El día que tú te vayas,
no me vayas a llamar,
ni siquiera, por la ventana,
pues yo no estaré ya.
El día que tú me digas,
que no quieres vivir conmigo,
no te equivoques mi vida,
pues yo ya me habré ido.
El día que tú no quieras,
que yo duerma a tu ladito,
no te preocupes mujer,
que me busco un rinconcito,
y seguro, con otra mujer.
Y si algún día, pensaras,
que me distes todo tu amor,
no recuerdo en qué mañana,
despertamos con pasión.
Y si dijeras de mí,
que fui egoísta y traidor,
eso fueron aquellos besos,
que te distes,
con tu otro amor.
Y si me confundes con él,
porque vivisteis la traición,
muchos años ya han pasado,
y la traición no fui yo.
Pues hoy, yo te sigo amando,
y el otro, fue el traidor.
Que querías conocer mundo,
me dijisteis una vez,
y cuando quise acordar,
tú te marchaste con él.
Más cuando regresaste,
arrepentida y llorando, a mis pies,
me dijisteis, que me querías,
que no lo volverías hacer.
Con lágrimas en los ojos,
que al suelo se caían,
y yo antes de que cayeran al suelo,
puse mis manos, porque, te quería.
Hoy todo se esfumó,
la ilusión y la alegría,
y vivimos en silencio, recordando,
lo que nunca existiría.
Un amor de recuerdos,
unos sueños de fantasía,
unas ilusiones de muertos,
en la tumba, por una vida,
Enrique Nieto Rubio.
derechos reservados.
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