Quiero acariciar tu cuerpo mi amor...
ese cuerpo inmaculado,
ese cuerpo inmaculado,
que con solo rozarte los dedos,
se me erizan los cabellos;
se me erizan los cabellos;
y me pongo, como ese cordero, niña,
que aun sin destetar...
que aun sin destetar...
atrae a su mamacita,
para poderse a arropar.
para poderse a arropar.
Y me muero, con solo rozar tu pelo...
tu cabello negro, sedoso y fresco;
tu cabello negro, sedoso y fresco;
que con la luz del sol parece prender,
esa llama de pasión y deseos.
Sentir tu cuerpo embriagador,
que me eclipsa y nubla mis pensamientos.
que me eclipsa y nubla mis pensamientos.
Desnudemos nuestras almas,
y envolvámonos en un baile de deseos;
que incluso hasta el fin de los tiempos,
no podamos deshacernos.
Si mi amor... ¡eso es lo que quiero!
Dime si tú lo que quieres,
y dichoso cumpliré con todos tus deseos.
y dichoso cumpliré con todos tus deseos.
Amanecer
después de toda una noche...
muy pegadito a tu querer,
muy pegadito a tu querer,
y así juntitos sentirte,
abrazarte... y besarte
abrazarte... y besarte
hasta otro anochecer.
Enrique Nieto Rubio
*Derechos Reservados*
Colabora en imagen,
Silvia Regina Cossio Cámara.
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