Samanta fue una niña muy inteligente en el colegio, pero eran tiempos de guerra tiempos malos y tristes.
allí, en la Cochinchina, ella vivió toda la miseria junta, de un mundo podrido, por la avaricia y la destrucción.
Los cosacos, aquellos, eran despiadados, con todos, y prohibieron todos los libros.
Samanta tenía una biblia preciosa que no quiso deshacerse de ella, pues era antiquísima de sus bisabuelos o más en la familia.
En la plaza del pueblo, allí una gran montaña de libros dispuestos a ser quemados,
más todo el que tuviera un libro en casa, serían quemados todos con la casa.
Así Samanta decidió hacerse unas zapatillas con aquella biblia, aprovechando cada contexto, cada frase, cada lágrima por todos, y vestida de mendiga, decidió pasarse por la plaza aquella, que ardía tremendamente.
Ella dio muchas vueltas alrededor de la candela y como esa biblia parecía tener poderes, en cada vuelta alrededor de la candela, todos los libros parecían arder, pero ninguno se quemaba.
La guardia, al ver las llamas de más de diez metros de alta, decidieron retirarse, pues aquello no habría quien lo parara ya.
Todo el pueblo rodearon aquel infierno, obligados por los soldados. pero con el frío que hacía allí se fueron acercando, más y más, a los libros.
Ese fuego no quemaba nada, mientras nuestra amiga saltaba más y más, alrededor de todos.
Ya que vieron que se podían coger los libros.
Un Monje que allí estaba con todos gritó:
¿debemos de coger Todos los libros, y enterrarlos en la cueva del olvido.?
Era una cueva en la ladera de un río seco, que nadie se atrevía a entrar, porque allí, se escuchaban lamentos que nadie entendían,
y con el temor de que los cosacos exterminaran a todos, creyendo que ellos apagaron el fuego,
Así se atrevieron todos en fila, una fila larguísima de personas en las que todas colaboraron y los introdujeron en lo más hondo.
Conforme entraban, había una paz tremenda.
Mientras nuestra querida amiga, seguía en la entrada de la cueva.
Así decidieron todos, llevar hasta la plaza, cantidad de madera que seguiría ardiendo.
Para hacer la montaña de cenizas más o menos. Adecuada.
Mientras samanta decidió ya marchar del pueblo con esa maravillosa biblia.
Y así todo se calmó y ella volvería, para poderla a custodia en su casa familiar.
Provocando así el fin de esa sangrienta guerra.
Enrique Nieto Rubio.
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