Como en la inmensidad de la vida,
así nació nuestro bendito amor,
tú mirando mi sonrisa,
yo mirando la inmensidad de tu corazón.
Sentimientos encontrados,
de un nuevo y hermoso amanecer,
dos corazones soñados;
renaciendo cada día el amor del ayer.
Tú mirando mi cariño...
yo sintiendo en mi alma tu querer,
y viviendo felices por siempre,
para juntos envejecer.
Tú rozándome mi mano,
y yo juntito a tu cariño,
caminaremos de la mano,
como si fuéramos dos niños.
Más aunque pasen diez mil años,
y viviendo este amor,
no te preocupes mi cielo,
que como tú y yo, no hay dos.
Solo le pido a los Ángeles,
que todos juntitos estén,
para que nos den su aliento,
para nunca de caer.
Enrique Nieto Rubio.
derechos reservados.
Colabora en imagen.
Silvia Regina Cossio Cámara.
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