jueves, 25 de mayo de 2017

..Dicen que cuando morimos de Enricostro.

Dicen que cuando morimos…
solemos reencarnar en otra vida, 
no comparto esta creencia... 

Pero en caso de que certero fuera… 
y puesto que, mi contrato amoroso expira, 
después de la muerte, 
espero tener relaciones contigo, 
en el caso en que yo me muera.


Tener contigo quiero, 
un romance entre tinieblas… 
Caminar juntos, 
por ese mundo desolador,
 que, entre tú y yo,
 le damos vida y alegría. 

Gustaría tomarte de la mano,
 y sentir tu cuerpo en el frío del alba; 
sentir tus labios nacarados,
 deseosos de un beso, posar en los míos.
Pasear en medio de azucenas y gladiolos,
 como abejas enamoradas;
sentir en mi cuerpo desnudo,
 el aroma y el roce de tu cabello. 

Y poder viajar en las nubes de algodón;
 revolcándonos entre ellas, 
provocando álgidas tormentas de pasión,
 con tu cuerpo desnudo.
Que aunque el Dios Zeus se moleste,
 porque insana envidia le daría, 
no podría de ese paraíso expulsarnos…


 Pues esa sería nuestra vida. 
Gozaríamos del más allá,
como nunca antes en esta tierra;  
provocando en este sin fin,
 y glorioso edén; 
placeres del verbo amar.

 Donde alma alguna, no ha expresado,
 que será eterno, pero si así lo fuera… 
desearía quedarme para siempre,
 muy junto a ti y a tu bendita vera. 

Hoy sufro...
 ¡Tonto fui en aquella mañana!
 cuando triste estabas, 
y harta de tanta presión, me dijiste,
 qué estresada te encontrabas.
¡y querías marchar!,
 y para no ser un cretino,
 mi bendición te di,
desde entonces marchaste,
 sin decirme un adiós,
 y sin mirar atrás. 

Lo tuve bien merecido...
 ¡Ese tonto era yo!
 Más estoy arrepentido, 
por renunciar a tu amor...

más hoy deseo encontrar,
 el mágico camino… 
¡En donde nada te perturbe!
y que tú y yo, seamos solo los dos! 

Enrique Nieto Rubio 
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Cámara.

miércoles, 17 de mayo de 2017

..Déjame quererte un poco de Enricostro.

 

Déjame quererte un poco, 
un poquito nada más… 
que me iluminen tus besos, 
esos besos que sueles dar.


Déjame sentir tus labios,
esos labios de caramelo,
que quiero endulzar mi sentir,
y creerme en esos cielos.

Déjame sentir tu aroma,
ese aroma de mujer…
despertarme en tu vientre,
ese vientre de placer.
Rózame con tu cariño,
hazme de nuevo mujer
ese hombre, casi un niño,
que muera por tu querer.
Nunca dejes de mirarme,
pues sin ti yo no soy nada,
una sombra en el camino,
que ni cobija o sirve de nada.
Dile a nuestro Diosito del cielo,
que nos dé una oportunidad,
si no es en la presente vida…
en la otra, que yo sabré esperar.
Siénteme mujer muy cerquita,
pero cerquita y junto a ti…
que mis ojos puedan verte,
y escucharte siempre muy feliz.
Que si mucho daño te hice,
mucho más daño me hice yo,
después de amarte tanto…
y luego perderte por amor.
Que hay cosas que se escapan,
y que el corazón no entiende.
Déjame quererte un poco más,
solo un poco amor… ¡por favor!
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de Autor.
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Casará.

domingo, 14 de mayo de 2017

..A través de ti de Enricostro.


A través de ti, mi buen amigo... 
imposible se me hace, 
no acordarme de ella. 

Una hermosa dama,
 entre miles de estrellas, 
cariñosa en amores, 
seductora en pasiones.


Solo a través de ti,
 y de tus poemas, que son...
armoniosas notas de música,
 en mis sentires.

Palabras que no siendo mías, 
las hago propias;
pues tu sentir es el mío,
 y tú morir también lo es.


Que si sufres por ella...
 yo la deseo mucho más,
y si mueres por ella;
 yo deseo hacerla solo mía.

Si tú pecas por su amor,
 Yo rompería el pecado;
ensimismado en un mar,
 de inconfesable pasión.
A través de ti,
 sus pensamientos los hago míos,
sus suspiros los inhalo,
 profundo en mis sentires.

De esas lágrimas, 
que por tristeza de ella brotan...
las bebería, convirtiéndolas,
 en sutil vino sagrado.
A través de ti,
 mis pensamientos, los hago suyos,
y mi respirar, 
se hace aún más grande,
 en su sentir.

¡Sí! A través de ti,
 que aún consciente de que la amas,
y que tanto la veneras;
 en diamante, ella se convierte.
¡Amigo, el amor y pasión! 
que por ella vivo,
 ¡es a través de ti.!

Y no serán solo tus pensamientos,
 los que ella contendrá...
pues sin ti ella no es feliz, 
pero sin mí, tú tampoco estarás.
¡Somos uno solo... aunque sé!
 que solamente a través de ti! Amigo. SIR.


Enrique Nieto Rubio
Derechos Reservados
Colabora en imagen.
 Silvia Regina Cossio Cámara.

lunes, 13 de febrero de 2017

..Carina La muerte enamorada. (Relatos)

Carina, una chica de veinte años en la mañana del día uno abril 2017, ha sufrido un lamentable accidente de coche... mientras iba conduciendo por un paraje en Cazorla.

La han encontrado casi moribunda dentro de su coche, el cual quedó completamente destrozado.

La han llevado al hospital, pero la Santa Muerte, que es muy caprichosa, ha aparecido al tercer día de su ingreso.

Se está muriendo, después de amputarle una pierna, ya la gangrena, que le ha subido al cuerpo.

La muerte al verla se ha enamorado de ella, y con su uña larga la ha tocado. Ella ha abierto los ojos.

Y la muerte le ha dicho:
¡¡Ya te estás muriendo, ven sal de tu cuerpo y mírate.!!

Ella ha salido flotando y se ha mirado toda destrozada y negra, por la infección.

Ella se ha aterrado de como se ha visto.

La muerte le ha dicho:
¡Me he enamorado de ti, locamente!

Te propongo sanarte y que te vengas conmigo, para siempre... en esta vida, o llevarte a las tinieblas para los restos de tu muerte.


Ella ha respondido:
¡¡Me iré contigo, pues no quiero morir.!!

Ella en este momento se acordó de aquel cuento de la bella y la bestia ¡Pues peor es morir!

La muerte la hizo retroceder cuatro días, horas antes de estrellarse, y cuando iba a entrar en su coche, le ha dicho:
¡¡Vayámonos!!

La muerte la tomó en brazos y volando se la llevó a un tremendo palacio.

Allí le hablaba de amor, de lo mucho que la quería; pero como cualquier mujer que no conoce a un hombre... ella le rechazaba. 

No obstante, la muerte fue paciente y no la atosigaba, diciéndole siempre: 
¡¡No tengas prisa, come y duerme, mañana nos veremos!!

Así fue, al día siguiente la muerte bajó de su aposento, y la saludó cariñosamente a la vez que su rostro iba cambiando.

Se estaba transformando, en un guapo hombre.

Ha pasado una semana, y la muerte ha descuidado su trabajo, pues solo está para ella.

El mundo ha sufrido un gran caos.

Nadie muere desde más de una semana. Los hospitales están saturados de personas, enfermas y heridas de muerte que no mueren. Se agotan las medicinas, en todo el mundo.

Las guerras están costando miles de millones, en balas bombas y demás, pues nadie muere.

Las personas de las ciudades de clase baja y media, se dedican a robar de todo... en las grandes y chicas superficies.

La policía de todos los países, tienen orden de tirar a matar.

Esto acarrea cientos de heridos, de graves personas heridas por balas, que en los hospitales ya no pueden socorrer.

La seguridad social se hunde en su economía.

Las residencias de ancianos están abarrotadas, y no tienen medicamentos, así que muchos están sufriendo una muerte lenta y sin poder morir.

Se hunden las economías alrededor del mundo y la bolsa se desploma. Miles de conflictos en las calles, y más heridos todavía.

El padre y jefe de la muerte, ha dicho:
¿Qué está pasando?


Ha buscado a su hijo en su palacio...
¿Hijo que está pasando, por qué no muere nadie?
¡¡Padre me he enamorado!!
¿Pero de quién? ¡Tú no puedes enamorarte de un humano!
¡¡La quiero padre!!

En ese momento la muerte extendió su brazo, abriendo las puertas del cobertizo, y allí estaba esa hermosa muchacha.

El padre la miró y no dijo nada, solo agregó:
¡No te preocupes, yo me encargo de todo!

Así el padre se marchó y para que esto no volviera a pasar, buscó un asesino de la guerra nazi, el peor de todos. Lo levantó de su tumba y le dijo:
¡Tú serás la muerte, pero no te daré ojos, así no podrás ver a nadie en esta vida de los hombres!

¡Y ahora sal fuera, y arregla este desbarajuste!
¡¡Sí, amo... como vos mandéis!!

Así la muerte se fue apareciendo, por todos los hospitales, dando muerte a cuantos les tocaba; en las guerras hizo lo mismo, se paseó por las residencias de ancianos, acabando casi con todos.

Aquí se pasó un montón, y en las calles morían a cientos... a manos de policías de todos los países.

La bolsa se restableció y de pronto el mundo entero comenzó a relajarse.

Pero esta nueva muerte tenía ganas de más sangre, y se dirigió al palacio de su amo, para darle muerte a la chica.

El hijo de la muerte, ya era un guapísimo hombre y por fin se habían enamorado los dos.
Cuando se disponía a darle muerte a ella, entró él y le dijo:
¿Qué estás haciendo?
¡¡Soy la muerte, y me dispongo a llevármela!!
¿Quién te crees que eres? Estás hablando con la muerte, yo soy el príncipe de las tinieblas.  Lárgate de aquí. !!

Alzó la mano y lo destruyó, completamente. Llamó a su padre y le dijo:
Padre la muerte que has mandado, vino por mi amor y a tu enviado he destruido.

¡Bien hecho, hijo mío! Se ha pasado de sus obligaciones, buscaré a otro que sea más benevolente.
Y efectivamente así fue, el nuevo encargado de recoger almas viejas y personas con serios problemas de salud, solamente actuaba cuando la hora de recogerlos había llegado.

Así los dos fueron muy felices en la tierra, para toda la eternidad... pues ellos jamás se harían viejos
"Moraleja"

de este relato, es que cuando parten nuestros afectos, si bien es cierto, es muy doloroso; si esto no ocurriera, al final todos terminaríamos sacándonos los ojos unos a otros.

Enrique Nieto Rubio
Derechos de Autor
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Cámara.
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