martes, 5 de mayo de 2015

..Quiero pasear contigo. de Enricostro.


Quiero pasear contigo,
 por la orilla del mar,
Para decirte al oído,
 lo mucho que puedo amar. 

Y entre tanto abrasados, 
por ese largo caminar,
y recitarte cuatro versos,
 en una puerta estelar. 

Y besarnos en las sombras,
 de ese nuevo atardecer,
y que llegue la noche,
 para poderte tener.

Y que vivamos los dos juntos,
una noche de placer, 
y que cuando amanezca el día, 
juntos veamos el amanecer. 
¡Y que nunca nos separemos!
 para empezar otra vez!


Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen    
Silvia Regina Cossio Cámara.

sábado, 2 de mayo de 2015

..En el patio de mi casa. de Enricostro.




Hoy el patio de mi casa,
 se luce de forma particular; 
con matices y olores,
 de rosas margaritas y demás... 
Bellos geranios por montera,
 gitanillas al montón; 
ese aroma a primavera,
 que engrandece el corazón. 
Relucientes colores.
 que provocan la pasión,
 todos van... por las calles de mi Córdoba,
 con cariño y con amor.
Todos caminan con alegría,
 y los extranjeros con honor;
resplandece mi Andalucía,
 con cantares y con fervor. 
Que todo el mundo le cante,
 por mi barrio de la judería; 
que emanando va su aroma, 
de esta primavera mía.
Que nadie se sorprenda, 
que su gente es la mejor,
con una copa de manzanilla,
 te alegrarán el corazón.
Con esas tapitas tan exquisitas,
 y ese vino de montilla, 
qué gustoso se degusta,
 hoy mañana y todos los días.
Esto es mi bien amada Andalucía,
 tierra de mi querer;
como ella no hay otra,
 presumiendo todos sus porqués.
Así Córdoba lo demuestra,
 cuna del sutil erotismo, 
que se canta y festeja,
 donde desees, en hermandad... 
pues aquí es donde debió comenzar,
 el paraíso terrenal. 
Y si alguien duda lo antes descrito...
Os exhorto a conocerla.
Porque benditos somos, 
en vivir en paz, amor y libertad. 
Esto... en nuestra ciudad...
¡Nadie lo puede negar! 
Enrique Nieto Rubio. 
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Cámara.

miércoles, 22 de abril de 2015

..Sigo llamando a su puerta. de Enricostro





Sigo llamando a su puerta, 
a la puerta de mi sentir,
pero ella no me quiere,
 o quizás ya no se fía de mí.

Con premura le suplico, 
que por favor me dé otro sentir,
pues por su amor voy muriendo, 
más no me quiere ni oír. 


Sigo implorando sus besos,
 y sus labios no me quieren besar, 
y mi boca poco a poco va muriendo,
 secándose en soledad, 

más yo por ella me muero,
 esperando que me vuelva a mirar, 
sigo esperando sus caricias,
 para que rompan mi sentir, 
pues ella llenaba mi vida de alegrías, 
con sabor a frenesí. 


Más hoy me muero vida mía,
 pues tú no me quieres sentir. 

Sigo llamando a esa piel,
 tersa e inmaculada,
 a tu cuerpo de mujer...
que abrazado junto al mío,
con este amor desesperado;  
que al fundirse en un solo,
 gozábamos como dos enamorados. 


Sigo llamando a tu amor,
 desde mi amor atormentado; 
que con el mío tan solo,
 únicamente me queda la desventura
de ser un desgraciado. 

Me pregunto: ¿Amor?
 por qué no estás
 más a mi lado?...

¿Dónde estás? No puedes permitir 
que nuestro amor muera,
 de forma tan absurda
y los sueños ya olvidados. 


Que renazca la pasión,
 y que reluzca tan fuerte,
 como una estrella;
y así con tu mágico encanto,
 feliz me guíes hasta tu vera. 


Enrique Nieto Rubio 
*Derechos de Autor* 
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Cámara.


Si alguien quiere saber, 
de qué color es la pena;  
que de otra persona 
se enamore...
 
y que él o ella, 
no le quiera. 

domingo, 19 de abril de 2015

..Dicen Aleluya.



Dicen Aleluya,
 cuando Nuestro Señor,
 Jesucristo Crucificado,

murió y al tercer día resucitó, 
más no fue encontrado. ¡Aleluya!

Huyó con María Magdalena,
 a los valles de Francia. ¡Aleluya! 

Más con Él llevaba el cáliz divino,
 de Dios Todopoderoso. ¡Aleluya! 


En aquellos valles de Francia,
 mientras Jesús se curaba de sus heridas, 

debajo de unos olivos le dijo: Dios, 
Jesús, Hijo mío, no pasarás más penas...

Tomarás tu bella familia entre ellos,
 y seguirás predicando los evangelios;

pero solo en mi casa,
 cubierto de bellos matices,
 honrarás la palabra de Dios.



Jesús así lo hizo,
 se puso infinidades de veces,
 en contacto con sus apóstoles,

y desde entonces Jesús está,
 en cada iglesia, en cada catedral...

en los templos, en los Monasterios,
 y en el corazón de todo sus hijos.


El vestido del santo obispo o de Cardenal,
 se pasa cientos de años,

regocijándose entre los fieles,
 y lamentándose de las desgracias, 

quizás sea el Papá de hoy...
pues quién sabe si habita en él.


Porque dicen, que visita los hospitales,
 a todos los enfermos y que incluso, 

visita las prisiones para consolar,
 sin resquemores a todos los presos;

otros dicen que visita los colegios,
 y que lo han visto, en aldeas de África.


Pues Dios Todopoderoso,
 le dio la inmortalidad, 
para toda la eternidad. ¡Aleluya!


Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
 Silvia Regina Cossio Cámara.