Ya se murió el poeta,
tu malévolo corazón lo mató.
tu malévolo corazón lo mató.
Lo dejasteis en la oscuridad;
sin prosa, sin amor y pasión.
sin prosa, sin amor y pasión.
Con tu ausencia,
inmerso en vacío quedó.
Te llevaste sus sentimientos,
inmerso en vacío quedó.
Te llevaste sus sentimientos,
le robaste el entusiasmo...
dejándolo sin deseo alguno de escribir.
dejándolo sin deseo alguno de escribir.
Enterraste la ilusión...
y con ello también se murió el poeta;
y con ello también se murió el poeta;
pues se disipó la inspiración,
así como su sensibilidad y amor.
así como su sensibilidad y amor.
Ya se entristece el rocío de las flores,
que en las hojas se secó;
que en las hojas se secó;
tan solo queda este vacío sombrío...
de no tener conmiseración.
de no tener conmiseración.
Que por ella me he perdido...
pues era mi musa y alucinación;
pues era mi musa y alucinación;
ahora me siento frío e insensible,
pues no tengo más su corazón.
pues no tengo más su corazón.
La muerte en esta oportunidad,
temo...me ha ganado la batalla;
temo...me ha ganado la batalla;
porque del poeta que era,
no queda nada...
¡y Muerto en vida está!
no queda nada...
¡y Muerto en vida está!
Enrique Nieto Rubio
y Silvia Regina,
*Derechos Reservados*
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