La señora Eustacia, presumida como no hay dos.
Alicataba a su perrito. y entregaba todo su amor.
lo sacaba todos los días y era el más bonito de la ciudad.
Todo el mundo lo miraba en su presumido caminar.
Mira, mira como va, si es para comérselo yo lo quisiera adoptar.
El perro muy presumido a todo el mundo miraba,
que hacía hasta esos gestos, digno para abrasar.
Se lo llevaba a todos sitios, y todos les echaban fotos.
De un tirón se le escapó, cruzando por el corte inglés, y por más que ella corrió no lo pudo detener.
Este salto por un balcón en una planta baja que había, más el humo se disparó mientras los bomberos venían.
con un bebé que salía dentro de aquel portal mientras el fuego subía al niño logro salvar.
los bomberos que llegaron el agua se disparó apagando el incendio en esa misma habitación.
Allí todos rodearon, al perrito que con un bebe salió, él lo soltó en el suelo y los médicos lo examinaron y no tenía ni un rozón, por suerte para el crío, el perro se chamuscó y sus preciosos pelos, todos se le engurruñó.
Pero todos aplaudieron por el perrito bravucón que los bomberos le pusieron, una estrella como el bombero mejor.
Que ha salvado a un niño, y evitado lo peor.
Pocas semanas más tarde, al cuerpo de bomberos, su amíta, lo llevó, y le condecoraron con la medalla, al valor y se la pusieron en su cuello, y siempre él la llevó, altanero y orgulloso a todos les daba amor.
Enrique Nieto Rubio.
Derechos de autor.
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