda, ante él apareció.


El hombre que no era de buen corazón, carente de escrúpulos, al verla... le dijo:¡Ven para acá, que de ahora en adelante serás mía, y haré contigo lo que me venga en gana!

La pobre infeliz, al ver que el hombre era un bruto y que la destrozaría, salió despavorida corriendo; gritando que prefería continuar su vida como una rana, a tener que soportar a un "hombre"; que no sabía respetar a una mujer.

El hombre la persiguió, pero ella logró escapar por la puerta trasera; más al llegar al jardín.


La ranita inconsolable lloraba, y se lamentaba:
¡Qué mala suerte tengo! Jamás encontraré, al hombre indicado; pues cada vez que... ante ellos me presento, no demuestran interés en conocerme, y me faltan al respeto de forma vil.

Pasados unos minutos, y repuesta del susto que se llevó, comenzó a saltar explorando los alrededores.


La suerte de la desdichada rana, ese día, no estaba del todo en su contra, puesto que el sol era abrumador y encontró un hermoso parque, y en su fuente a gusto se bañó.

Cuando se disponía a salir del agua, observó a un chico, quien se encontraba sentado en una banca. Él parecía estar muy triste...
Como ella era de muy buen corazón, no pudo evitar dar un brinco sobre la rama de un pequeño arbusto; y acercándose a él se dirigió:
-¡Hola! ¿Cómo te llamas?
La rana tuvo que llamar su atención, en varias oportunidades; pues, él se encontraba absorto, en sus pensamientos...
.

-Bueno, yo soy una rana. ¿No me ves?


El chico de nueva cuenta, cabizbajo y sin observar de quién se trataba, solamente dijo:
¡Ahhh! Bien por ti!
-¿Por qué me dices eso? ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás tan triste?
¡Es que mi novia, a quien con tanto respeto y amor, por año!
s he brindado; hoy me ha llamado, para decirme que nuestra relación ha terminado.
-Lamento mucho lo que te sucede... externó la ranita.

En ese momento el chico se percató, de que no había ninguna persona cerca de él; así que volviendo su mirada... a nadie encontró.


La ranita, de nueva cuenta, llamó su atención, y cuando él por fin la descubrió, expresó:
¡Ohhh! ¡De verdad, eres una rana, y además puedes hablar!
-¡Sí... soy la rana del cuento! Y si me besas, en los labios, en mujer, me convertiré.
Ahhh ¿Sí? Pensé que eso, solamente sucedía en los cuentos de fantasía.
-¿Sabes? Eso piensan muchos... pero la verdad es que, en mi caso, es una realidad.
¿Entonces si te doy un beso, te convertirías en mujer?
-¡Sí! Pero aquí no podemos, porque cuando me transformo, aparezco desnuda.

El chico, después de reflexionar por un momento, le preguntó:
¿Qué sucederá después de besarte?
-Si me das un beso, tendrías que casarte conmigo, y jamás podrías serme infiel; pues si lo haces terminarás convirtiéndote en rana también.



El joven volvió a quedar en silencio, por lo que la rana insistente, preguntó:
Dime... ¿Lo harías?

Estuardo se quedó observándola por breves segundos, y luego exclamó:
¡Pero con esa bocota tan grande que tienes... y esa piel tan rugosa, no creo que seas muy guapa! jájájá!
La ranita, algo molesta, porque era algo vanidosa, respondió:
-¡Tienes razón...no soy la más guapa! Pero sin duda alguna, soy la más hermosa de las mujeres; ya verás que te sorprenderás.

Estuardo en ese momento, le pidió que no había razón para que se enfadara, pues la pregunta acerca de su belleza, había sido en broma; pues para él, lo único valioso de una mujer, es que fuese una persona poseedora de grandes virtudes.

La ranita, al escuchar al chico, se sintió más que feliz y presurosa, le dijo:
-Sé que no es correcto vanagloriarse a una misma; pero segura estoy que cumpliré con los requisitos, que aspiras en una mujer, así pues... ¿Qué estamos esperando?
¡No perdamos más el tiempo, que ansío pronto puedas conocerme!

El chico divertido sonrió, y aceptó la proposición de la ranita... extendió delicadamente la mano para alzarla; más ella de un brinco a uno de sus dedos se sujetó.

Durante su recorrido, Estuardo, para sus adentros, pensaba, que todo lo que estaba sucediendo, era tan solo un sueño; caso contrario... estaría en grandes problemas; pues seguramente el rompimiento con su novia, le estaba causando alucinaciones.

Pasados quince minutos, Estuardo ingresó en un amplio terreno, y con la luz de la luna se podía observar amplios jardines, exquisitamente diseñados...

Todo el trayecto del camino, estaba bordeado de grandes y frondosos árboles... y a lo lejos se divisaba una casa espectacular.



Ahora quien creía estar soñando era la ranita; pues aparentemente el chico, aparte de bien parecido, era un hombre inteligente, y muy trabajador.
Tan pronto llegaron a casa, Estuardo subió directo a su habitación, y la cubrió con una sábana.
Luego le dijo:

¡Bueno, ranita... asoma el piquito, que te daré el beso que tanto ansías! jájájá!
-Puedes reír o burlarte, de mí, cuánto desees, más te prometo que serás tú, quién después de conocerme... ¡Loquito por mí estarás!

Estuardo sonriendo nuevamente, se acercó a la rana, y un dulce beso en sus labios estampo.

Para su sorpresa, en el acto una hermosa jovencita arropada en medio de sábanas, como por arte de magia, frente a sus ojos apareció.

Esa noche la pasaron en vela; compartieron una cena deliciosa, conversaron y bailaron hasta el amanecer.
Estuardo demostró respeto por la joven en todo momento; cuando decidieron retirarse a descansar, él la condujo a una alcoba, en la cual ella tuviese completa privacidad.

Luego de que ambos descansaron; el chico la llevó de compras, para adquirir todo lo que la joven necesitaba, para iniciar con su nueva vida.

Estuardo cada día, se sentía mucho más atraído por la chica; así que decidió saldrían de vacaciones, y así contar con el tiempo necesario, para conocerse mejor.

Como la pareja de enamorados, compartían los mismos principios y valores, aunado al hecho que ambos gustaban del deporte, bailar, acampar, et. él... terminaron profundamente enamorados.

Bastaron unos pocos meses de convivencia, para que Estuardo sorprendiera a la chiquilla, con una cena romántica; la cual hizo preparar en un íntimo restaurante, cerquita del parque, donde se conocieron... propuesta que la joven, felizmente aceptó.

Isabela, que era el nombre de la joven, jamás a su amado le confesó, el motivo por el cual... ella había recibido el castigo de ser una rana... Más él, como todo un caballero y por delicadeza, nunca se lo cuestionó. Además, al chico poco le importaba, su pasado.
No obstante, siempre tuvo presente la advertencia de su amada Isabela; en cuanto a que, el engaño o traición...es un error que, muchas veces, nos conlleva vivir y afrontar consecuencias dolorosas. En el caso específico de nuestro amigo Estuardo, hubiese sido convertirse en el próximo. ¡"Sapo del cuento!




Colorín, colorado... este cuento ha terminado; porque como acontece en toda bella historia de amor; el drama de la ranita ha terminado; pues los chicos se casaron, tuvieron hijos hermosos; y fueron felices para siempre.

-Fin-



Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Camara.