Amado cuñado: Solo hasta hoy me atrevo a llamarte amado y el motivo por el que lo hago es porque para cuando leas esta carta, yo estaré en un tren con rumbo hacia una nueva vida, lejos de la tiranía de tu hermano y del sentimiento que ha nacido en mi corazón hacia ti y que debo asesinar antes de que crezca hasta el punto que ya no lo pueda controlar y así evitar una tragedia mayor.
Desde el día que viniste a vivir con nosotros para empezar tus estudios universitarios, pude notar la diferencia enorme que hay entre tú y tu hermano. Bastó con ver la dedicación con la que cuidas el jardín, cantándole a las flores y mimándolas para que sus colores permanecieran alegrándonos durante mucho tiempo. Mientras tu hermano solo pensaba en tomar cerveza y ver los partidos de fútbol en la tele con sus amigos.
Eras tú y nadie más el que me acompañaba en esas dolorosas noches de soledad después de que tu hermano, pasado de tragos, increpaba contra mi integridad física y moral. ¡Ah! Como olvidar tus cuidados, tus palabras de aliento, tu presencia incondicional y tus impulsos de defenderme que yo detenía constantemente para no hacerte parte de mi conflicto.
Un par de veces te descubrí espiándome en la ducha, otro par mientras tendía sábanas en el patio y aunque siempre supe que estabas ahí, con tu curiosa inocencia, siempre me hacía la indiferente porque me gustaba que me observaras. También sé que llorabas pegado a la pared de la habitación contigua cuando escuchabas los sonidos de una pasión fingida que le brindaba a tu hermano, mientras mi cuerpo pensaba era en ti y mi alma sollozaba junto a tus ojos humedecidos por los celos.
Es irónico pensar que mientras el amor por tu hermano se iba extinguiendo en mi alma, el amor por ti fue creciendo cada vez más y más, hasta el punto de desear estar contigo en cada instante, porque eras tú el que me llenaba de vida y de motivación para seguir adelante aunque solo fueras un chiquillo diez años menor que yo.
Ayer decidí seguir tu concejo, o por lo menos parte de él: alejarme de una vez por todas de tu hermano y la vida miserable que me proporcionaba, y aunque no escapé contigo a donde nuestro amor nos llenara de felicidad la existencia, te agradezco por darme el valor que necesitaba para cerrar una triste etapa de mi vida y comenzar de nuevo en otra ciudad.
Me despido de ti, con una lágrima en la mejilla, un beso sobre el retrato que hay en el anaquel y un te amo que nunca tuve el valor de decirte mirándote a los ojos...
FIRMA: ALEJANDRA HADA SOÑADORA
Mi querida cuñada siempre dije que dejaras a mi hermano, pues tú eres demasiado grande para él y ya vez ni tú eras feliz, ni él te quería, pero cuñada bien sabes que me moría por ti.
Siempre estaba contigo por tu aroma tu cariño hacia mí y eso me hacía grande, bien sabes el dolor que me provocaba verte una lágrima, aunque siempre te volvía, para que no la viera y yo me moría por cogerla, pues esa lágrima la deseaba a morir, te has marchado y ahora que será de mí, pues tus hermosas rosas que con cariño cultivaba para sacarte una sonrisa, qué bellas estabas, solo mirar tus ojos me moría por estar ahí, me dices que te espiaba si lo hacía, día y noche, retorciéndome en mi habitación, cuando el bruto de mi hermano te pegaba, que ganas de darle me daba, pero como hacerlo, discutí muchas veces por ti y nunca me hizo caso.
Hoy cuando te has marchado he vuelto a pelear, él me echa la culpa de todo y he marchado para no volver, pues esto sin ti no es nada, recuerdo un mañana que entre al baño hacer un pis y tú estabas en la ducha, te dije perdón no me di cuenta, y tú a través de la mampara dijiste:
¿no pasa nada termina?, qué deseos de tocarte me daba, tu silueta a través de la mampara, qué cuerpo más hermoso digno de una diosa de veras y esa rajita del postigo que no cerraba muy bien, vi todo tu hermoso cuerpo, que deseos que pasión despertaste en mí, al volverte te vi toda de frente y me puse tan nervioso, que salí tan ligero que me di un cabezazo con el quicio de la puerta, y me hice un chichón te acuerdas.
Después saliste tú con la toalla alrededor de tu cuerpo y me miraste el chichón y me distes un beso en la frente, tus pechos casi se salían de la toalla, rozándome con ellos y ese olor de diosa me volvió loco de veras ja, ja, ja ahora me rio, pero con tu beso ni me dolió desde entonces te me grabaste en mi mente, y soñaba contigo a cada instante, deseaba con locura que mi hermano no estuviera allí nunca y que tú fueras mía, pues cuando se marchaba me pegaba tanto a ti y tú te reías, cuanta complicidad entre nosotros, pero nunca llegamos a más y lo deseaba te lo juro, en ese instante entro mi hermano por la puerta y tú te metiste en él bañó otra vez.
Mi hermano me dijo
¿pero qué te ha pasado?
¡nada que he tropezado en el jardín y me he dado contra la pared!
¿joder lo que te has hecho?
¡si verdad!
Así que cuñada no me olvides, quisiera estar contigo y espero y deseo que pidas la separación, y cuenta conmigo que sabes lo mucho que te quiero, y quiero estar contigo, para siempre, besos cuñada mándame las señas, si lo deseas y me iré contigo, te amo lo sabes.
FIRMA: ENRIQUE NIETO
CARTA A UN AMOR IMPOSIBLE * DE ALEJANDRA HADA SOÑADORA -*RESPONDE ENRIQUE NIETO
Publicado por ♥Ąhavã♥administradora el noviembre 30, 2014 a las 2:53 am en LAS CARTAS LOCAS DEL CASTILLO MÁGICO Volver a LAS CARTAS LOCAS DEL CASTILLO MÁGICO Discusiones
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